Los profesionales de la WPC combatieron en el Muriel

Job Herrera, Ruth Montenegro y Juan Monzón ganaron las peleas del festival profesional que Albatros Producciones organizó el sábado en el gimnasio Jorge Muriel, en el ámbito de la WPC.

RIO GRANDE.- Tres peleas –el programa original volcado en los afiches publicitarios indicaba una más- se disputaron anteanoche, en el marco de la velada profesional que Albatros Producciones organizó en el gimnasio Jorge Muriel, encuadrada en la Comisión Mundial de Pugilismo (WPC, por su sigla en inglés).

TITULO INTERCONTINENTAL. Monzón –junto a su entrenador –luce el nuevo cinturón, Alvarez saluda.

Ante unas 230 personas (la mayoría ubicadas en la tribuna que da a la Escuela Alicia Moreau de Justo, y la que está detrás del arco orientado hacia la calle Díaz Chara), fue la primera vez que el recinto de Chacra IV recibió a un festival de boxeo, siendo visitantes todos sus protagonistas.

Sobre el cuadrilátero municipal –utilizado el viernes 7 en el CDM Alejandro Guata Navarro para la pelea por el Regional Patagónico Juvenil, y los demás duelos locales-, la actividad principal comenzó a las 22:20, y arrojó como ganadores a Job “El Arcángel” Herrera (por abandono en el 6° round a Lucas “Tutas” Salinas); Ruth “La Reyna” Montenegro (por puntos, en fallo unánime, a Iara Nahir Córdoba); y Juan “El Escocés” Monzón (por KOT 2 frente al uruguayo Carlos Almerindo “Kid” Alvarez).

Rubén Vivas –a cargo de la organización- fue el árbitro en los tres combates; mientras que Enrique y Juan Witt, junto a Martín Torreira, se encargaron de fallar en cada pelea.

Por abandono

En el primer duelo sabatino, Herrera (de Lomas de Zamora, con 12 victorias -6 antes del límite-, 2 derrotas y 1 empate, de acuerdo a la información) enfrentó a Salinas (de Ciudadela, con 7 triunfos –todas por nocaut-, 2 caídas y 1 igualdad), por el título argentino supermediano de la WPC, a 10 rounds.

El récord de cada pugilista no coincide con el publicado en www.boxrec.com, prácticamente una Biblia de los registros boxísticos, pero que no tiene muy en cuenta a aquellas organizaciones por fuera de las oficiales (en el ámbito nacional, la Federación Argentina de Box, FAB). 

DEPORTIVIDAD. Iara Córdoba le ajusta el cinturón Continental welter a Ruth Montenegro.

Herrera mantuvo en forma constante la iniciativa, incluso su defensa por demás baja fue una invitación para su rival, quien sin embargo no sacó rédito de ello, y cuando pudo achicar la distancia prácticamente se quedó en el cuerpo a cuerpo, sin poder sacar ninguna ventaja.

Mitad de pelea

En el tercer asalto, la derecha en punta del lomense llegó en reiteradas ocasiones al rostro de un estático Salinas.

El cuarto capítulo fue más parejo, y en los siguientes tres minutos fue Herrera quien se quedó con el 10-9, al menos en nuestra tarjeta (a diferencia del reglamento FAB, en el que en cada round debe haber un ganador, en el de la WPC se puede fallar 10-10 si el juez advierte que ninguno consiguió una ventaja manifiesta).

FESTEJO. “El Arcángel” Herrera, ya proclamado campeón argentino, celebra en el Jorge Muriel. 

Apenas sonó la campana, y después de que Salinas se sentara en un banquito, sus asistentes le manifestaron a Vivas que no seguía, a raíz de una lesión en el hombro izquierdo. Automáticamente el árbitro indicó el abandono del que es del Oeste del Gran Buenos Aires, propiciando el festejo de su oponente, que se calzó el cinturón de campeón.

El perdedor fue asistido por el personal médico asignando al festival, siendo llevado al hospital. Ante la ausencia de la ambulancia, y hasta su posterior regreso, la programación se reanudó unos 25 minutos después.

