“Los que menos tienen, son los más solidarios”

Un Desafío al Amor, comenzó a funcionar formalmente hace pocos días. Se trata de jun grupo de vecinos en la Margen Sur, que de a poco, empezaron a juntarse para compartir lo que tenían para comer. Hoy, comen y toman la merienda en el comedor, unos 20 niños y niñas, de lunes a sábado.

 

RIO GRANDE.- “Empezamos a darle la leche a los chicos. Porque a veces un vecino tiene. Otro no. Y si yo veo a tu nene sufrir, se comparte entre todos lo que tiene cada uno”, relató Ramona, a cargo del comedor comunitario Un Desafío al Amor.

El comedor funciona en su propia casa, sobre calle Tawen 253 del Barrio La Esperanza, en Margen Sur: “Teníamos un negocio, en el que nos empezó a ir mal económicamente, mi marido se quedó sin trabajo, y empezamos a juntarnos ahí”, detalló la mujer.

Ni bien comenzaron a funcionar, mucha gente comenzó a acercarse para pedir mercadería, o directamente a comer: “Y la gente come de lo mismo que donan los vecinos. Es para la gente que lo necesita. A veces viene una familia desde el centro, que se quedaron sin trabajo, y a veces no tiene para darle la merienda a los nenes”, siguió explicando Ramona.

Actualmente, suelen tener hasta 20 niños, a los que les dan la merienda de lunes a sábado. Las donaciones vienen desde una panadería, que les da el pan, a veces facturas, otros vecinos acercan leche, azúcar.

“Lo que más quisiera es poder darles para que desayunen en sus casas, y poder hacer un plato de comida caliente. Tenemos una señora que nos donó un tablón, para que los chicos coman más cómodos. Pero en realidad todo lo que quieran donar viene bien: ropa, calzado, abrigo, frazadas, siempre para niños”, pidió la vecina.

Para poder cocinar, siempre necesitan alimentos no perecederos, una heladera, y hasta tablones, para hacer otra mesa: “Estamos en una zona en la que sufrimos mucho por la falta de agua, siempre les decimos a la gente que por favor si nos dona ropa, sea ropa limpia, porque no tenemos agua corriente para poder lavar. Además de la necesidad de alimentos, padres sin trabajo. Y es verdad, hay chicos que no comen. Y ellos esperan la comida del comedor. Me gustaría que la gente que no cree, que piensa que uno pide para sí mismo, que se acerquen, venga y vea las cosas que se hacen, están las puertas abiertas para los que quieran acercarse. La verdad que la gente es muy solidaria, y los que menos tienen, son los que más dan”, concluyó Ramona.

 

En el Comedor Un Desafío al Amor, se alimenta a unos 20 niños, de lunes a sábado.