El golpe al narcotráfico a través de la operación bautizada como “Mulas Voladoras” culminó con la detención de seis personas, que según las autoridades, componen la totalidad de los involucrados en un esquema que utilizaba vuelos de aerolíneas comerciales para trasladar sustancias ilícitas al extremo sur del país, camuflada en botellas de vino y otras bebidas.
RIO GRANDE.- Todo comenzó a fines de febrero, cuando el personal de la PSA detectó en el Aeropuerto Internacional de Ushuaia a una mujer que bajó de un vuelo con envases de vidrió que contenían cocaína líquida. Tras detenerla, las autoridades le confiscaron dispositivos electrónicos que fueron la punta del ovillo para identificar a la organización delictiva asentada en la zona Oeste del conurbano bonaerense, y dedicada al reclutamiento de personas como mulas para que trasladaran la droga por vía aérea.
Con esa primera información se desplegó una investigación que se prolongó hasta ahora, e incluyó varios seguimientos también en CABA y en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia.
Según informó oficialmente la PSA, esas operaciones permitieron identificar a todos los involucrados en la organización, hasta que en las últimas horas se obtuvieron órdenes judiciales para realizar allanamientos en dos domicilios, en Monte Chingolo, en el municipio de Lanús y otro en la capital fueguina. Además, hubo un procedimiento en Ramos Mejía, en La Matanza.
Las mulas subían a los aviones con botellas de vino y otras bebidas que, en verdad, contenían cocaína líquida preparada en una cocina de Ramos Mejía, en La Matanza.
En total, las autoridades detuvieron a dos mujeres y cuatro hombres, y secuestraron cocaína, metanfetamina líquida, una prensa eléctrica para fabricar pastillas, precursores químicos, diversas sumas de dinero en efectivo y varios teléfonos celulares.