Leonardo Ordoñez, víctima del exsacerdote Daniel Acevedo, dijo que le llevó 15 años poder hablar del abuso.
RÍO GALLEGOS.- Tras la noticia de la expulsión del ahora exsacerdote Daniel Omar Acevedo de la Diócesis de Río Gallegos, una de las víctimas de Santa Cruz quien denunció haber sido abusado sexualmente cuando tenía 11 años, expresó que ahora el segundo paso “es lograr que se pudra en la cárcel”
Leonardo Ordoñez, quien actualmente tiene 27 años, expresó que “hace unos días me llamaron del obispado de Río Gallegos para darme la noticia que el papa Francisco expulsó definitivamente a Daniel Acevedo por abuso sexual a 3 personas, entre esas estaba yo cuando tenía 11 y 12 años”.
“Todavía tengo un sabor amargo, todavía tengo pesadillas y todavía tengo culpas, culpas que fueron creciendo a medida que pasó el tiempo, después la culpa se exteriorizó en psoriasis nerviosa, se convirtió en ansiedad y ataques de pánico”, y agregó, “lo que me duele todavía es que gente adulta del momento no actuó como debía. Esto se podía haber solucionado hace muchos años, pero no me creyeron o decidieron ser cómplices, prefirieron creerle al señor con túnica”, lamentó.
Tras la decisión del Papa de expulsar a Acevedo, el joven Ordoñez dijo que “el primer paso fue sacarlo de la iglesia, ahora el segundo paso es que se pudra en una cárcel”, y añadió que, “yo sí te creo. Hoy sé que la culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía. Tenía 11 años, estaba en la iglesia de mi barrio y vestía de monaguillo.
“Gritalo, denuncialo, escrachalo, condenalo. Los que me conocen saben que me cuesta hablar este tema, es más, me llevó más de 15 años volver a hablarlo; pero me di cuenta que hay que visibilizar por todas esas personas que no se animan a contar o esas personas que actualmente están atravesando alguna situación similar, acá estoy, nos tenemos para apoyar, levantar y marchar. Hoy quemaría y rompería todo si te pasa”, concluyó.
Causa penal
La causa contra Acevedo comenzó en Tierra del Fuego hace cuatro años. Fue luego de una denuncia realizada por un joven (quien entonces tenía 23 años) que acusó al sacerdote de haber abusado de él cuando tenía entre 15 y 17 años, en Resistencia, Chaco, donde el cura solía ir de vacaciones.
Según el relato del joven, los abusos se repitieron en Ushuaia, donde había viajado por trabajo. Fue allí donde decidió radicar la denuncia penal.
En ese momento, el entonces obispo de Santa Cruz, Miguel Ángel D’ Annibale -fallecido hace pocos meses- inició las primeras investigaciones que determinaron la culpabilidad del sacerdote y lo apartó del cargo. Luego de la apelación del ahora excura, la expulsión fue ratificada por el Sumo Pontífice y es definitiva.
“De parte nuestra no quedan más que palabras de pedido de perdón una y mil veces, de disposición a seguirlos acompañando humana y espiritualmente y en nombre de la Iglesia asumir nuestro gran dolor, nuestra gran vergüenza”, dijo el Obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego, Jorge García Cuerva, tras la decisión papal la semana pasada.
“No sé en este momento cómo ha avanzado la justicia penal. Por supuesto que desde la Iglesia nos ponemos a disposición por si hay algún elemento más que aportar en cuanto a los hechos”, dijo García Cuerva.