BUENOS AIRES (NA).- La vida social y política de los argentinos necesita hoy más que nunca de un quiebre que lleve a poner fin a la corrupción y renueve la honestidad y la rectitud moral en la justicia y en la solidaridad, dijo ayer en su homilía el Cardenal Giovanni Battista Re.
Con un alto tono político se expresó el religioso en la misa de clausura del Congreso Eucarístico Nacional llevado a cabo en la ciudad de San Miguel de Tucumán, de la que participó el presidente Mauricio Macri.
«La Eucaristía es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre, que lleve a poner fin a la corrupción y a una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad», dijo Battista Re.
La celebración, de la que participaron miles de fieles llegados de distintas partes del país, fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, a quien el papa Francisco envió como delegado pontificio al congreso.
Antes de la misa, Macri dialogó unos minutos con el enviado del Sumo Pontífice, acompañado por la vicepresidenta Gabriela Michetti y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, entre otros funcionarios.
«Dios bendiga a Argentina, formada por gente de diversa proveniencia, que la fe cristiana y sus valores han amalgamado en una gran nación, unida y rica en recursos y en ideales, que, en la fidelidad a sus tradiciones y a su identidad, mira al futuro con esperanza», dijo Battista Re.