A pesar de la final perdida en el Mundial, el entrenador Matías Lucuix se mostró con optimismo de cara al nuevo proceso que comienza. El entrenador y referente está convencido de que la selección puede seguir soñando en grande.
RIO GRANDE.- Llegaron a una nueva final del mundo y a pesar de no haber conseguido el título, la selección masculina de futsal se despidió de Lituania con la frente bien en alto. Y llegó a nuestro país rodeada de afecto.
Es que el equipo comandado por Matías Lucuix perdió la final ante Portugal de una manera digna y logró que los fanáticos se vieran identificados con su espíritu.
Con varios de sus jugadores de regreso a sus clubes de origen, el martes llegaron al aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza Lucas Farach, Guido Mosenson, Maximiliano Rescia, Santiago Basile, Ángel Claudino, Lucas Bolo Alemany y Matías Edelstein, junto al cuerpo técnico, médicos, delegados y administrativos.
La delegación había partido en la madrugada del lunes por tierra, desde Kaunas hasta Riga, en donde embarcaron con destino a nuestro país con previa escala en Madrid, donde quedaron Nicolás Sarmiento y Sebastián Corso. El resto del plantel tuvo vuelos programados desde la ciudad lituana también durante el lunes.
El plantel había partido de Argentina el 12 de agosto pasado, para una pretemporada en España y Holanda, previa al Torneo FIFA, con partidos amistosos en Málaga, ante España y Uzbekistán; La Coruña, ante Japón, y Holanda, con dos partidos ante la selección local.
La delegación llegó a Ezeiza a las 7 y luego de realizar los trámites migratorios se realizó las pruebas PCR de rutina para los ingresos al país. Al salir del aeropuerto atendieron a los medios nacionales y especializados que se habían acercado a recibirlos.
El técnico Matías Lucuix señaló: “Estuvimos cerca de repetir y hacer algo histórico. Si bien estamos tristes, con el tiempo vamos a valorar esta final, este torneo, estas sensaciones de tristeza quedarán, pero hay que pasar la página. Podíamos ganar, podíamos perder, Portugal fue el mejor del torneo y nosotros los segundos. Nos vaciamos, dejamos todo, si había una forma de perder tenía que ser esta porque volvimos a demostrar el corazón y la lucha que tiene este equipo. Y no nos reprochamos nada, es un partido, no se nos va la vida”.
Y agregó: “Vamos a tener revancha, nos vamos a preparar con los que estén, con los que se lo perdieron, vamos a volver a agarrar fuerzas, nos vamos a contagiar, vamos a volver a armar un grupo y dentro de tres años volveremos con la ilusión de salir campeones del mundo”.
Al referirse al futuro, apuntó: “Hay que formar una nueva base de jugadores, un nuevo proceso. Seguramente va a ser difícil, nos va a llevar tiempo. Hay que acostumbrarse a eso y hay que entenderlo, de que no todas las etapas son parecidas. Nos prepararemos, trabajaremos duro, trabajaremos día a día, tendremos la ilusión de cada ganar cada competencia más allá de que sea amistoso o no y de encontrar la mejor selección posible. Esa es la idea, siempre lo tuvimos presente, siempre trabajamos por eso”.
“Si bien vamos a pasar noches sin dormir por la final perdida, uno se tiene que quedar con el trabajo. Volvimos a llegar a una final en un Mundial sin que nadie o pocos confiaran en nosotros. Volvimos a dar un golpe en la mesa, volvimos a plantarnos en una final del mundo contra una gran selección. Y al final son partidos de detalles, son partidos emocionales, son partidos en donde cada situación de juego te puede dar algo o te lo puede quitar, y esta vez cayó para el lado de Portugal. No tenemos reproches, dejamos todo. Hay que recomponerse y empezar a pensar en el proceso que viene porque dentro de tres años hay otro Mundial”, cerró.
Maximiliano Rescia, por su parte, comentó. “Como siempre pasa en estos partidos, los detalles marcan los resultados. Tuvimos muchísimas situaciones. Luchamos hasta el final. Yo estoy orgulloso de este equipo. Espero que se hayan sentido identificados con nosotros”.
Notable gesto de Lucuix
El entrenador del seleccionado argentino de futsal, Matías Lucuix, le regaló su medalla a Lucas Trípodi, uno de los mejores jugadores del equipo que se quedó afuera del Mundial por una grave lesión.
En la ceremonia de entrega de premios, el DT albiceleste tuvo un gran gesto con Trípodi, quien viajó desde Madrid, España, para acompañar al equipo en la final en Kaunas, Lituania, que terminó con triunfo 2-1 de Portugal sobre Argentina.
Lucuix hizo subir a Trípodi al escenario y en el momento que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, repartía las medallas de plata, se sacó la suya y se la regaló a Trípodi.
“Lucas es una persona muy especial. Tuvo el infortunio de la lesión y lo extrañamos mucho. Lo sentí así, me salió del corazón porque es parte de nosotros. Me dio pena que se pierda el Mundial y creí que se la merecía”, contó Lucuix en la conferencia de prensa.
El zurdo Trípodi es uno de los mejores jugadores argentinos de futsal y representa a Inter Movistar, el equipo más ganador de España.
A fines de mayo, Trípodi sufrió la rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y se perdió la posibilidad de disputar su primer Mundial.
Guante de Oro Adidas: Nico Sarmiento
“Estuvo increíble”, afirmó el seleccionador de Brasil, Marquinhos Xavier, sobre el arquero de Argentina tras la semifinal entre ambas selecciones. Sarmiento solamente encajó 8 goles en 7 partidos durante este campeonato, e hizo asimismo una primera parte excelente en octavos contra Paraguay, durante unos 20 minutos iniciales en los que la portería de Argentina se vio amenazada incesantemente.
El arquero Nicolás Sarmiento fue elegido por segundo Mundial consecutivo como el mejor del torneo en su puesto.