Pescapuerta, a través de Estrella Patagónica, no sería la única empresa española que triangula sus actividades para ocultar sus intereses en Malvinas y poder operar en ambos caladeros, algo puntualmente prohibido por la ley federal de pesca.
USHUAIA.- La Subsecretaría de Pesca de la Nación habría iniciado un expediente por el caso Pescapuerta, la empresa española que, a través de la nacional Estrella Patagónica, obtuvo licencia para pescar en la ZEE a pesar de tener antecedentes de pesca en Malvinas.
Sin embargo, el portal Puerto de Palos denunció que este no es el único caso de empresas que triangulan sus actividades para ocultar sus intereses en Malvinas y poder usar ambos caladeros.
Según indican, “las pesqueras Pereira/Altamar/Bricel y Pescanova/Lafonia/Argenova también exponen la complicidad de las administraciones pesqueras argentinas a la hora de aplicar sanciones y caducar sus permisos de pesca”.
“Sobre el actual Subsecretario de Pesca se posan ahora todas las miradas para ver qué ficha mueve y con qué velocidad. Dicen que abrió un expediente por el caso Pescapuerta. Ojalá termine en una suspensión de los permisos de pesca de la empresa española pero sus antecedentes no invitan al optimismo”, publica el portal marplatense.
Según indica la información, “Bricel SA presenta la reformulación del proyecto pesquero del buque Pioneros a favor de un buque “a construir” que se denominaría Mar Coral con un plazo de 3 años para incorporar al tangonero de 39,90 metros de eslora. El CFP “por unanimidad” autorizó la reformulación”, señala la nota.
Además agrega que “El Mar Coral no solo no fue construido sino que fue importado. Tampoco nuevo, sino usado del año 2006, con el mismo nombre, vaya premonición, que había operado en Malvinas. Incluso hay una foto del buque pintado de verde, con su perfil inconfundible, que ilustra esta nota”.
“En un procedimiento similar al de Pescapuerta, la empresa Pereira también cedió sus activos en Argentina porque opera en Malvinas con la firma “Argos”. Así incluso se llama un buque arrastrero que Pereira construyó en Vigo” afirma la nota.
Y como en el caso de Pescapuerta, “Alfonso Magán, quien de empleado en Argentina pasó a ser responsable de Altamar SA, que también tiene domicilio en Vigo, y sus cuatro licencias de pesca de los barcos arrastreros congeladores. “Puente Mayor”, “Puente Chico”, “Puente San Jorge” y “Puente Valdez”.
La información señala, además, que “eficientes gestores maquillan la triangulación sin que ninguna autoridad eleve la voz o formule un pedido de informes sobre las operaciones del “Mar Coral” en San Antonio Oeste, el puerto preferido de Pereira/Altamar/Bricel/Alma Sea.
A nadie pareció importarle el otro detalle: Por qué trajeron un buque importado y usado y no uno nuevo, como señalaba el pedido de reformulación. También podrían haber preguntado cómo era que ese barco había operado en Malvinas.
“Mientras tanto estas empresas españolas no solo son las principales exportadoras de los recursos pesqueros del caladero argentino sino que se dan el lujo de seguir operando en Malvinas con absoluta impunidad. Antes y ahora que integran OPRAS, ponderan la sustentabilidad y hasta hablan de Gobernanza para fijar políticas pesqueras en el atlántico sur”.
“Operan en Malvinas como operó Pescanova hasta el 2012 cuando se desprendió de Lafonia Sea Food y mantuvo sus activos dentro de las 200 millas con Argenova, una filial con 4 barcos palangreros y más de una docena de buques tangoneros congeladores”.
“En estos meses los medios españoles detallan la quiebra fraudulenta de la pesquera española. La justicia determinó que la empresa utilizó una red de 14 empresas, sin empleados, teléfonos ni mail que le realizó compras ficticias a Pescanova por 2516 millones de dólares en cinco años. Con esos avales lograba financiación bancaria”, detalla la información.
Solo en 2012, Pescafina y Pescanova emitieron 37.783 facturas falsas. El fiscal Juan Pavia, calculó que Pescanova multiplicaba por 20 el valor del pescado y mariscos para las ventas ficticias. Pescafina tenía domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La auditoría de los bienes de Pescanova tuvo una perla que sorprendió a los investigadores concursales del grupo. La existencia de Lafonia, que participa de dos sociedades extranjeras. Polar y ASF. Su actividad principal era comercializar las capturas de Polar.
“Entre sus activos más preciados se encuentra el ser una de las dos únicas empresas con permiso de pesca para las exclusivas aguas de la Antártida”, dice Walter Castro en un escrito titulado “La quiebra más grande de España desnuda filiales”.
Pescanova se presentó en concurso en España en el 2013. Al año siguiente presentó a las autoridades pesqueras nacionales un escrito en el que informó que había acordado la suspensión de los efectos de la declaración del concurso y el cese de la administración concursal. Acá creyeron y aprobaron.
Así abrió un proceso de normalidad para el funcionamiento del grupo que culmina con la aparición de otras sociedades: “Novapesca Trading SL” y “Nueva Pescanova”, que son las accionistas mayoritarias de Argenova.
“Pasan los funcionarios, otros se reconvierten y llegan a ser subsecretarios, las empresas traen pesqueros usados en Malvinas, otras quiebran, defraudan por miles de millones de euros, mutan y cambian de pantallas. Lo único que se mantiene inalterable es su impunidad para operar en Argentina y Malvinas”, concluye la nota.