Lanzamiento de la Campaña Antártica de Verano

Este año se inicia la Campaña Antártica de Verano bajo estrictos protocolos sanitarios con el objetivo de asegurar que el Continente Blanco permanezca siendo un espacio libre de COVID-19. “La Antártida es un objetivo permanentemente de la política argentina” dijo el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

BUENOS AIRES.- El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi, encabezó ayer el acto de lanzamiento de la edición 117° de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2020/21 en el Apostadero Naval de la ciudad de Buenos Aires.

“La campaña del Irizar refleja la ética del cuidado de la soberanía y de los recursos naturales, una ética similar a la que en tierra continental tuvimos que incorporar con la pandemia: la ética del cuidado de la salud, de los ingresos de las familias y de nuestro aparato productivo”, afirmó Cafiero al tiempo que aseveró: “Nosotros somos parte de la generación a la que le tocó luchar contra esta pandemia. Va a ser un tiempo recordado con tristeza por aquellas despedidas que no pudimos dar, por esas ausencias. Vamos a estar pensando en todo lo que falta, pero vamos a estar orgullosos de ir poniendo a Argentina de pie, como se comprometieron Alberto y Cristina”.

A su turno, Rossi expresó que “la Antártida es un objetivo permanentemente de la política argentina, hemos estado y estamos con muchísimo compromiso. Una tarea que encuentra al Ministerio de Defensa y a la Cancillería trabajando en forma conjunta. Las Fuerzas Armadas dan el soporte logístico de toda la actividad científica que se lleva adelante en la Antártida”.

Asimismo, el ministro contó que este año se planteó un desafío acerca de la realización de las campañas antárticas de verano, no solo para la Argentina sino para los demás países, en relación a las prevenciones que exige el virus del COVID-19, en un continente que está libre de casos. “Hacer esta campaña nos planteaba un desafío que decidimos resolverlo positivamente”.

En cada campaña se hace un esfuerzo importante de Defensa y de las Fuerzas Armadas.

“Decidimos hacer una campaña bajo estrictos protocolos y recomendaciones sanitarias, y para eso diseñamos una campaña en la que disminuimos la cantidad de personal militar y científico que participará”, afirmó Rossi; acompañado también por el canciller Felipe Solá; y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general de Brigada Juan Martín Paleo.

“Ha sido un esfuerzo importante de todo el personal de Defensa y de las Fuerzas Armadas poder garantizar la realización de la campaña”, expresó Rossi, al explicar que funcionarán y se hará la logística en las seis bases permanentes, pero que las siete transitorias que se abren en el verano este año no lo harán y solo tendrán una supervisión de su estructura edilicia. Al igual que a la Base Esperanza, la única habitada por familias, este año “solo irá personal militar y científico”.

“Hemos tratado de compactar la realización de la campaña antártica desde el punto de vista de los medios utilizados y del personal, con el fin de que siga siendo el único continente libre de COVID” sostuvo el ministro, y agradeció a todos los que trabajaron en la planificación y la logística que significa cumplir una campaña en estas condiciones.

El objetivo principal de esta campaña es abastecer y relevar las dotaciones de las seis bases conjuntas permanentes, apoyar las actividades científicas esenciales y honrar compromisos internacionales en la Antártida Argentina. Además de replegar residuos históricos en el marco del plan 2020/24; incrementar las reservas de víveres y combustibles en todas las bases conjuntas permanentes. E integrar las bases permanentes al sistema satelital de la Defensa.

Protocolo sanitario

Para cumplir eficazmente con la CAV y minimizar los riesgos que implica el coronavirus -en la única región del planeta que se mantiene sin contagios desde el inicio de la pandemia- el Comando Operacional Conjunto dispuso un plan de operaciones que tiene previsto las tres fases en la que anualmente se desarrolla, con la novedad que en esta edición se incorpora una fase preliminar, cuyo objetivo principal es cumplir un estricto protocolo sanitario. Estas medidas consisten en el aislamiento preventivo durante 14 días a cada dotación que está por viajar. Comienza el primer día cuando a cada integrante de la dotación se le hace un test de PCR, y sigue con controles médicos durante esas dos semanas, los que concluyen el día 14 con otro test de PCR, y cuyo resultado no detectable le posibilita, finalmente, el ingreso seguro a la Antártida.

La campaña que se inicia tiene un trabajo previo de casi un año donde se desarrollaron tareas de preparación, planeamiento, logística y de instrucción de personal. Muchas de las medidas sanitarias debido a la pandemia ya se estuvieron implementando en estos meses.

La campaña se realiza bajo estrictos protocolos y recomendaciones sanitarias.

Actualmente la Argentina posee seis bases permanentes (Marambio, Orcadas, Carlini, Esperanza, San Martín, y Belgrano II) y siete transitorias (Brown, Cámara, Decepción, Petrel, Melchior, Primavera y Matienzo).

El rompehielos ARA “Almirante Irizar” constituye una pieza fundamental para el sostenimiento de la actividad logística en la Antártida. La misión de este buque, a través de la asistencia logística en la ejecución de la actividad antártica, contribuye al afianzamiento de los derechos argentinos de soberanía sobre el sector Antártico Argentino. La República Argentina mantiene presencia permanente e ininterrumpida en territorio antártico desde 1904.

Además de realizar la campaña propia, la Argentina brindará apoyo a países como Uruguay y Brasil en sus programas.

Medios y personal militar

Durante la campaña antártica se emplearán cuatro medios navales: el rompehielos A.R.A. “Almirante Irizar”; 2 avisos con capacidad polar, A.R.A. “Bahía agradable” y A.R.A.“Islas Malvinas”; y el buque de transporte A.R.A. “Canal Beagle”.

Entre los medios aéreos se destacan ocho aeronaves: 3 aviones Hércules C-130; 1 avión Twin-Otter; 2 helicópteros Bell; y 2 helicópteros pesados Sea-King embarcados en el rompehielos.

El número de personal afectado, tanto en las dotaciones de las distintas bases como en los medios navales y aéreos, asciende a 584 personas.

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