El método educativo Montessori, una propuesta centrada en los estudiantes

En septiembre se celebra el día del estudiante, del maestro, del profesor, preceptor, y hasta del bibliotecario. En Río Grande, uno de los colegios propone adaptar una metodología más vivencial y centrada en los niños. El Sureño habló con Celine Hameury, la guía Montessori que vino desde Francia a dictar un curso especial para docentes y padres.

RIO GRANDE.- La escuela es el lugar en el que durante años, niños y adolescente pasan horas enteras de cada día, aprendiendo con más o menos éxito, todo lo que más adelante les permitirá desenvolverse en el mundo laboral y en la sociedad a la que pertenecen. El Sureño dialogó con la capacitadora Celine Hameury para saber más acerca de este método educativo, y cómo se diferencian sus estrategias de las de un colegio tradicional.

El Colegio del Cono Sur ubicado en el barrio AGP de Río Grande, alojó por segunda vez este año un curso de iniciación al método educativo Montessori. El curso es dictado por Celine Hameury, de Francia; guía Montessori, autora de varios libros.

“Lo que vemos es cómo usar el material. Cómo hablar con el niño, cuando hay una rabieta, cómo resolver la rabieta, o por qué el niño tiene una rabieta. Cómo observarlo y ponernos en su lugar. Después hay un segundo encuentro en el que es todo práctica”.

El año pasado el Colegio Cono Sur contactó a Celine y así autogestionaron una capacitación para docentes de los tres niveles. “Realmente fue una experiencia muy rica, nos permitió conformar grupos de trabajo junto a los docentes y comenzar a sensibilizar al resto y este año concretamos el nivel Dos y que se sumaran más docentes, incluyendo a los docentes del nuevo secundario”, explicó Nora Vicent, directora de la institución.

Sin embargo, estos cursos no son sólo para docentes, sino también para padres, o cualquier otra persona interesada en aplicarlo a su trato con los niños. “Lo pueden hacer personas que no tienen nada que ver con la educación, pero les interesa. Porque primero es para uno. Todo profesor lo primero que tiene que hacer es estar en paz consigo mismo, conocerse a sí mismo. Y cuando tiene un niño, o un hijo delante que saca lo peor de sí, saber que es tu espejo. Entonces entender por qué, para poder ayudar realmente a este niño o niña, y no dejarte llevar por la impaciencia, por la prisa y esas cosas”.

Celine se formó en 1999 en Dublín, Irlanda. Siempre había querido ser maestra; “en Francia era difícil, entonces me fui a cuidar una niña pequeña, y esta niña iba a una escuela Montessori, así fue como conocí el método. Le pregunté a la profesora dónde se había formado, me acerqué, pregunté, y tuve que trabajar un año entero para poder pagarme los estudios”, relató la docente.

Después de graduarse Celine trabajó seis años en escuelas de Irlanda y un día decidió que quería viajar alrededor del mundo, como mochilera, para buscar otras escuelas y otras formas de educar. “Yo tenía mi propia formación que no era Montessori, tenía la formación Montessori de Irlanda, y necesitaba abrir más ventanas, porque me sentía muy joven y pensaba que podía mejorar todavía. Entonces me fui alrededor del mundo a recorrer escuelas, y fue un aprendizaje apasionante. Descubrí la India, África, Australia, la escuela del aire, donde los niños viajaban en helicóptero… volví a Irlanda, estudié un año más, y después una mañana desperté y me dije: ‘Me voy a España’”, recordó.

En España, la educación Montessori era totalmente desconocida, así que Celine empezó a través de internet con un foro de crianza natural; “y la gente quería más –comentó- así que me lancé a dar el primer curso de iniciación a educación Montessori para dar a conocer mi pasión y todo lo que sabía. A la vez, trabajaba en una escuela, fomentando el cambio. Porque esa escuela era bastante tradicional, con exámenes y texto de clase, aun los más pequeños”.

El método Montessori de enseñanza fue creado por María Montessori, una educadora y médico italiana, a través de su trabajo con niños que presentaban diferentes dificultades cognitivas y necesidades especiales. Principalmente este método busca que las actividades del aprendizaje sean dirigidas por el niño, con la guía de un adulto. Sus actividades abarcan las edades desde la primera infancia hasta los 18 años.

“La base yo diría que en lo tradicional es el profesor. El profesor está de pie, delante de los niños, y tiene que llamar la atención de todos esos niños, haciéndose el payaso o siendo un dictador, o haciendo milagros para que los niños estén horas y horas mirándolos y escuchándole. Y la verdad es que es muy duro, porque no podemos gustarle a todos los niños. Hay niños a los que les va a encantar nuestra propuesta, y otros no. En Montessori, el actor es el niño. El profesor prepara el ambiente, e invita a los niños a entrar y a partir de ahí son los niños quienes deciden con qué van a trabajar y cuánto tiempo”, detalló la docente.

