La vitamina D es indispensable para la salud, ya que cumple múltiples funciones clave en el organismo. La exposición al sol, la correcta alimentación y los suplementos son las mejores maneras de obtener todos sus beneficios.
BUENOS AIRES.- Sin embargo, diversos estudios médicos alertan sobre una creciente deficiencia de la vitamina en la población global, un problema que se potencia con la llegada del invierno y el aislamiento social preventivo.
¿Para qué sirve la vitamina D y cómo obtenerla?
La vitamina D contribuye directamente a prevenir la osteoporosis, optimizando la absorción de calcio en el organismo. Esto evita que el cuerpo tenga que tomar el calcio que necesita de los huesos manteniéndolos fuertes y sanos. Al ser una vitamina liposoluble, se almacena en el tejido graso del cuerpo, siendo este su depósito natural.
El sistema inmunológico también se ve beneficiado íntegramente por la vitamina D: tiene una acción antimicrobiana así como antiinflamatoria y ha mostrado lograr efectos beneficiosos frente a diversos tipos de infecciones. La vitamina D incluso podría tener un efecto beneficioso en las personas con diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Exponer la piel a los rayos ultravioleta del sol es la principal fuente natural para generar vitamina D. Se estima que hacerlo entre 10 y 15 minutos diarios es suficiente para lograr la producción necesaria. La alimentación es otra de sus fuentes principales, donde se destacan pescados grasos como el salmón, la trucha, el atún y la caballa. A su vez, la vitamina también está presente en alimentos fortificados como la leche.
“La mejor manera de obtener buenos niveles de vitamina D es mediante la exposición solar, en horarios permitidos y de manera frecuente. La alimentación sola no suele ser suficiente. En los casos en los que la exposición solar está contraindicada, o en poblaciones de riesgo de déficit de vitamina D, los suplementos son una alternativa sencilla y efectiva, siempre bajo la receta y supervisión de un profesional médico”, explica la Dra. Belén Zanchetta, directora Médica del IDIM, Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas. Los suplementos se presentan en formatos como comprimidos, cápsulas, gotas o ampollas bebibles.
¿Cuáles son los grupos de riesgo?
Entre las personas con mayores dificultades para obtener vitamina D se encuentran los adultos mayores, ya que van perdiendo la capacidad de producirla aunque se expongan al sol. También se suman personas con osteoporosis y adultos con historia de caídas y fracturas.
También están afectadas las personas que sufren problemas en la piel y no pueden exponerse al sol, aquellas que viven en lugares cerrados y personas que habitan en altas latitudes, donde los rayos solares tienen un efecto menor. A esto se suman personas con trastornos que limitan la absorción de las grasas o quienes sufren de obesidad.
Hoy el foco de la sociedad está puesto en el COVID-19 y formas de fortalecer el cuerpo para evitar el contagio o minimizar los riesgos. “Si bien los datos científicos aún no son concluyentes, es biológicamente posible que la vitamina D pueda tener un efecto positivo frente al COVID-19, tanto en la prevención como en su mejor evolución. La vitamina D ha demostrado reducir el riesgo de otras infecciones virales y bacterianas de las vías respiratorias, mejorando la respuesta inmunológica”, explica la Dra. Zanchetta. Por su parte, estudios recientes destacan que las personas con mayor riesgo frente al coronavirus coinciden con quienes suelen tener un mayor déficit de vitamina D.
Cada vez más especialistas destacan la necesidad de que las personas incorporen suficiente vitamina D a su vida cotidiana, a través de suplementos, de acuerdo a la indicación médica. Esto permite reforzar el sistema inmunológico en la época invernal así como lograr un mayor cuidado general de la salud integral.