Natalia Oreiro, en la piel de Evita: “Es el personaje femenino definitivo de la historia argentina”

La actriz uruguaya, quien toma el rol con el poderoso ímpetu de Evita y con un trabajo de voz y una puesta física notables, habló con Télam sobre su acercamiento a este personaje y la propuesta de la serie que podrá verse en la plataforma Star+ desde este martes.

Natalia Oreiro adopta la desafiante tarea de interpretar a Eva Duarte, al que caracteriza como “el personaje femenino definitivo de la historia argentina y latinoamericana”, en “Santa Evita”, la próxima miniserie que adapta con una suerte de giro contemporáneo el best seller del periodista Tomás Eloy Martínez y que podrá verse en la plataforma Star+ desde este martes, a 70 años del fallecimiento de la recordada actriz y dirigente peronista.

“Tuvieron que pasar muchos años para que me animara a interpretarla. Es la figura soñada que cualquier actriz querría hacer, pero en mi caso personal no me animaba, porque sentía que no tenía las herramientas como actriz o quizás como mujer para hacerlo”, admitió Oreiro en diálogo con Télam de cara al lanzamiento de la tira, dirigida por Rodrigo García y Alejandro Maci y guionada en dupla por Marcela Guerty y Pamela Rementería.

Pasaron casi tres décadas de experiencia en la industria del entretenimiento, que la llevaron incluso al estrellato en lejanas latitudes como las de Rusia, para que la oriunda de Montevideo se hallara frente a la oportunidad -aunque no por primera vez- de ponerse en la piel de quien trascendió como un emblema de la lucha por la justicia social desde la tribuna que, cuando la política era todavía terreno exclusivo de los hombres, le ofrecía su matrimonio con el expresidente Juan Domingo Perón.

Sin dudas fue ese profundo rol en el quehacer de la administración peronista allá por la década del 40 lo que se transformó en su legado, inevitablemente exaltado por su temprana muerte a los 33 años a causa de un cáncer de cuello de útero.

“Tuvieron que pasar muchos años para que me animara a interpretarla. Es la figura soñada que cualquier actriz querría hacer, pero en mi caso personal no me animaba, porque sentía que no tenía las herramientas como actriz o quizás como mujer para hacerlo”Natalia Oreiro

Pero su centralidad en esta historia publicada en 1995 por Martínez, prominente pluma de publicaciones como Primera Plana y La Opinión, se inscribe en otro episodio de su biografía, uno más oscuro, que invita a una lectura casi en clave de misterio y se presta fácilmente a un traslado al formato audiovisual.

Con una mirada que tiende a la perspectiva de género en una era marcada por los feminismos, la adaptación de “Santa Evita” reconstruye la llegada de la protagonista a su inolvidable posición como dirigente trazando un paralelismo con el embalsamamiento de su cuerpo a cargo del médico español Pedro Ara (Francesc Orella) y su posterior secuestro en manos del gobierno de facto que derrocó al peronismo en 1955.

Así, la búsqueda de Perón (Darío Grandinetti) de inmortalizar a su esposa mediante ese polémico procedimiento médico se convirtió, durante 16 años, en un triste devenir para los restos de Evita.

Era, a fin de cuentas, la clara evidencia del temor de un régimen dictatorial que intentó socavar la bandera que su nombre aún levantaba, para lo que delegó la increíble misión de su rapto al coronel Carlos Moori Koenig (Ernesto Alterio).

La obsesión, el amor, el odio y el miedo atraviesan toda esta producción que se sabe en gran parte imaginada y que, aunque se deja ver como un atrapante thriller, no intenta eludir ni el retrato de una época asfixiada por un enfrentamiento ideológico que todavía repercute en la actualidad argentina ni la misoginia que Evita experimentó en vida y, con una perversidad inusitada, también en su muerte.

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