A cinco años de su creación y con casi dos mil estudiantes, la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) se encamina a elegir por primera vez sus autoridades a principios de diciembre. Paula Pogré, investigadora docente de la Universidad y candidata a rectora, habló sobre los múltiples desafíos que deberá enfrentar la Universidad, sobre su relación con el territorio y también se refirió a la reciente modificación de la ley de educación superior.
RIO GRANDE.- “Al interior, la UNTDF tendrá que construir el modo en que se dará su vida democrática y los procesos genuinos de participación para que el cogobierno, la toma de decisiones compartidas y las políticas de formación, investigación y relación con la comunidad se generen colectivamente”, expresó Paula Pogré y agregó que estos procesos solo pueden ser genuinamente participativos y democráticos si se consolidan los vínculos con la comunidad, si se fortalecen las relaciones con el sistema universitario nacional y si se potencia la sinergia con las instituciones educativas, productivas y sociales, no solo de la provincia sino también de la región. “Si generamos vínculos de cooperación con otras instituciones del sistema científico, educativo y tecnológico, especialmente de América Latina pero también del resto del mundo, podremos construir una universidad abierta y participativa que se anime a formar e investigar de otras maneras”, sostuvo la candidata a rectora.
– Uno de los objetivos institucionales de la UNTDF es “asociar la docencia y la investigación al proceso de desarrollo de la Provincia”. ¿Cómo se vio reflejada esta línea de acción en las investigaciones que se desarrollan en la universidad?
– En los primeros años la universidad fue definiendo áreas y líneas de investigación. Tenemos que invertir tiempo, recursos y energía para formar equipos de trabajo sabiendo que el conocimiento es una producción social y colectiva que se nutre de los diálogos y del análisis de los sistemas de relaciones sociales en los que la universidad es un actor más. La universidad no sólo construye conocimiento en vínculo con su territorio sino que aprende de y en este vínculo y de esta práctica. Si podemos hacernos buenas preguntas, en esta relación viva con el territorio podremos ir redefiniendo también colectivamente estas áreas y líneas, en función de comprender cuáles son los problemas sobre los que es preciso construir conocimiento. Es difícil pensar en construir conocimiento sin ser un actor validado en el territorio y esta validación solo se logra trabajando articuladamente en función de claras políticas de investigación formación y desarrollo. Roberto Domecq, rector normalizador de la UNTDF, suele recordar que una buena universidad se reconoce por cuántos problemas su comunidad la llamó a trabajar juntos para resolverlos y a cuáles de ellos contribuyó a encontrar alternativas.
– Recientemente se aprobaron modificaciones significativas de la ley de educación superior, que ahora establece la gratuidad de los estudios superiores ¿Responden estas modificaciones a una vieja demanda del docente y estudiantes?
– Tenemos una historia y una tradición de la defensa de la educación pública y gratuita aunque por mucho tiempo en la práctica la educación secundaria y la superior respondieron a una clara matriz selectiva y elitista. Esto está cambiando en la región. Hoy estamos empezando a entender a la educación pública como un derecho, habilitador además de otros derechos. También estamos repensando la organización y las maneras en las que enseñamos en las universidades para poder hacer reales estos derechos. No alcanza con garantizar el acceso, hay que trabajar de otras maneras al interior de las instituciones de educación superior para que no se cumpla con la profecía de la “puerta giratoria”, frecuente en nuestras universidades que no logran acompañar a los estudiantes en su trayectoria formativa.
– Esta ley reformada considera a la educación superior como un “bien público” y como un “derecho humano”. ¿Estas consideraciones son también compartidas con otros países de la región?
– En este sentido la región no es homogénea, podemos distinguir países que aun con dificultades están desarrollando políticas en este sentido, como es el caso de la Argentina, Uruguay e incluso Brasil con las diferencias de su tamaño y complejidad. En cambio, en otros países si bien se acepta esta idea aún la concreción es muy lejana. Si miramos la totalidad de los países de América Latina podemos decir que el Mercosur ha dado pasos muy interesantes en este sentido.
– La Argentina junto a otros países de la región trabajan en conjunto con el objetivo de mejorar la calidad educativa, en el marco del Programa de Apoyo al Sector Educativo del Mercosur (PASEM) que usted ha dirigido, ¿cuál es la principal línea de trabajo de este programa?
– El programa que he dirigido durante estos últimos 4 años se propuso contribuir a la mejora de la calidad de los sistemas educativos del Mercosur haciendo foco en los procesos de formación y desarrollo profesional docente, generando políticas docentes para contribuir a la construcción regional. Sabemos que los docentes son actores clave en estos procesos y que su formación y desarrollo es un tema central de la política pública.