Las enseñanzas atemporales del Dr. René Favaloro

En su libro “Recuerdos de un médico rural” el Dr. Favaloro nos instaba a com-prometernos a luchar por los cambios estructurales que nuestro país y toda Latinoamérica demanda principalmente en educación y salud. Para no seguir siendo testigos de una sociedad injusta donde parece que el tener y el poder fuesen las aspiraciones máximas.

A diferencia de otros países, en Argentina tenemos un sistema de salud público que brinda acceso a toda la población, aunque los individuos no realicen ningún aporte al estado. Sin embargo en otros países las personas que no aportan a un seguro médico no tienen cobertura de salud en los hospitales públicos y en caso de urgencias pueden ser atendidos y la institución le enviará luego una factura para abonar por la atención médica recibida.

Siempre existió la polémica acerca del aspecto filosófico de nuestro sistema sanitario que es solidario, pero que puede resultar en el derroche de los escasos recursos que el estado destina al sector salud. Es muy habitual conocer casos de argentinos que sufren un problema de salud en el extranjero y se les exige el pago de sumas considerables de dinero por las prestaciones médicas que se les brindó.

Por mi especialidad de oncólogo, conocí un paciente que fue tratado en Estados Unidos por un tumor testicular (él no residía allá, solo tenía una visa de turista) y a través de una organización consiguió el dinero para afrontar los gastos de la cirugía, pero tuvo que pagar por la radioterapia unos 70 mil dólares, gracias a colectas de familiares y amigos y a que la institución le permitió pagar el saldo en cuotas.

Entre tantos casos que existen, un amigo me pidió asesoramiento por un familiar que sufrió una hemorragia cerebral estando de paso por Francia y el nosocomio donde fue asistido de emergencia le exigía el pago de 50 mil Euros, a pesar de que este paciente tenía un seguro médico de esos que uno contrata para viajar, sin embargo este seguro no quería cubrir el gasto de esta emergencia.

Más grave aún son los casos en los que como argentinos no podemos acceder a la atención médica en nuestros países limítrofes, como el caso del motoquero fallecido en Bolivia, y cuya familia denunció que no se solicitó la ambulancia para el traslado del compatriota accidentado a un centro de mayor complejidad porque les exigían el pago previo por el servicio de traslado en la ambulancia y no aceptaban moneda argentina. Sin embargo, nuestro sistema público de salud sí cumple con el convenio de reciprocidad con los extranjeros de países limítrofes que vienen a recibir atención médica en nuestros nosocomios.

En cuanto al sistema de seguridad social, nuestro país cuenta con la Obra Social más grande de Latinoamérica: el PAMI. Desde su creación en los años 70, siempre fue cuestionada en cuanto al manejo de sus fondos millonarios. Es muy fácil perder la cuenta de cuantos presidentes e interventores de esa institución fueron denunciados de presunto enriquecimiento ilícito o supuestos fraudes, estafas, incumplimiento del deber de funcionario público entre otras causas. Varios de estos ex funcionarios fueron condenados y estuvieron presos también. Recientemente fué noticia nacional el procesamiento de ex funcionarios de PAMI por falsificación de documentación que les habría permitido obtener de manera ilícita millones de pesos estafando a la obra social con la supuesta compra de insulina y tiras reactivas para pacientes diabéticos.

Tengamos en cuenta que cada envase de la mencionada Insulina cuesta hoy unos 30 mil pesos y las tiras reactivas casi 10 mil. Es una verdadera pena que lo que debería ser una obra de bien público sea utilizado con fines de favorecer a amigos y familiares de los funcionarios de turno. No nos olvidemos que mientras siguen surgiendo las acusaciones de malversaciones de fondos de esta obra social, en el año 2000 esta misma institución se había negado a pagar una millonaria deuda que había contraído con la Fundación Favaloro que terminó siendo uno de lo desencadenantes para que este verdadero héroe de la medicina moderna tome la fatal decisión de quitarse la vida. René Favaloro reflexionaba acerca de que todos aquellos que tuvimos el privilegio de acceder a la educación pública superior y egresar de una universidad nacional, teníamos implícito el compromiso de devolver a nuestro país eso tan valioso que habíamos logrado: es decir no sólo dedicarnos de manera egoísta a la tarea específica para la que la facultad nos formó, sino que también tenemos el deber de comprometernos con la realidad social en la que vivimos, mezclarnos entre el resto de la gente, comprender sus necesidades y trabajar en pos de lograr una sociedad más justa.

Es inolvidable aquella entrevista con Magdalena Ruiz Guiñazu en la que el Doctor Favaloro manifestaba su inconformidad con la falta de sentido patriótico que observaba en la sociedad en aquellas épocas de los 80, cuándo a raíz del “dólar barato” muchos argentinos (en especial los residentes de Buenos Aires) se apresuraban en derrochar sus ingresos en viajes por miami, europa o áfrica: Favaloro tenía razón, pocos en esa época razonaron acerca de las consecuencias nefastas en la economía del país, de aquellas irresponsables medidas económicas de aquellos años.

Este médico brillante como científico y ejemplar como ser humano, reflexionaba mucho acerca de la historia de nuestro país que había llegado a ser una de las mayores potencias del mundo, superando a países como Canadá y Australia y que luego de unas décadas se fue desintegrando. Hoy en día estamos como un paciente grave que necesita ser salvado por un equipo de los más experimentados médicos.

Esta sencilla analogía es para graficar la forma de pensar de Favaloro: “La Argentina necesita que le hagan una buena historia clínica, un correcto análisis de su situación actual, el diagnóstico preciso y después pensar en cuál sería el mejor tratamiento para sus padecimientos”. Queridos lectores con estas sabias apreciaciones del Dr. Favaloro me despido hasta la próxima entrega.

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