Las mismas dudas en una final con 4.000 espectadores

BUENOS AIRES (NA).- El entrenador de la Selección argentina, Lionel Scaloni, escondió nuevamente el posible equipo titular para disputar la final de la Copa América ante Brasil, el próximo sábado (21:00 de Argentina) en el estadio “Maracaná”, donde mantiene las mismas dudas que se presentaba en la previa de la semi ante Colombia.

El plantel albiceleste se entrenó en turno vespertino en el predio de Fluminense, en la ciudad de Río de Janeiro, donde llegó el miércoles a última hora. Allí, luego de la habitual entrada en calor, la Selección se dividió en grupos: aquellos que vienen con mayor carga de minutos -entre ellos Lionel Messi- se enfocaron en seguir recuperando, mientras que el resto realizó trabajos de fútbol en espacio reducido.

El dato principal de la práctica es que en ese segundo grupo estuvo Cristian “Cuti” Romero, quien fue exigido para ver si la rodilla izquierda, que lo tiene a maltraer hace 12 días, le permite estar a disposición de Scaloni.

El entrenador santafesino, de 42 años, dará hoy la habitual conferencia de prensa previa a cada encuentro junto a un jugador, donde probablemente no confirme el once inicial, aunque siempre da algún indicio.

Lo cierto es que Argentina mantiene las mismas dudas que presentó antes de la semifinal frente a Colombia, en cinco puesto puntuales del equipo.

La presencia de Romero o la continuidad de Germán Pezzella en la zaga central, más los laterales que se disputan Nahuel Molina/Gonzalo Montiel de un lado y Nicolás Taglifico/Marcos Acuña del otro, son las dudas en la defensa.

Después, en el mediocampo, vuelve a abrirse el interrogante sobre Leandro Paredes -para una mayor tenencia de balón- o Guido Rodríguez -que entrega mejor y más coberturas defensivas- ante un rival con atacantes peligrosos a la contra, como ocurrió con Colombia.

El último interrogante que debe resolver Scaloni, que no es menor, es sobre si mantener la intensidad de Nicolás González o apostar por las buenas entradas de Angel Di María, aunque desde un inicio.

El rosarino, a sus 33 años y campeón en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, tendría la gran oportunidad de revancha en una final, luego de que se lesionara sucesivamente en las últimas que disputó el seleccionado argentino, entre ellas la del Mundial 2014 -en el mismo estadio Maracaná- y la Copa América de Chile 2015.

Entretanto, esta noche (21:00), Colombia y Perú se medirán por el tercer puesto.

Cuatro mil

Esa será la cantidad de espectadores presentes en el Maracaná, aunque no habrá venta de entradas sino invitaciones especiales, según acordaron la Conmebol y el Gobierno de Jair Bolsonaro. Las mismas necesitarán un testeo PCR (hisopado) negativo, y el cupo se dividirán mitad y mitad entre ambos países, aunque en el caso de los argentinos deberán ser residentes en Río de Janeiro o alguna otra ciudad brasileña.

Además de la AFA, las invitaciones gratuitas serán cursadas a través del cónsul general argentino en Río de Janeiro, Claudio Gutiérrez, durante las próximas horas.

El público que esté en el estadio será al margen de aquellos involucrados en la organización, cuya habilitación llegó a través de un pedido de Conmebol que aceptó el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, porque la Copa América “no incidió en la pandemia”.

En ese sentido, según los reportes de la casa madre del fútbol sudamericano, hubo hasta el momento 166 personas contagiadas vinculadas a la Copa América, incluidos empleados de empresas prestadoras de servicios.

El pedido de Conmebol, en un principio, fue similar al que hizo en el mismo escenario para la final de la Copa Libertadores entre Santos y Palmeiras, que tuvo un 10 por ciento del aforo total de 78.000 espectadores.

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