RIO GRANDE.- Llegó a la costa una bandada de pingüinos de penacho amarillo (Eudyptes chrysocome) y se advierte a la gente que en caso de volcarse a los lugares donde están no intentar tocarlos ni querer devolverlos al agua.
Estas especies estarán entre 25 y 30 días para el cambio de sus plumas.
En su cuenta de Facebook, el fotógrafo y estudioso de las aves, Manuel Benegas, explicó que cada año estos pingüinos salen a cambiar sus plumas viejas por las nuevas y para que esto suceda tienen que estar entre 25 y 30 días fuera del agua hasta completar la muda.
Se recomienda no tocarlos ni intentar llevarlos al agua, tampoco llevarlos fuera de su hábitat.
Son de película
Algunos los conocen por su debut en Hollywood con la película “Surf´s up” o en actuaciones en filmes como “Happy feet”. Otros los relacionan con el apodo de “Pájaro Bobo Saltador”. El pingüino de penacho amarillo, una variedad que se distingue por tener una ceja larga de color amarillo brillante.
Los pingüinos de penacho amarillo pesan alrededor de 3 kilos y alcanzan unos 55 centímetros de largo. Son los más pequeños de los pingüinos crestados. Se los suele llamar Pájaro Bobo Saltador por su forma particular de desplazarse, ya que se trasladan saltando.
El estado de conservación de esta especie es vulnerable debido a la desaparición de un 24% de su población en los últimos treinta años.
Estos pingüinos pertenecen exclusivamente al hemisferio sur y en el mundo existen sólo tres grandes comunidades que alcanzan a los tres millones de ejemplares. Las áreas son Argentina-Chile, el sur de Nueva Zelanda y finalmente el Océano Índico.
Los ojos rojos del pingüino, en contraste con el amarillo de sus cejas, generan una sonrisa y sentimiento de ternura para los turistas que tienen la posibilidad de verlos desde pocos metros, mientras ellos saltan ágilmente de roca en roca. Pero, eso sí, a no acercarse demasiado porque estas criaturas pueden llegar a ser muy malas cuando de cuidar a sus crías se trata, no permiten que ellas corran peligro y para protegerlas son capaces de atacar a picotazos a los turistas desprevenidos.