El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dejó una puerta abierta a la posibilidad de que se incorporen modificaciones a la propuesta oficial durante el tratamiento en comisión, aunque advirtió que los mismos deben estar en línea con la sustentabilidad del sistema.
BUENOS AIRES (NA).- El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, defendió en la Cámara de Diputados el proyecto de reforma tributaria, que apunta a reducir la «presión» impositiva en 1,5 puntos del producto producto del país en un plazo de cinco años.
El ministro llegó al anexo de la Cámara baja acompañado por parte de su gabinete, y luego de que se constituyera formalmente la comisión de Presupuesto y Hacienda con sus respectivas autoridades, expuso durante alrededor de una hora los detalles de la reforma que el Gobierno pretende aprobar durante el período de sesiones extraordinarias.
Al comienzo de su intervención, hizo hincapié en la necesidad una instrumentación «gradual» a lo largo de los próximos cinco años para que la reforma sea «sustentable» en el tiempo.
Consideró que a partir del crecimiento económico, el aumento de la base imponible y una menor evasión «el costo fiscal va a ser mucho menor que el impacto estadístico de 1,5 puntos del PBI».
En el plano microeconómico, Dujovne subrayó que la prioridad debe ser la de «eliminar distorsiones» dado que la Argentina tiene un «nivel récord» en este tipo de gravámenes.
Puso como ejemplo la vigencia distorsiva del impuesto a los débitos y créditos bancarios, más conocido el «impuesto al cheque», el cual incentiva «el crecimiento de la economía informal», aunque luego reconoció que su eliminación no es viable ya que la recaudación por este concepto representa un 2 por ciento del PBI.
De todos modos, señaló que la idea es que el importe de este impuesto puede ser devuelto a cuenta del pago del impuesto a las Ganancias de manera escalonada en los próximos cinco años, para que al final de ese camino sea apenas un «mecanismo de retención» de este gravamen.
Destacó la creación del mínimo no imponible para las contribuciones patronales, que a su criterio va en el sentido de «salir al auxilio» de los puestos de trabajo de más baja remuneración «que son los que compiten con la informalidad».
«A través de la creación de un mínimo no imponible para las contribuciones patronales damos un paso fundamental en la lucha contra la evasión, pero además facilitando la creación de empleo de calidad en el sector privado en relación de dependencia», afirmó.
Acotó que esta medida será complementada por el blanqueo laboral comprendida en la reforma laboral que impulsa el Ministerio de Trabajo.
En otro pasaje, el funcionario resaltó que a partir de esta reforma, se va a gravar la renta generada por inversiones financieras, lo cual generará un «impacto recaudatorio».
Una vez que entre en vigencia la reforma, los activos financieros denominados en moneda extranjera o indexados a la inflación pasarán a estar gravados al 15 por ciento, mientras que las ganancias no distribuidas de las compañías pasarán a estar gravadas al 25 por ciento.
Otro aspecto que introduce el proyecto es la eliminación del impuesto a las transacciones inmobiliarias, en tanto que pasarán a gravarse las ganancias de capital en las viviendas que no correspondan a uso familiar.
«Se grava para adelante, es decir, a partir de la sanción de la ley y ajustado por inflación», detalló.
Dujovne mencionó el «reordenamiento» en los impuestos al alcohol, bebidas azucaradas y tabaco, como así también del impuesto a los combustibles para «luchar contra el cambio climático».
«Argentina necesita modificar su estructura impositiva. Sólo así va a poder mantener tasas de crecimiento para derrotar la pobreza, para crecer sostenidamente por 10 o 20 años. Les pido el voto para esta reforma», cerró.
Diego Bossio (Justicialista) celebró que «se innove con la renta financiera», pero pidió que la exención a extranjeros sea «acotada», y que además el impuesto se extienda a la renta extraída a partir de la inversión en Lebacs.
Marco Lavagna (UNA) pidió elevar los mínimos a partir de los cuales se gravan los plazos fijos, y en ese sentido sugirió un piso de 1.500.000 pesos.
Axel Kicillof (Frente para la Victoria) advirtió sobre el riesgo de que la baja de la «presión tributaria» se de en un contexto de persistencia de déficit fiscal.
Además, se quejó de que la reforma tenga un «sesgo a favor de la rentabilidad empresaria» y en particular para las grandes empresas de la zona de la Pampa Húmeda.