El presidente Alberto Fernández participó ayer al mediodía en el Museo del Bicentenario de la presentación de la Mesa Nacional de Integridad y Transparencia, un espacio de articulación de políticas relativas a la ética en la Administración Pública Nacional.
BUENOS AIRES (NA).- El presidente Alberto Fernández pronunció ayer un extenso discurso contra la corrupción. Lo hizo en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada desde donde encabezó la presentación de la Mesa Nacional de Integridad y Transparencia. “Desde el primer día de mandato hablo de la necesidad de tener un Estado eficiente, que funcione con transparencia y que los funcionarios tengan la integridad ética necesaria”, expresó el mandatario.
“Ninguno se va más enriquecido, no enriquecimos a nuestras familias, no somos amigos de empresarios, no le entregamos obras a nuestros amigos, no hicimos nada de eso y también hicimos muchas cosas por la integridad y calidad ética del gobierno”.
“Me voy a descansar en paz”, sostuvo con tono de despedida, parafraseando una estrofa de la canción “Días de conflicto” de Litto Nebbia, y agregó: “Saber que no somos cómplices de un desfalco eso nos permite dormir en paz cada noche y tener la conciencia limpia”.
Acompañado por el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, el mandatario le pidió a los auditores presentes que colaboren para que “los que se sientan tentados a corromperse se vean impedidos a hacerlo”.
Categoría intermedia: el curro
Para el mandatario la corrupción no es patrimonio del Estado sino “un problema de la sociedad” que ve “en el curro” una posibilidad de acción.
“En el mundo está lo permitido y lo prohibido, pero en la Argentina está la categoría intermedia: el curro, que no está bien, pero que podemos tolerar. El curro existe entre nosotros y es un problema, una forma de corrupción”, desarrolló.
Corrupción judicial y mediática
En otro pasaje de su exposición, el jefe de Estado denunció la existencia de “periodistas corruptos” que “reciben plata para decir lo que dicen” y negó haber operado mediáticamente su favor. “Así me va”, definió.
Además, remarcó que “hay un abuso desmedido de la libertad de prensa” donde “se miente, se difama, se injuria”.
Por último, Alberto Fernández le pidió a los auditores presentes que supervisen las conductas en los organismos del Estado y que de detectar alguna irregularidad las denuncien en la Sindicatura General de la Nación (Sigen) y la Oficina Anticorrupción para que “los que se sientan tentados a corromperse se vean impedidos a hacerlo”.
“Si ven algo indebido, necesitamos que lo digan. No sean cómplices de los que delinquen. No hagan silencio. No van a poder descansar en paz antes de morirse”, concluyó.