La joven planteó la denuncia en relación a otro empleado del Concejo, el cual ya tuvo inconvenientes de este tipo. En el caso describió dos sucesos específicos que desde la Justicia entienden no están adecuados a una conducta criminal. Acudiría al fuero civil buscando una sanción mediante “daños y perjuicios”.
RIO GRANDE.- La denuncia radicada en sede policial el 22 de mayo de 2015 apuntó contra un empleado del Concejo Deliberante Río Grande, José Oyarzún, siendo finalmente desestimada por el fiscal Pablo Candela.
La joven había denunciado acoso laboral y que en una oportunidad en la cocina del Concejo, al estar inclinada e incorporarse, Oyarzún se arrimó, produciendo el roce de sus brazos con los genitales del sujeto denunciado.
Aseguró que este conflicto deviene a partir de que el denunciado le habría realizado reiteradas proposiciones de índole sexual, y estas no fueron correspondidas.
Todo ello se tradujo finalmente en la causa penal 23919/15 que se encuentra en el Juzgado de Instrucción 1, a cargo del juez Eduardo López, el cual no pudo continuar el accionar en razón de que el fiscal actuante, doctor Pablo Candela, desestimó la presentación.
Candela entendió que lo sucedido “son cuestiones producto de un momento de ira o acaloramiento”, sostiene el desistimiento, en relación a que entiende es una conflictividad surgida del ámbito laboral.
En cuanto al tocamiento denunciado por la empleada, el Fiscal sostiene que no contiene elementos suficientes para encuadrar en la norma penal alguna circunstancia relevante a nivel criminal.
Ante ello la denunciante no descartaría llevar adelante acciones en otro fuero, como el civil, donde podría reclamar una sanción mediante “daños y perjuicios”.