Los elementos para la enseñanza Montessori está preparado para los niños de diferentes edades, con actividades de distinta complejidad: “El material está tan bien preparado -omentó Hameury- que obviamente, la guía lo tiene que enseñar una vez al niño, pero una vez que lo vio ya está. Además, es autocorrectivo. Esto significa que el niño hace su actividad y una vez que terminó, él sólo verifica si está correcto, o no lo que hizo. Entonces, va a su ritmo, hace lo que quiere, o más bien, quiere lo que hace. Y puede estar horas concentrado en su trabajo”.

Otra de las características de Montessori, es que cada niño es libre de trabajar con el material el tiempo que necesita. “Cada encuentro dura tres horas y el niño puede estar esas tres horas con el mismo material, porque por dentro va a trabajar algo, de manera consciente-inconciente, que va a ir fortaleciendo este aprendizaje”, agregó la maestra.

“Yo conozco la formación de lo que es magisterio, tanto en Francia, como en Irlanda, y España, y la verdad es que el niño se aburre y tiene que aprender por complacer al adulto, no por su placer. Entonces, pasan el examen, y la semana siguiente se han olvidado todo. Y es una pérdida de tiempo tanto para el adulto como para el niño”, resaltó Celine.

Además, la educadora asegura que en todas las partes del mundo, sin importar las características culturales, y sociales, los niños responden al método de la misma manera. “Las mismas metodologías me dan los mismos resultados, con las mismas preguntas, y dudas. Hay diferencias, pero mínimas. Lo que sí veo son diferencias en la forma de educar, de vivir, de comer”, aseguró.

Según Celine, la forma de comer, y la cantidad de tiempo que los niños pasan jugando al aire libre, son determinantes para su capacidad de concentración y aprendizaje: “Aquí me sorprende mucho los kilos de azúcar que se consumen. El mate por ejemplo, que se les da a los niños pequeñitos, con la cantidad de azúcar que se le agrega. Es como si a un niño pequeñito le das café o Coca Cola, es muy excitante. O los niños que nunca están afuera. Que es tan importante, porque sin oxígeno, no pueden concentrarse, no pueden aprender”, enfatizó.

Celine reconoció que, además, las dificultades para dejar de pensar en una educación estructurada en la base de la repetición y centrada en el docente, es necesario encarar un cambio claro, pero gradual: “Un maestro normalmente tiene casi 20 de su propia educación, luego se va a formar. No tiene tiempo ni de reflexionar, así que ha pasado 24 años de su vida escuchando un profesor diciéndole lo que tiene que hacer. Y no sólo él, también sus padres, y abuelos. Entonces cuando yo les propongo un nuevo paradigma es sacarlos de su zona de confort, y asusta. Porque no sabes cómo empezar. O vienen los profesores al curso, llenos de ganas y pensando que van a cambiar el mundo, pero terminan con su clase patas arriba y se frustran porque claro, el primer día nunca funciona tan bien. Es lógico, no podés hacer el cambio de un día para el otro, tiene que ser progresivo. Entonces, en mi curso, yo enseño lo mejor de todo. Obviamente, la formación de Montessori, son dos años. De mi curso, la gente saca un panorama general, y pueden decir si les gusta o no el método, además de las herramientas para empezar el cambio”.

Nora Vicent agregó: “Nosotros comenzamos en el año 2000 con el jardín Dominó, en 2008 con Petit Dominó que es un maternal y en 2010 con la Escuela del Cono Sur con una propuesta innovadora desde lo metodológico, priorizando un aprendizaje vivencial a nuestros estudiantes. No utilizamos un libro de texto, ya que nos parece acotar las propuestas, los docentes son los diseñadores de sus propuestas didácticas alrededor de ejes temáticos en recortes de la realidad. Esto te permite ofrecer un protagonismo al estudiante, ya que se siente parte en la construcción de los diferentes aprendizajes”.

“La perspectiva es sensibilizar a nuestra comunidad con diferentes dinámicas, concretar grupos de lectura e ir incorporando la metodología y los materiales que se proponen desde Petit Dominó, donde también tenemos proyectado el edificio propio siguiendo aspectos propuestos para los espacios que se requieren para la implementación de esta metodología”, concluyó Vicent.

 

El aprendizaje a través del juego y la experiencia. En este caso, una estrategia para aplicar en la enseñanza de la astronomía, biología, geografía y otras ciencias.