SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (NA).- En lo que ya es un encuentro tradicional en el país, casi 1.000 pares de mellizos y gemelos celebraron su día durante este fin de semana en la localidad tucumana de Famaillá.
«La Fiesta Nacional de los Mellizos» se festeja desde hace 10 años en la Argentina y en cada edición, crece el número de asistentes que llegan desde los rincones de todas las provincias del país.
El encuentro coincidió este año con la celebración del Bicentenario del Día de la Independencia de la corona de España, dado que el 9 de julio se cumplieron los 200 años con grandes celebraciones en San Miguel, la capital tucumana, sede del primer congreso soberano en 1816.
Unos 2.000 hermanos llegaron desde toda Argentina, e incluso de Chile y Brasil hasta la localidad de Famaillá, que se encuentra a 1.075 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Todo vale por dos. Por doquier, transitan personas con sus iguales, como si se tratara de un espejo invisible que creara un calco, a imagen y semejanza de cada festejante.
«La Fiesta de los Mellizos es un evento para la familia, que ofrece una celebración inédita a nivel nacional y continental», explicó a la AFP Delia Fiad, directora de Turismo de la Municipalidad de Famaillá.
La curiosa reunión incluyó concursos de baile, conciertos de música folclórica, karaoke y torneos de fútbol, todo entre mellizos. La intención fue no dejar a nadie afuera y participaron todas aquellas embarazadas que acreditaran ecografías en las que aparecieran dos niños por nacer.
El origen de La mellizada se inspira en dos personalidades de Famaillá, José y Juan Enrique Orellana, hermanos de esta condición, que además fueron alcaldes de la ciudad y hoy son diputado nacional y legislador provincial, respectivamente.
«Es una idea magnífica que nos ha permitido generar un encuentro hermoso, que alimenta el turismo de la ciudad», comentó Juan Enrique.
Todo sucedió mientras Tucumán se conmovía con los actos de festejo del Bicentenario, a los que el presidente argentino Mauricio Macri invitó al rey emérito de España, Juan Carlos I. La invitación despertó críticas justo en una fecha que enaltece el final de los lazos con la corona española.