De punta a punta

En un choque entre boxeadoras del Sur del Gran Buenos Aires, la campeona argentina welter –no se dio a conocer el peso de las peleadoras- Ruth “La Reyna” Montenegro consiguió el título continental de dicha división ante Iara Nahir Córdoba, al imponerse por fallo unánime al cabo de 8 asaltos (de 3 minutos cada uno, tal como se estila en la WPC cuando está en juego un cinturón, contra los habituales 120 segundos a los que estamos acostumbrados).

DOMINADORA. La izquierda de Ruth Montenegro llega clara a la zona alta de Iara Córdoba.

La ezeizense se acomodó en el centro del ring, y sus golpes se encaminaron a la zona blanda de su rival, que escogió golpear la cabeza de aquella. Tras varios cruces, y una escasa actitud en defensa por ambas partes, le dimos la vuelta a Córdoba.

Pasado el período de reconocimiento, quedó claro que Montenegro tomaba la iniciativa y que ninguna se iba a destacar por el despliegue por el encordado. Un mejor cierre llevó a “La Reyna” a igualar los números en las tarjetas, mostrando varios esquives en la reanudación, y diez segundos finales en el rincón azul (el de Córdoba) que la llevaron a desnivelar la situación.

El desenlace

El inicio del cuarto segmento se demoró para volver a encintar el guante izquierdo de la oriunda de Quilmes (lo mismo sucedería antes del arranque de la octava y última salida). Esos tres minutos y los siguientes fueron los más grises de la contienda, mereciendo el 10-10 que permite la WPC.

En el sexto round Córdoba esperó un poco más, afinó la puntería con su derecha voleada y la vimos ganar. Pero nunca salió de ese papel, no buscó ser más osada y el espectáculo se basó en lo que propuso Montenegro, otra vez al frente luego de un superficial choque de cabezas y de una mejor conclusión de la vuelta.

CONTACTO. Salinas esquivó la zurda de Herrera, y colocó la suya en pleno rostro del rival.

La ganadora ampliaría la diferencia en el último capítulo, ante la resignación de su adversaria.

La lectura del fallo -a cargo del presentador Luis Argamonte- dio cuenta de la victoria por puntos de Ruth Montenegro, de manera unánime, de acuerdo al criterio de los jueces: por dos puntos para Martín Torreira (80-78), tres para Juan Manuel Witt (79-76), y seis para el otro Witt, Enrique (79-76). En la tarjeta de El Sureño, eran cuatro los puntos en favor de Montenegro (78-74).

Cambia, todo cambia

Duelo rioplatense rayando la medianoche con el bonaerense –de Campana- Juan Monzón (8-5-4) en el rincón azul, el orientado a las Escuelas N° 20 y 26. En su currícula se incluye el haber sido retador de títulos internacionales y peleado en al menos otros cinco países de tres continentes (Chile, Bolivia, Canadá, Inglaterra y Australia).

En diagonal, el uruguayo –con residencia en Quilmes- Carlos Almerindo Alvarez (14-19-2), el más experimentado (39 años) del lote de visitantes. Actual poseedor de la diadema Mundo Hispano welter, con pasado como campeón sudamericano súper ligero, más un traspié en su intento de alzarse con la corona mundial ligero, siempre por fuera de la FAB y de los organismos más conocidos del boxeo mundial (AMB, CMB, OMB, FIB).

Dos caídas

El extranjero, de menor tamaño, se cargó el protagonismo y se ganó el aplauso de la ocurrente concurrencia. Con su actitud –y poco más- logró la primera diferencia.

Sin embargo, tras el descanso, la realidad trocó. Fue el del mítico apellido quien se salió con la suya, aprovechó que Alvarez se recostó sobre las cuerdas, y ensayó cuatro series de golpes que no encontraron respuesta, ni mucho menos defensa. El oriental besó la lona, escuchó la cuenta de protección, y volvió a erguirse.

Duró poco la recuperación, Monzón volvió a conectarlo y la caída fue definitiva, aceptada en cuclillas por el perdedor. Recién después que Vivas decretara el final anticipado voló la toalla desde el rincón rojo, ya era tarde.

Como también ocurrió con las mujeres, el vencido le ciñó el cinturón al ganador. 

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