Gracias a la creación de tres nuevos espacios para el resguardo de la biodiversidad marina en los alrededores de las islas Rapa Nui, Juan Fernández, Diego Ramírez y Cabo de Hornos, Chile pasa de los 463 mil km cuadrados de áreas protegidas que tenía a principios de 2017, a poco más de 1 millón 800 mil km2, cifra que le ayudará a consolidar sus compromisos de protección de los océanos a nivel mundial.
RÍO GRANDE.- Gracias a la creación de tres nuevos espacios para el resguardo de la biodiversidad marina en los alrededores de las islas Rapa Nui, Juan Fernández, Diego Ramírez y Cabo de Hornos, Chile pasa de los 463 mil km cuadrados de áreas protegidas que tenía a principios de 2017, a poco más de 1 millón 800 mil km2, cifra que le ayudará a consolidar sus compromisos de protección de los océanos a nivel mundial.
El reciente anuncio de la ampliación de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) por parte del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, en el cuarto Congreso IMPAC (International Marine Protected Areas Congress), generó una serie de reacciones entre quienes esperaban esta noticia en el mundo de la ciencia y la conservación.
Gracias a la creación de tres nuevos espacios para el resguardo de la biodiversidad marina en los alrededores de las islas Rapa Nui, Juan Fernández, Diego Ramírez y Cabo de Hornos, Chile pasa de los 463 mil km cuadrados de áreas protegidas que tenía a principios de 2017, a poco más de 1 millón 800 mil km2, cifra que le ayudará a consolidar sus compromisos de protección de los océanos a nivel mundial.
Con sus 147 mil km2, el nuevo Parque Marino (PM) Cabo de Hornos en la región de Magallanes y Antártica Chilena es el más pequeño de los tres, después de Rapa Nui (720.000 km2) y Juan Fernández (485.000 km2), y también el más austral del planeta, sin considerar el territorio antártico.
Precisamente, esta zona extrema es una de las únicas tres del país (junto al Parque Nacional Fray Jorge en La Serena y la senda Darwin en Chiloé) donde se realiza monitoreo de variables climáticas y biológicas de modo permanente, lo que no sólo la incorpora a la Red Nacional e Internacional de Sitios de Estudios Ecológicos de Largo Plazo, sino que también le permitió entregar información a la UNESCO para que declarara en 2005 Reserva Mundial de Biosfera a todo el territorio que se ubica entre el canal Beagle y el cabo de Hornos.
Los responsables de recopilar esta información han sido los científicos que dan vida al Programa de Conservación Biocultural Subantártica (PCBS), coordinado por la Universidad de Magallanes, el Instituto de Ecología y Biodiversidad y la Fundación Omora, quienes hoy se sienten contentos por el anuncio gubernamental, pues respalda el trabajo iniciado para ampliar esta declaración de Reserva de Biosfera ante la Unesco hacia el archipiélago Diego Ramírez.
La idea tuvo una buena acogida por parte del Estado, lo que se tradujo en un trabajo conjunto en la cartografía y argumentación técnica del nuevo PM Cabo de Hornos con el gobierno central, regional, Armada de Chile, Subpesca, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Medio Ambiente, con miras también a buscar protección en la legislación del país.
A juicio del vicerrector de Investigación y Postgrados de la Universidad de Magallanes, Dr. Andrés Mansilla, “éste también es un logro para nuestra universidad pública, inserta en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos por casi más de 20 años con distintos tipos de monitoreo ecológico y trabajo con la comunidad en el archipiélago de Tierra del Fuego, a lo que ahora se suma el de Diego Ramírez. Nuestro Programa de Conservación Biocultural Subantártica está en condiciones de seguir entregando información científica que permitirá al gobierno tomar medidas para la conservación del nuevo parque marino y, a su vez, permitirá fortalecer los programas de formación de capital humano avanzado que impulsa la Universidad en el futuro Centro Subantártico Cabo de Hornos que está próximo a iniciar su construcción con fondos regionales a fin de año”.
En tanto, el investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, Dr. Francisco Squeo, detalló los nuevos límites del parque marino y la importancia para la investigación que tiene este lugar. “El nuevo parque incluirá al archipiélago Diego Ramírez y los ecosistemas oceánicos que se proyectan desde estas islas, por 200 millas náuticas, en el Mar de Drake y que corresponde a la zona económica exclusiva de Chile. El parque tiene un gran valor para la ciencia porque permitirá, junto con proteger al archipiélago más austral del continente americano, proteger e investigar montes submarinos que han sido poco explorados y que presentan formaciones con más de 4 mil metros de altitud con cimas que se encuentran a solo decenas de metros de profundidad. En estos montes, se han encontrado especies de coral de 12.500 años de antigüedad, registros clave para comprender el cambio climático” señaló el académico.
Ambos investigadores destacaron la importancia de la nueva AMP que integra los objetivos de conservación biológica, investigación científica y desarrollo económico. Ahora viene el desafío de la implementación, donde se espera continuar con el trabajo conjunto entre investigadores, académicos, oficinas del Estado y los actores económicos para proyectar un desarrollo sustentable de la mano de la conservación, en un área marina costera protegida de múltiples usos, que garantice el desarrollo de la pesca artesanal y el turismo a una escala sostenible.