Por primera vez se llevaron al mar diez mil centollas de 60 días de edad a las aguas del canal Beagle. Impulsado por el CADIC, fue una liberación en condiciones experimentales controladas y es el paso previo para mejorar la población natural de centollas del canal.
USHUAIA.- Tal como se hace con los alevinos de trucha, que nacen en una piscicultura y se los lleva a su hábitat natural después de haber superado una etapa crítica de su ciclo de vida, el laboratorio de Biología de Crustáceos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) de Ushuaia, está desarrollando a escala piloto el cultivo de larvas y juveniles de centolla para subsidiar la población natural del canal Beagle.
El director técnico del proyecto, Federico Tapella, doctor en biología e investigador CADIC-CONICET, explicó que “el proceso consiste en cultivar los primeros estadios de vida de este crustáceo en un criadero (hatchery), superando así una de las etapas más vulnerables de su ciclo vital. A partir de hembras salvajes que liberan sus larvas en el acuario de experimentación del CADIC, los pequeños individuos pasan una etapa de 20-70 días de cuidados intensivos en esas instalaciones para maximizar su supervivencia”.
Con financiamiento del Consejo Federal de Ciencia y Técnica (COFECYT-MINCyT) a través del programa PFIP Espro se está desarrollando actualmente la ingeniería del cultivo masivo de larvas a una escala piloto. Así, este año se produjeron cerca de 25.000 nuevos individuos listos para ser devueltos a su ambiente natural. En estos días, el equipo de investigación restituyó al mar muchos de estos nuevos individuos en condiciones experimentales lo que constituye una etapa de engorde y transición, que permitirá evaluar su supervivencia durante los primeros meses de vida.
El doctor Gustavo Lovrich, director del laboratorio, afirmó: “Esta es la primera vez que se hace un subsidio poblacional de centollas en Sudamérica y los resultados del cultivo resultan alentadores para promover políticas de repoblamiento del recurso, tanto en aguas del canal Beagle como en otras áreas del Mar Argentino donde se pesca centolla”.
“La centolla es un atractivo gastronómico típico de Ushuaia, que se exhibe viva en los restaurantes del centro de la ciudad. Es un animal longevo, que llega a vivir hasta 25 años de edad, si no es pescado antes, claro.” sostuvo Lovrich.
Tapella agregó que “una larva, como las restituidas al mar esta semana, tarda 5 años en llegar la edad reproductiva y 7 años para llegar al tamaño a partir del cual pueden ser comercializadas”. Ambos biólogos concluyeron que el trabajo sólo pudo realizarse con el acompañamiento del equipo compuesto por otros investigadores, becarios y profesionales y técnicos de apoyo del investigadores del Centro.
Si bien la pesca de centolla está documentada desde la década de los años 30, a partir de los años 70 se intensificó, produciendo bajos rendimientos y disminución de los reproductores. Esto llevó a que entre 1992 y 2014 se prohibiera completamente la pesca en un sector del canal Beagle cercano a la ciudad de Ushuaia. En la actualidad, aún luego de los 22 años de veda, la población no se recuperó y los investigadores consideran importante establecer un programa de repoblamiento con nuevos individuos a la población natural como una manera de ayudar a reconstruir el stock pesquero y encuadrar la pesca de centolla como una actividad sustentable.