El abogado Francisco Ibarra, quien representa a la familia de Gabriela Castellano, defendió la decisión del fiscal Jorge López Oribe de no hacer comparecer ante el Tribunal Oral a la paciente, a raíz de las secuelas que sufre desde el día que sucedieron los hechos denunciados.
RÍO GRANDE.- El próximo miércoles continuará el juicio oral y no público donde se acusa al Dr. Raúl Gerónimo Rausch y al Dr. Juan Carlos Montenegro Martínez, por lesiones gravísimas culposas, ocurridas en el año 2012, en perjuicio de Gabriela Castellano. Prevén declaraciones de peritos forenses.
El Dr. Francisco Ibarra, defensor de la familia Castellano, explicó a El Sureño que los médicos que declararon el pasado jueves son los que atendieron en el año 2012 a Gabriela (uno que estaba terapia intensiva del Hospital de Río Grande y el otro profesional era del Sanatorio San Jorge), luego de la atención que ya habían realizado los acusados.
“En este juicio se está debatiendo la demora en el tratamiento que era necesario otorgarle a Gabriela Castellano -señaló en principio el Dr. Ibarra, sobre lo ocurrido en el año 2012-. Ella concurrió al médico con un dolor de cabeza único, de un dolor que la había despertado a la madrugada. Este dolor que la hizo caer al piso, con vómitos a chorros no alimenticios”.
“Cuando ella concurrió al médico, el Dr. Rausch le señaló que tenía un dolor de cabeza, una cervicalgia, pero no dio ningún tratamiento, no hizo una tomografía computada, lo cual era necesario en el cuadro clínico que presentaba –continuó explicando el abogado-. Eso fue un jueves, posteriormente un sábado cuando concurre nuevamente al Dr. Rausch con el dolor de cabeza que seguía teniendo y no dio ninguna clase de tratamiento. Como el dolor continuaba, el domingo a la noche Castellano concurrió a un sanatorio para atenderse con el Dr. Montenegro Martínez y tampoco se le hace el tratamiento, ni se hace una tomografía”.
Finalmente el Dr. Ibarra explica que el lunes, a las 11:00 de la mañana, Castellano concurrió a la guardia del hospital porque tenía el mismo dolor. “Aquí se hizo la tomografía y se determinó que tenía una hemorragia sangrante en la cabeza, producto de un ACV (aneurisma cerebrovascular)”.
“En este juicio, lo que se investiga es el agravamiento que provocó la demora del tratamiento que era necesario. Los médicos que hoy declararon dijeron eso. Cuando se tiene un dolor de cabeza único, súbito, es muy doloroso y está dando la pauta de que requiere investigarse –remarcó luego el Dr. Ibarra- y al demorarse ese tratamiento, quedó perjudicada la salud de Gabriela”.
Más adelante el abogado mencionó algunos de los problemas que tiene la víctima: “ella está con la mitad del cuerpo paralizado, usa pañales, no puede asearse, tiene problemas de trastorno de conducta y tiene serias deficiencias locomotoras. No tiene recuerdos continuos, tiene lesiones gravísimas”.
Cabe señalar que la fiscalía pidió que la víctima no declare en esta causa, debido a que le cuesta mucho hablar.