Con versiones ska, cumbia, cuarteto y rock, la banda hizo bailar y cantar a miles de personas que se acercaron al estadio en busca de los clásicos hits y nuevas interpretaciones, acompañados por invitados especiales como Roberto Pettinato y Pipo Cipolatti.
Los Auténticos Decadentes repasaron en la noche del sábado ante un colmado Luna Park su extensa lista de éxitos y presentaron versiones de clásicos del rock argentino, con invitados de relieve como Roberto Pettinato, Pipo Cipolatti y Bandalos Chinos.
A puro ska, cumbia, cuarteto y rock, y hasta sonidos no tan recurrentes en la banda como el disco funk del conjunto new wave ochentoso español Alaska y los Pegamoides, con su versión de «Bailando», Los Auténticos Decadentes hicieron bailar y cantar a una nutrida concurrencia que se acercó al estadio del centro porteño en busca de hits pero que se llevó inesperadas versiones con la que la numerosa agrupación sorprendió.
El momento más álgido del show, que se extendió por poco más de dos horas ocurrió después de , los primeros cuatro temas de apertura, que con «Somos», «Pendeviejo», «Enciendan los parlantes» y el inoxidable «Los piratas», prepararon el terreno para la llegada al escenario de Roberto Pettinato.
Vestido con un pintoresco overol naranja, el carismático saxofonista de la emblemática Sumo fue aclamado por el público al ser invitado para tocar una potente versión del tema de su banda de los ochenta «Los viejos vinagres», editada en el primer volumen del disco triple «ADN», en el que los Decadentes versionan temas clásicos del rock local junto a artistas contemporáneos.
Otra celebridad de la época de Pettinato también tomó parte en la segunda mitad del recital:el excéntrico Pipo Cipolatti, que cantó «Por cuatro días locos» de Alberto Castillo, perteneciente a la película de 1953 protagonizada por el tanguero y actor.
Cipolatti también fue desafiado por los Decadentes a improvisar vocalmente y, tras unos instantes de incertidumbre, el exintegrante de Twist pidió a la banda un único acorde que le sirvió para retomar la musicalidad ska que caracterizó la mayor parte de la presentación, no solo desde lo musical sino desde lo estético, con varios de los integrantes del conjunto ataviados con prendas características de ese género, como pantalones y saco cuadrillé rojo y negro con borceguíes, en el caso del guitarrista Gustavo Montecchia.
La indumentaria de toda la banda en general persiguió elecciones estrambóticas para acompañar la denominada música divertida a la que los Decadentes se acercaron tras el auge de ese subgénero desarrollado en el país a principio de los ochenta.
El show se apoyó en una variedad de invitados que comenzó con Luciano «El Tirri» Giugno, que fue parte de Los Fabulosos Cadillacs, es amigo de la banda y se sumó en los primeros momentos del concierto, que tuvo también al conjunto de synth pop Bandalos Chinos, ideales para hacerse cargo de un cover del recordado «Luna de miel» de Virus.
Otros tributos a la escena rockera de la que que la agrupación formó parte fueron «Costumbres argentinas», de Los Abuelos de la Nada, y «Beatle», de A77aque.
A partir de los más de 20 músicos en escena y los numerosos invitados, el escenario estuvo dividido entre un sector elevado, en el que se desempeñaron intérpretes de bajo, contrabajo eléctrico y uno de los dos teclados, baterías, trompetas, saxos y trombones, y la parte baja del escenario con tres vientos más, otra batería y teclados, percusión, tambores, güiro, bandoneón, dos guitarras y pandereta, que fueron interpretados por los versátiles multiinstrumentistas en un show atestado por elementos musicales de los más variados.
Jorge Serrano tuvo también varios momentos destacados cuando cantó sus clásicos «Corazón», «Loco tu forma de ser» y «Un osito de peluche de Taiwán», entre otros.
El cantante «Cucho» Parisi lideró la mayor parte del recital e hizo bailar al público con su arenga e interpretaciones de más hits pegadizos como«Vení, Raquel», «El murguero», «La guitarra» y «Cómo me voy a olvidar», que perfilaron la última etapa de la presentación, en la que se destacó además el guitarrista Diego Demarco con sus punteos.
A su vez, la puesta escenográfica para aprovechar el espacio del Luna Park tuvo su aporte al show, dispuesta con tres pantallas gigantes en escenario en el que se reproducían videoclips e imágenes de los Decadentes, sus invitados y las bandas evocadas, otras tres con tres abajo del escenario con imaginería psicodélica y dos a los costados con la filmación en directo del show.
El clima carnavalesco del espectáculo también tuvo su correlato con las recurrentes y variadas ingestas alcohólicas que los integrantes de la banda ostentaron para brindar con el público y mantener el espíritu festivo durante el show.