La historia de los Grand Slams sigue igual. Podría haberla cambiado quizá para siempre Novak Djokovic en Nueva York, y aún está a tiempo, pero tendrá que ser más adelante y en otro lugar. Porque el serbio naufragó completamente ante Daniil Medvedev en la final del Abierto de Estados Unidos: 6-4, 6-4 y 6-4 en dos horas y 15 minutos.
BUENOS AIRES (Especial).- Nadie esperaba un correctivo tan impresionante del moscovita de 25 años ante el número uno, de 34, que no quería ni oír hablar del récord de 21 títulos de Grand Slam que finalmente se le escapó. El triple empate a 20 con Rafa Nadal y Roger Federer se mantendrá al menos hasta el próximo mes de enero en Australia. Lo que quizá ya jamás pueda hacer Djokovic, aunque nunca se sabe, es ganar los cuatro majors en un mismo año, como hizo por última vez (1969) en el tenis masculino Rod Laver, que presenció el resbalón histórico del balcánico en la cancha Arthur Ashe, en Flushing Meadows.
Djokovic se estrelló en el escenario más grande del mundo, ante 23.771 espectadores, delante de actores, deportistas y otros famosos a los que dejó sin partido, porque en ningún momento supo dirigirlo ni mantener su legendario orden ante un Medvedev anárquico, que no tenía nada que perder y sí mucho que ganar en su segunda aparición en el partido por el título del major estadounidense, tras aquel en el que llevó a Rafa Nadal al límite del quinto set y perdió. En febrero cayó ante Djokovic en tres mangas en la final de Melbourne y se llevó la lección bien aprendida.