Se que parece una locura, pero ¿Y si Sony ha dado en el clavo con esto?
En los últimos años, los fabricantes de auriculares se han embarcado en una carrera desbocada por lograr el sistema de cancelación de ruido perfecto, una tecnología que nos permita aislarnos por completo del feo y ruidoso mundo exterior, pero… ¿Y si el verdadero lujo no fuera el silencio?
Sony acaba de presentar unos nuevos auriculares llamados LinkBuds que parten precisamente de la idea opuesta. ¿En vez de cancelar el ruido, por qué no dejarlo entrar? Sí, lo sé.
Hay auriculares sin cancelación de ruido, pero todos amortiguan el sonido ambiental de una u otra manera. Al final todos aíslan del entorno en mayor o menor medida sencillamente porque todos hacen que lleves un pedazo gordo de plástico y goma metido en el canal auditivo.
La propuesta de Sony con los Liknbuds es mucho más radical porque lo que ha hecho la compañía ha sido seguir el camino del dónut y… hacerles un agujero a sus audífonos.
El diafragma de los LinkBuds (el pequeño altavoz que suena en nuestro oído, para entendernos) tiene forma de anillo. Literalmente, tiene un agujero en el medio que deja entrar el aire y el sonido al interior de nuestro oído.
La propuesta parece una completa ida de olla, pero las razones que esgrime la compañía para este diseño me parecen válidas y, por qué no decirlo, intrigantes.
Para empezar, los LinkBuds son los primeros auriculares internos que no generan esa sensación de presión dentro del oído que molesta a tanta gente. Tampoco te escucharás a ti mismo comer ni pasarás calor o sudores llevándolos mucho tiempo.
Tampoco tendrás que quitártelos para hablar con alguien, o para escuchar ese mensaje de megafonía del tren. Esa es precisamente la filosofía de los LinkBuds.
Son unos auriculares que puedas llevar puestos durante toda la jornada sin perder contacto con el sonido del mundo exterior. Un complejo sistema de micrófonos permite, por ejemplo, que la música se pare automáticamente si detecta que comienzas a hablar.
Igualmente, el control de volumen es adaptativo de manera que si estamos en un autobús ruidoso, la música se escuche más alta, y si estamos en una biblioteca, el volumen baje.
La IA que sustenta este sistema se basa en más de 500 millones de muestras. Si hay alguien que sabe diferenciar un ruido de algo que no lo es, es ella.
El agujero no es el único avance interesante de los LinkBuds. Los auriculares son tan pequeños que apenas tienen superficie para habilitar unos controles táctiles cómodos, así que Sony ha ideado un sistema de control que permite cambiar de canción, atender una llamada o subir y bajar el volumen… tocándose las patillas.
Sí, una serie de acelerómetros en el auricular detectan las vibraciones producidas al tocarnos en la zona inmediatamente delante de la oreja (y solo en esa zona). Sony asegura que el sistema diferencia el contacto accidental (si, por ejemplo, nos rascamos), de un intento deliberado de hacer algo con ellos.
La idea es que podamos usarlos para hacer llamadas o usar un asistente de voz, por lo que también son compatibles con Alexa y Google Assistant.
Los Sony LinkBuds pesan solo 4,1 gramos cada uno y la base de carga se ha reducido un 26% sobre la de los WF-1000XM4 hasta quedar en solo 34 gramos.
Su autonomía es de 5,5 horas a las que se suman otras 12 en el estuche. Un sistema de carga rápida permite alcanzar una hora de carga en solo 10 minutos. Desde el punto de calidad de sonido, los LiknBuds tienen diafragma de nada menos que 12mm y su propio DAC y motor DSEE de mejora de audio.
Obviamente, habrá que probar cómo suenan, pero a estas alturas Sony no necesita demostrar nada en este sentido. De lo que sí necesitará convencernos es de que unos auriculares con agujero son una buena idea.
De todos modos, si el concepto te parece intolerable siempre te quedarán otros modelos como los mismos WF-1000XM4, que ahora mismo son los auriculares internos con mejor sistema de cancelación que hay en el mercado. Los LinkBuds salen a la venta hoy mismo a un precio de 180 euros.