Mujeres rurales: Guardianas de la naturaleza

La Asamblea General de la ONU estableció el día 15 de octubre como el Día Internacional de la Mujeres Rurales con el objeto de reconocer el trabajo de la mujer en ese ámbito, además de su contribución en el desarrollo rural y agrícola, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria.

Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales -una cuarta parte de la población mundial- no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la acción climática.

Las mujeres rurales son el pilar para lograr la soberanía alimentaria.

Son ellas las que aseguran la mitad del sustento alimenticio planetario y las que custodian el medio ambiente y la biodiversidad. Como agricultoras han aprendido a hacer frente al cambio climático y adaptarse a él, por ejemplo, practicando una agricultura sostenible, cambiando al uso de semillas resistentes a la sequía o liderando iniciativas de reforestación y recuperación.

Muchas de ellas, a través de su conocimiento ancestral o capacidades como agricultoras, empresarias o activistas, lideran iniciativas de concienciación y desarrollan estrategias de resiliencia en sus comunidades. Su participación es crucial para identificar riesgos y proteger a sus familias y comunidades, convirtiéndolas en agentes de cambio frente al calentamiento global por el bien de esta generación y las futuras generaciones.

Sin embargo, el cambio climático tiene un impacto más acentuado en las mujeres, sobre todo las indígenas y campesinas cuya dependencia agrícola, condiciones de vida y marginalización, las exponen en mayor grado a los cambios en el clima, la pérdida de diversidad y la contaminación.

Debemos cambiar el paradigma ya

Este Día Internacional se desarrolla bajo el lema “Mujeres rurales como sostenedoras de la naturaleza para nuestro futuro colectivo: construir resiliencia climática, conservar la biodiversidad y cuidar la tierra para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas”.

María Eugenia Bustos, la peona rural que recorre cientos de hectáreas a caballo trabajando.

Promovamos su labor como proveedoras de alimentos a la vez que protectoras del medio ambiente, reivindiquemos su participación en la toma de decisiones dentro de sus comunidades y promovamos unas zonas rurales en las que puedan contar con las mismas oportunidades que los hombres.

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