Carlos Martín Torres fue diputado nacional por Tierra del Fuego por el Partido Justicialista desde 1984 hasta 1989, cuando renunció porque el presidente Carlos Menem lo designó gobernador del Territorio. En 1984 había presentado el proyecto para provincializar Tierra del Fuego, el primero de varios que se sucederían.
En 1990, durante su gestión como gobernador, se sancionó su proyecto de ley que convirtió en provincia a Tierra del Fuego. Sin embargo, el 17 de enero de 1991 fue desplazado del cargo por Menem, en medio de la hiperinflación y de su crisis económica y financiera que generaron el pago de sueldos a la madrugada y la derrota del Partido Justicialista en las elecciones a convencionales, producto de la convulsión política.
Torres, quien permanece alejado de la actividad pública pero nunca abandonó la política, observa los acontecimientos con la claridad que le otorga la distancia con el poder y en diálogo con El Sureño, recordó cómo se gestó la ley de provincialización y por qué sostiene que el 1° de junio no es el cumpleaños de Tierra del Fuego.
“Se ha tergiversado la historia, por eso se festeja el día de la provincia el día en que se sanciona la Constitución. Es lo mismo que vos cumplieras años y consideres la fecha de tu cumpleaños el día en que te anotaron. Nada que ver. La fecha en que naciste, es la fecha en que naciste”, afirma.
Martín Torres recuerda aquel día en que, siendo gobernador, a casi un año de haberse aprobado la Ley de Provincialización y mientras la Convención Constituyente redactaba la Carta Magna provincial, Carlos Menem lo destituyó contrariando lo establecido por la Constitución Nacional y la ley que había transformado en provincia al último Territorio Nacional.
“El único que se rebeló contra esta situación fui yo y pagué las consecuencias. No solo en ese momento sino en los últimos 30 años, por eso no figuro en el libro del centenario de Río Grande. Los titulares de los diarios decían: Martín Torres se rebeló contra el presidente Menem y cuestionó su destitución. Es que el Presidente de la Nación ya no tenía ninguna autoridad para destituir al Gobernador porque éramos una provincia. Y la Ley de Provincialización postergaba el mandato de las autoridades que, como yo, no habíamos sido electas. Yo fui designado mientras éramos Territorio Nacional, pero una vez sancionada la ley yo era un Gobernador provincial “provisional” y para darle continuidad lógica al proceso histórico de provincializar, dijimos que, los que no fueron electos, continuarán en su mandato hasta entregárselo a las autoridades que surjan de las primeras elecciones provinciales, como es lógico, para no cambiar de caballo en la mitad del río”, destaca.
Torres recuerda, además, que en ese momento “los constituyentes que estaban redactando la Constitución miraron hacia el costado y aceptaron que vengan dos gobernadores de Facto como Fariña y Matilde Menéndez, desconociéndose ellos mismos en su autoridad”.
Para el exgobernador, “de ahí en adelante, somos un territorio nacional vestido de provincia, porque aún hoy los candidatos nacionales se deciden en Buenos Aires y Tierra del Fuego los acepta. La 19.640, su historia se decide en Buenos Aires y en Tierra del Fuego nos vamos a enterar por el diario qué es lo que va a pasar con ella. Y así se deciden un montón de cosas. El presidente Macri nos robó la Isla de los Estados para crear una reserva nacional contrariando la Constitución de Tierra del Fuego y salvo Adrián de Antueno, nadie dice nada”, lamenta.
El Sureño: ¿Por qué ocurre esto habiendo pasado ya más de 30 años de la provincialización?
Martín Torres: Bueno, así nacimos. Desde el primer momento todos se arrodillaron ante el poder central del presidente de la Nación que estaba actuando en contra de la provincia.
El primer paso para cambiar esto es hacer una verdadera revisión histórica y hacer un gran trabajo en las escuelas, en las universidades y en las grandes reuniones políticas, porque tenemos que dejar de ser un territorio nacional. Somos una provincia, pero nacimos con ese defecto. Tuvimos ese problema que está en la esencia de nuestro nacimiento y desde entonces venimos rengos por eso. Hoy, a nadie le importa la gente que votó en blanco en la provincia ni el 50% de chicos pobres que está comiendo de los basureros del país, ni esta situación económica nacional que estamos viviendo que es un desastre. Los funcionarios dicen: Estamos trabajando, estamos preocupados. Algunos, hace años y años que están en la función pública y las cosas siguen igual. Y ellos contentos porque ganan elecciones.
El Sureño: Usted dijo que la provincialización fue una utopía convertida en realidad. ¿Ve alguna otra utopía similar en la actualidad?
