RIO GRANDE.- Apareció por la ciudad a mitad de la primera década de este siglo, se sumó a las pruebas de calle, se trasladó a la zona rural de Tolhuin y siguió con la práctica del pedestrismo, hasta que hace varios años dejó la Tierra del Fuego.
Se trata de Alberto Antilaf, venido al mundo hace 40 años, en Chubut. Recuperado de alcoholismo y asentado en Río Gallegos, tras una nota realizada en LU12 Radio Río Gallegos y en el periódico La Opinión Austral, el fondista reconoció que “muchas personas me llamaron y escribieron para pedirme un consejo sobre cómo hice para recomponerme y salir adelante”.
“Terminé viviendo en la calle y llegué a beber alcohol etílico. Hoy estoy completamente recuperado y trabajo limpiando patios. Hay gente que cree que es fácil salir de las adicciones, es muy difícil no tener a tus padres que te guíen, yo me crié en la calle y tuve cuatro madres, la cuarta está acá, en el barrio Newbery”, aseguró la LU12.
En ese sentido, agradeció a Dios poder haberse recuperado y hoy “sacar del apuro a gente que necesita trabajar, así como los vecinos me sacan y me ayudan a mí”.
“Me llamaron de Trelew preocupados”, agregó, al señalar que el mensaje que buscó transmitir en su entrevista fue que se puede salir adelante. “Era para aquellos que se encierran y se deprimen, o jóvenes que no encuentran salida laboral. Yo con un cepillo emprendí algo y el estimado vecino también lo puede hacer”, sostuvo. También comentó que lo llamaron muchas personas que “no pueden salir de su casa, gente deprimida y con adicciones de alcohol”.
“Aprovecho para saludar a José “Pailón”, exboxeador y maratonista (Nota de la Redacción: también jugador de handball, corredor del Gran Premio de la Hermandad y nadador), y a periodistas y organizadores de eventos en Río Grande. Fue impresionante la repercusión y se los agradezco infinitamente”, dijo a LU12 AM 680.
“Me siento bendecido por Dios, sin él no soy nada. Hay cosas que uno no puede solo, pero sin embargo cuando buscás se puede. El señor me envió muchos vecinos que me hablaron y me llevaban prendas de vestir. El amor del prójimo me fue levantando”, manifestó Alberto.