Las amigas de Luisina, la pequeña quien tiempo atrás sufrió un accidente, se sumaron a usar casco protector en la clase de educación física y así acompañarla en su recuperación.
RIO GRANDE.- Luisina tiene 6 años, hace dos meses cayó de más de dos metros al cortarse un tensor de la baranda de una galería. Después de estar una semana en terapia intensiva y ser intervenida quirúrgicamente, fue dada de alta; luego pudo volver a la escuela.
Sus padres tratan que continúe su vida lo más normal posible, ya que en la cirugía de su cabecita fue retirado parte de hueso del cráneo. Motivo por el cual deben cuidarla de cualquier golpe hasta que se le pueda realizar el implante necesario.Pero ese no es el objeto de esta nota, sino la historia de solidaridad que generó en sus amiguitas.
Emma, Renata e Isabela, junto con Luisina, se conocen desde los 3 años, han ido juntas a la escuela desde entonces, son muy unidas y compañeras.
Los papás de la nena contaron que Luisina había sido autorizada por su médico de cabecera para hacer la clase de educación física con la condición de que utilizara en todo momento un casco protector. Obviamente, para la pequeña, no ha sido fácil adaptarse a los cuidados; su mamá pidió a otra mamá un poco de ayuda con el tema… y lo que se generó en estas hermosas pequeñas fue un ‘efecto dominó’ de amor por su amiguita.
Desde la redacción de ‘El Sureño’ conversamos con las mamás y ellas nos contaron lo que sucedió.
La unión hermana
“Lo del casco surgió cuando la mamá de Luisi nos cuenta que ya iba a poder hacer la clase de educación física pero que tenía sí o sí usar casco protector, sino no podría hacer. Nos consultó si Emma no tenía problema de llevar uno porque a Luisina le daba un poquito de vergüenza. Y como ellas son amiguitas, si Emma usaba, le iba a ser más fácil.
Mi nena no lo dudó ni un segundo, enseguida dijo que sí, señaló que ‘esas cosas se hacen por los amigos’. Buscó su casco y hace ya dos semanas va con él a la clase de gimnasia.
Ellas se quieren mucho, están juntas de Jardín desde los 3 años. Mariana, mamá de Emma
Ellas se quieren mucho, están juntas desde los 3 años. A Emma le dolió mucho cuando pasó el accidente de Luisina.
Cuando estaba internada le mandaba dibujitos para acompañarla, estaba pendiente de su recuperación”, nos contaba Mariana, la mamá de Emma, quien fue la primera en adherirse al uso del casco.
A sumarse
Natalia, mamá de Renata, por su parte nos dijo: “Un día saliendo del cole la mamá de Luisi me cuenta que el médico la había autorizado a hacer educación física, que podía hacer, pero debía usar casco por protección.
Me dice que Luisi no quería usar porque le daba vergüenza, porque no quería sentirse diferente al resto, que la vean distinta.
Me comentó que había hablado con la mamá de Emma, otra de las amiguitas, y le había preguntado si Emma se copaba e iba con casco a educación física para acompañar a su amiga, Emma enseguida había dicho que si y ya había ido con casco ese día a la clase.
Estaba contenta porque su amiga había podido hacer la clase, porque ya tenía una compañerita. A lo que yo le digo que contara conmigo para ver si Renata, mi nena, también se sumaba.
En ese momento ni me acordaba si tenía o no casco mi nena. Cuando llegamos a casa empiezo a hablar con Renata sobre la posibilidad de ir a educación física con el casco, a lo que ella me dice primero que no, porque era un juego entre Emma y Luisi.
Ahí, con el papá y el hermano, le hablamos con sinceridad y le explicamos la situación de Luisi; que estaría buenísimo que otra amiguita se sumara para ayudarla en este momento. Ellas van juntas desde los 3 añitos.
Primero quería un casco rosa… nuevo, pero al fin la convencimos que podía llenar de ‘stickers’ el que ya tenía. Le hicimos entender que la cuestión no era el casco en sí, sino lo importante que iba a acompañarla, que la iban a cuidar, que iba a poder hacer gimnasia con ellas. Que además se iban a divertir, ayudar a protegerla.
Que de esta forma era algo muy pequeño que podíamos hacer para ayudar a que Luisina pudiera hacer su vida normal.
Como aprendizaje para nosotros, como familia, es que debemos ser solidarios, esto de ponernos un poquito en el lugar del otro. La nena esta súper contenta y nosotros felices de poder ayudar aunque sea un poquito. Mamá de Renata
Así que lo charlamos, lo entendió, le compré una plancha de stickers, que los pegó por todos lados y ya la semana pasada se fue a la escuela con su casco, súper natural, estaban recontentas; lo hacen como algo totalmente natural. Estaban las tres y ya por sumarse una nena más.
Esta semana, ya el lunes, se preparó con su casco porque incorporó que los martes se va a educación física con casco.
Luisi, el día antes de la clase, les mandó un mensajito diciéndoles ‘que las quería, que no se olvidaran el casco’, a lo que Rena y la otra nena respondieron con fotos con sus cascos.
Como aprendizaje para nosotros, como familia, es que debemos ser solidarios, esto de ponernos un poquito en el lugar del otro. La nena esta súper contenta y nosotros felices de poder ayudar aunque sea un poquito”.
Y hasta ahora son cuatro
Mariela, mamá de Isabella, quien también se sumó al grupo de amigas con casco, relató:
“Cuando pasó lo de Luisina, yo le fui con la verdad a Isa, ellas se conocen y son amiguitas desde que van a Jardín de 3.
Lo tomó mal, se puso muy triste y lloraba por su amiga. De ella salió que quería orar todas las noches a Dios por la salud de su amiga.
Así que yo les mande mensajes a las mamás del grupo para que todas pudiéramos pedir por Luisina.
Cuando le dieron el alta a Luisi, Isa se puso recontenta, lloraba… pero esta vez de emoción porque no lo podía creer.
La semana pasada me dice muy segura de que quería llevar un casco a la clase de gimnasia, porque Luisina tenía que llevar y sola no se animaba. No entendía de lo que hablaba, entonces les pregunté a los papás y ellos me contaron que la nena podía hacer educación física pero que debía ir con casco de protección y que le daba un poco de vergüenza; que Emma se había sumado y Renata igual. Así que enseguida le dije que yo le conseguía un casco y que contara con que Isabella también acompañaría.
Las nenas, las 4, se conocen desde los 3 años, son muy amiguitas. Me emociona mucho que ellas, siendo tan pequeñas, sean unidas y solidarias. Mamá de Isabella
Las nenas, las 4, se conocen desde los 3 años, son muy amiguitas. Me emociona mucho que ellas, siendo tan pequeñas, sean unidas y solidarias”.
Los padres de Luisina están muy agradecidos a las nenas y sus familias por este gesto, por acompañar a su hija en esta situación tan difícil de atravesar para ella.
Lección de vida
Una vez más los niños nos dan una gran lección de vida, su amor noble y sincero sobrepasa todo prejuicio. Pero no nos olvidemos que ellos son el reflejo de sus hogares, en esta acción queda a la vista que estas niñas tienen unas mamás y familias también solidarias. Ya que en el seno del hogar es donde se inculca y demuestra el amor al prójimo y la empatía.
Como sociedad agradecemos que todavía podamos conocer y tengamos para contar estas historias de amor, solidaridad y amistad.