RÍO GRANDE.- Involuntariamente durante su testimonio, la víctima del hecho declaró, respecto del viaje que realizó con sus dos asaltantes a la Margen Sur, en el que deslizó que infirió que iban a “comprar merca”.
La alusión evidente a la cocaína, el dicente la explicó en que los dos imputados iban hablando de “si iban a conseguir” y “dos bolsitas”.
El presidente del tribunal lo indagó mas allá, y el taxista con pasmosa naturalidad expresó: “Iban a comprar merca a la casa de la rubia”.
La pregunta a continuación fue el natural interrogante que le surgió al juez, ¿y cómo sabe eso? La respuesta fue peor.
“Llevamos pasajes todo el tiempo a ese lugar”, dijo el taxista en referencia a la zona de calles Tolhuin y Holpin, donde se produjo el asalto en abril pasado.
Esta información que estaba ya en poder de las autoridades policiales de la zona desde ese entonces, nunca tuvo respuesta judicial desde la Justicia Federal, y solo en junio pasado tuvo un allanamiento desde la Justicia Provincial pero por otro hecho delictivo.
Incluso en esa oportunidad surgió la controversia entre los poderes judiciales dado que se incautó droga, de la que la propia Justicia Federal no quiso hacerse cargo en un conflicto permanente que mantuvo por ese entonces con el jefe de la comisaría Cuarta.
Mientras estos desaguisados entre las autoridades responsables de luchar contra el narcotráfico rayan con el ridículo, la sociedad parece naturalizar este tipo de prácticas que parecen encontrar en la Margen Sur una “zona liberada”.
Sin terminar de salir de su sorpresa, el presidente del Tribunal Oral, Dr. Juan José Varela, pidió girar oficios a la Fiscalía Federal en Río Grande para que tome conocimiento de esta situación –que parece conocer toda la ciudad- e intervenga.