Martín Torres: La provincialización fue el último gran proyecto que tuvo Tierra del Fuego, que tuvo una conducción y por eso se pudo realizar, pero que provenía de una historia. Como peronista, me referencio en la historia de lo que hemos hecho. Los territorios nacionales son una figura anglosajona utilizada por el colonialismo británico para gobernar las tierras que conquistaba o que invadía y por eso Perón en 1955 convirtió en provincias todos los territorios nacionales. Esa fue mi inspiración. La obra de un patriota, porque la Argentina no puede reclamar las Malvinas como propia si las gobierna un instituto inglés. Cuando yo llegué a vivir a Tierra del Fuego, hace unos 50 años, me encuentro con este fenómeno y me sumo a los compañeros que tenían esta idea. Cuando reorganizamos el partido durante la dictadura hicimos toda la tarea de difundir la necesidad de la provincialización y llegamos a una unidad de concepción frente a este gran objetivo histórico trascendental del país y de los fueguinos. Cuando llega la democracia me toca a mí recibir el mandato histórico de sancionar la ley que concretara la realización de la provincia y ese mandato es el que cumplí. Ese es el gran mérito y yo represento eso en la historia de Tierra del Fuego y en la historia política. Yo no represento a nadie en este momento. Represento eso, ese mandato cumplido de haber sido la persona que ejecutó lo que el pueblo de Tierra del Fuego y la historia me ordenaron.
El Sureño: ¿No hubo oposición en el Congreso a la provincialización?
Martín Torres: Cuando llega la democracia, las dos grandes fuerzas políticas, el peronismo y el radicalismo, tenían prácticamente el mismo proyecto de provincialización, había una unidad absoluta de ambos partidos de hacer la provincialización y que todo el territorio nacional fuera la provincia. Después la cancillería de Alfonsín mete la cola y aparece el tema de la provincia chica con Caputo. Por eso en el año 86, cuando Alfonsín manda su proyecto, por unanimidad la Legislatura de Tierra del Fuego vota que la provincia tiene que ser la totalidad del territorio nacional. Incluidos los radicales, que votan en contra de Alfonsín.
Continúa el debate en el Congreso, mi proyecto pierde la votación en la Cámara de Diputados y pasa al Senado, y allí se aprueba por lo que había que desempatar. El 25 de abril de 1990, cuando se fue a discutir este tema, la Cancillería de Cavallo siguiendo los pasos de Caputo pero ahora en un gobierno de índole justicialista, manda que no se trate la ley. Intentan impedir la concreción de la provincialización. Y cuando me avisan que estaba sucediendo esto, le dije al presidente de nuestro bloque, el diputado Manzano, que llame al Presidente de la Nación y le pregunte a ver qué dice él. Y Menem, cumpliendo un compromiso histórico que tenía conmigo sobre la provincialización, le dice a Manzano que se haga ‘lo que diga Martín’. Y por eso bajamos y aprobamos la ley a las 4 de la mañana del 26 de abril. Se trata a esa hora porque hubo todo ese debate previo que yo no tenía información de que podía estar sucediendo. Las fuerzas que están en contra de la provincialización son fuerzas internacionales, nacionales y locales. Por presión de la Cancillería, por el desagravio que quiso lograr Cavallo en contra de lo que yo había hecho el día de la sanción de la ley, Menem avanza con mi destitución contra la Constitución, contra la Ley de Provincialización y nadie la rechazó.
El Sureño: ¿Cuál es el camino para quitarnos de encima el estigma del territorio?
Martín Torres: Si no sabemos cómo nacimos, cómo dimos esos pasos, todos los problemas que tenemos de representatividad, la defensa de nuestra autonomía, nunca va a cambiar nada. El Presidente de la Nación estuvo hace poco en la Antártida y no pudo decir que estaba en la provincia de Tierra del Fuego por distintos compromisos. Nuestra provincia está en el centro geopolítico y de la confrontación internacional. Entonces, con más razón en Tierra del Fuego las cosas tienen que ser de determinada manera. Más nacionales, más autonómicas, más federales. Esas son las cosas que hay que corregir para avanzar en el futuro.
Tenemos que determinar de qué vamos a vivir, porque tenemos una 19.640 que está colgando de un hilo porque el Fondo Monetario Internacional la quiere derogar. Y que la van a terminar derogando si nadie tiene una política de contingencia, de alternativa… Con qué personalidad vamos a ir si estamos arrodillados ante el poder central y hacemos solamente lo que quiere el ministro del Interior y el Presidente de la Nación. Si no producimos nada, si no estamos preocupados por la pesca que nos roban, del petróleo que se llevan. Si no pensamos en estas cosas será difícil enfrentar el futuro que cada vez es más dificultoso y engorroso.
Si no hablamos de estas cosas será muy difícil que una comunidad que no conoce sus problemas ni sus dificultades futuras pueda salir de ellas.