El Obispo católico de la diócesis de Río Gallegos, visitó la ciudad. Entre la intensa agenda García Cuerva apartó un tiempo para hacer declaraciones a la prensa acerca de los abusos sexuales en el ámbito de la iglesia, y las medidas que la institución toma al respecto.
RIO GRANDE.- Además de las actividades programadas, García Cuervas expresó enfáticamente cuál es la posición de la Iglesia Católica respecto de este caso en particular, y de los casos de abusos que se dan dentro del ámbito de la iglesia.
Aunque aún no se puede dar a conocer de manera oficial la sentencia canónica, García Cuerva, destacó que la situación de Vázquez, fue tratada con la mayor severidad; acorde a la gravedad de los hechos.
El clérigo además explicó que la víctima, el acusado y él mismo son hasta el momento las únicas personas que oficialmente fueron informadas de la decisión tomada por el tribunal canónico que juzgó a Vázquez, y que espera la ratificación del propio papa Francisco. La sentencia, ya fue dictaminada por un tribunal en Neuquén, pero no está confirmada desde Roma, debido a que existe el derecho de apelación, a un instancia de apelación. Una vez que estas instancias concluyan, la sentencia canónica de Vázquez será informada de manera oficial.
Procedimientos
García Cuerva, insistió en que el procedimiento para los casos de abuso se ha agilizado mucho: “Actualmente, cuando un obispo recibe noticias de la posibilidad de la comisión de un delito por parte de un consagrado, inmediatamente se toman medidas”, dijo.
“Hoy el deseo de la Iglesia encabezado por Francisco es llegar a la justicia, a fondo”, manifestó el diocesano.
En primer lugar, se nombran un instructor y un notario para que comiencen una investigación o sumario. Cuando se tiene elementos para darle entidad a la acusación, se envían a Roma, a la Congregación de la Doctrina de la Fe, que cuenta con un área específica que decide de qué manera tendrá que resolver el caso, el obispo del lugar. Las posibilidades son un juicio penal, un juicio administrativo, o un juicio penal con tribunal interdiocesano (generalmente, para los casos más graves). En el caso de Vázquez, esta última fue la medida determinada.
“Esto se resolvió a través de un tribunal interdiocesano que está en Neuquén, del que participa nuestra diócesis. Son ellos los responsables de haber llevado adelante el proceso penal y la sentencia canónica. Evidentemente, la investigación estuvo bien realizada, porque a veces, desde Roma se pide que se profundice la investigación, o se desestima porque se considera que no hay delito. En este caso la investigación fue asumida inmediatamente, y la indicación que se le dio en ese momento al obispo fue que comenzara un juicio penal con tribunal interdiocesano. Ese juicio ya terminó, tiene una condena, que espera confirmación de Roma. El papa Francisco, es el que asume esta causa y el que termina confirmando esa sentencia”, explicó el Obispo católico.
“Yo llegué y lo primero que hice fue leer los expedientes de los sacerdotes que están involucrados en delitos de este tipo. Y cuando leí sobre este delito, por supuesto que puedo tener mi opinión personal, pero tengo que respetar lo que me pide la justicia”, aclaró García Cuerva.
Nueva postura
En cuanto a la forma en la que la Iglesia encara estos casos, el clérigo recalcó que desde el propio Papa se asumió una postura de total severidad hacia los mismos: “En la última reunión que el Papa tuvo con todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo planteó que el tema de los abusos se enmarca dentro de lo que es un drama social, que involucra a la iglesia, que se da en la iglesia, que no le quita responsabilidad a la iglesia, pero que también se da en otros ámbitos de nuestra sociedad. En Santa Cruz, la mayor cantidad de delitos denunciados, está ligado a abusos intrafamiliares. Pero por supuesto que pasa en la iglesia, y como tal nos tenemos que hacer cargo. Por eso desde el papa Benedicto XVI, las legislaciones referidas a esto, que se llama “delicta graviora”, es decir los delitos más graves ha ido endureciéndose enormemente”, sostuvo García Cuerva.
Entre las modificaciones se cuenta el hecho de que los abusos se calificaban como delitos de hasta 20 años de vigencia, y hoy son delitos que no prescriben. Por otro lado, son delitos que una vez recibida la información o la denuncia, tienen que referirse inmediatamente a las autoridades.
“Anteriormente la legislación era más engorrosa, porque hasta que no estaba finalizada la justicia civil con su sentencia correspondiente, no comenzaba el juicio canónico. Y esto retrasaba los procesos. Hoy el deseo de la Iglesia encabezado por Francisco es llegar a la justicia, a fondo”, manifestó el diocesano.
“Quiero que sepan, tanto yo como obispo, como la iglesia, como los sacerdotes nos vamos a hacer eco de esta situación… sepan, que no voy a ser cómplice”, concluyó el Obispo.
Además, García Cuerva admitió que el papa Francisco llamó a revisar la selección de los candidatos al sacerdocio: “Hay que volver a trabajar todo lo que tiene que ver con rasgos muchas veces ligados a cuestiones patológicas que en su momento no se advirtieron. Tiene que ver con un modelo de clericalismo, porque el clericalismo no es un servicio, es un poder. Y nosotros somos clérigos para estar al servicio de nuestra gente. La deformación de eso es el clericalismo, y eso es poder, y el poder está ligado al abuso. Es un sistema que tenemos que romper. En cuanto al celibato, es una opción. Una elección de vida. Mientras que abusar de niños o de adolescentes es una enfermedad aberrante. Es un delito asqueroso. Esa es mi opinión”, dijo.
Y agregó: “En estas situaciones la iglesia no solo quiere dolerse y no habrá manera de pedir perdón por los desastres que hemos cometido como iglesia, sino que también reclama por justicia y estará al lado de las víctimas”.
Finalmente, el obispo García Cuerva llamó a las víctimas de abuso a tener confianza y valentía para denunciar los casos de abuso: “Quiero que sepan, tanto yo como obispo, como la iglesia (una iglesia a la que le duele este tema) que así como animamos a la gente a que haga una denuncia cuando pasan por estas situaciones en la familia, en el trabajo; que esto va a pasar también en la iglesia. Y encontrarán en mí, como en los sacerdotes que nos vamos a hacer eco de esta situación. Habiendo sido yo canonista y habiendo llevado adelante varias investigaciones preliminares, sepan, que no voy a ser cómplice”, concluyó.