El Tercer Parlamento de Mujeres y Diversidades Indígenas que se realizó hasta ayer en Chicoana, provincia de Salta, acordó acciones de urgencia contra la violencia de género racista y presentará el viernes 3 de junio, sumándose a las movilizaciones del “Ni una menos”, un “exigitorio” al Estado argentino para terminar con las violaciones de niñas, mujeres y diversidades indígenas.
BUENOS AIRES (TÉLAM).- “El 3J marchamos contra la violencia y para decir basta al chineo”, aseguraron las mujeres y travestis trans reunidas en plenaria.
El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, organizador de este encuentro, viene trabajando para concientizar y visibilizar el “chineo”, que describen como “crimen de odio hacia nuestras niñas y niñes indígenas”. “El “chineo” no es una práctica cultural sino una práctica sistematizada colonial perpetrada por hombres criollos hacia nuestras comunidades”. Lleva ese nombre porque los españoles y luego los criollos llamaban “chinas” a las niñas indígenas por sus ojos rasgados. La palabra ‘chineo’ le pertenece al opresor, al invasor, al criollo violador. Esta palabra tiene una carga racista, misógina y genocida”, aseguran las mujeres.
Hablaron de las dificultades que atraviesan las niñas para llegar hasta las escuelas que están alejadas de las comunidades. “Desde lejos vienen a la escuela, las agarran, las llevan, las violan, las matan”, denunció una mujer guaraní.
Recordaron el caso de la maestra Evelia Murillo, que fue asesinada el 3 de octubre de 2014 en la escuela-albergue de la misión wichi El Bodabal, por defender a una joven de un violador.
También denunciaron las complicidades en las comunidades, donde hombres indígenas, incluso dentro de las mismas familias, abusan de las niñas y jóvenes, sin que estos casos salgan a la luz. “No queremos más encubridores y encubridoras, porque a veces es el longo o el cacique (autoridades indígenas) y no lo queremos exponer”, alertó una hermana mapuche.
“En los cuatro puntos cardinales sufrimos discriminación, violación, robo de niños”, sentenció por su parte una mujer kolla que propuso una serie de acciones para visibilizar las problemáticas y pidió trabajar para “salvar a nuestras hijas y las próximas generaciones”.
Coincidieron en la importancia de trabajar juntas para condenar los diferentes tipos de violencias, entre ellas la campaña #BastadeChineo.
La weychafe (guerrera) mapuche Moira Millán, referente del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, reflexionó sobre las condiciones inhumanas en las que viven las comunidades indígenas en el norte del territorio argentino, la falta de agua, de salud, de acceso a las escuelas y de protocolos en los casos de violencia de género, entre muchas deudas pendientes del Estado con estos pueblos históricamente postergados.
Los principales reclamos consisten en que se declare crimen de odio al “chineo”; que se reconozca que no es una práctica cultural sino una “práctica colonial sistemática”; que sea declarada imprescriptible; que se responsabilice e inhabilite a trabajar en territorios indígenas a empresas que tengan entre sus empleados a violadores; que se responsabilice, inhabilite y se dé baja deshonrosa a policías, gendarmes y/o militares que violen mujeres indígenas”.