USHUAIA.- Las rutas de las drogas en la Argentina tienen un camino claro. Cruzan las permeables fronteras desde Paraguay, Bolivia y Chile -en ese orden- y transitan por parajes, ríos, rutas, caminos y pistas clandestinas con la complicidad de engranajes de corrupción que permiten que llegue a distintos puntos del país.
En el caso de Tierra del Fuego “en los últimos dos años se ha incrementado muchísimo tanto la cantidad de procedimientos judiciales, pero sobretodo la cantidad y la calidad de sustancia”, dijo el fiscal Federal Adrián García Lois.
El funcionario judicial aseguró que “se han incrementado los secuestros de grandes cantidades de marihuana, rondando los 50 kilogramos y también de cocaína y LSD”.
En este sentido remarcó que “esto da varias lecturas, una puede ser que aumentó el narcotráfico en la provincia, otra puede ser que ha mejorado la prevención y que la cantidad puede ser la misma pero ahora se detectan en mayor cantidad”.
“Nosotros creemos que la droga que ingresa a la Isla es solamente para su consumo dentro de la Isla porque en general la droga viene siendo producida o se trae desde países del norte por intermedio de Salta, Jujuy, Buenos Aires”, afirmó además.
García Lois entendió que “la posibilidad de que triangule y llegue hacia Tierra del Fuego lo único que hace es aumentar los riesgos, en general suele salir hacia Europa u otros países desde el puerto de Buenos Aires por vía aérea, pero siempre vía Buenos Aires o alguna pista clandestina de Santa Fe, Entre Ríos o alguno de los lugares de la Mesopotamia. Trasladar la droga a Tierra del Fuego y de ahí a otro país no resulta lógico”.