Fue durante el último sábado con una variada grilla de artistas y estilos. Fue el retorno a los escenarios presenciales luego de 4 años.
EL CHALTÉN.- Con éxito se realizó una nueva edición del festival patagónico Confluencia Austral. En esta ocasión la sede fue El Chaltén, Santa Cruz.
Este nuevo encuentro significó el regreso a la presencialidad, luego de una versión virtual en 2020. Este proyecto fue una idea original, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU) del trovador Sebastián “Batty” Paz, y coordinada por el calafatense Esteban Lehue, por primera vez en 2018.
Sin duda fue un fin de semana muy importante para la cultura de la localidad cordillerana, ya que también retornaba durante esas horas la feria del Libro de El Chaltén, organizada por la Biblioteca Mujer Pionera, desde donde también se difundió la grilla de músicos.
Desde las 22:00 del sábado una gran cantidad de espectadores se dirigieron a la taberna – Refugio Cervecero, donde estaba anunciado el espectáculo.
Un cronograma variado y con artistas de diferentes rincones y estilos fue lo que pudieron disfrutar los presentes.
La apertura estuvo a cargo de Chapalele Chabón, el intérprete del folk rock del barrio Belgrano de Río Gallegos, que junto a su guitarra entonó varios de sus clásicos como “los Pibes de hoy” o “Yo quiero ser”.
Luego fue el turno de Aine Lén, que junto a Marcelo Muñoz, quienes valiéndose solo de la voz y una guitarra, dejaron toda su potencia sobre el escenario con temas como “Nuevas Formas”.
Lo siguiente estuvo a cargo de Casandra Molinari, una joven artista de Río Gallegos quien ha irrumpido con toda su creatividad y estilo en la escena regional. Junto a Navio. Con guitarra eléctrica, poesías y diversos efectos sonoros pudo mostrar, ante un atento público, la capacidad de innovar en el arte.
El cierre quedó a cargo del local Dúo Oniré que se encuentra por estos días grabando su primer álbum y cerró la fecha a toda fiesta. Roxana Beropiz y Antonella “Tone” Marangelli, acompañadas por el bajista Mauro Piombo, dejaron todo sobre el escenario. Con rock, candombe y varias fusiones cerraron una noche que deleitó, por su diversidad y calidad, a todos los presentes.
“Realmente esta noche nos llenó el corazón. Después de tanto tiempo volver a organizar el festival, y en un lugar tan querido como El Chaltén, era un enorme desafío. Sin dudas lo que se logró fue gracias al esfuerzo y al profesionalismo de quienes fueron parte. Hay grandes artistas en el sur de la Patagonia y lo que sucedió el sábado es sólo una muestra. Es impresionante que una noche de artistas con sus propias creaciones haya logrado esto”, manifestaron desde la organización.
“Esperamos poder seguir adelante con esta iniciativa. De intercambiar entre músicos de toda la Patagonia, derribando fronteras y ese es el concepto. Aspiramos a sostener en el tiempo esta iniciativa. Ya que la diversidad de voces cuando se encuentran generan momentos como los que vivimos esta vez”, cerraron; señalando que ya piensan en una nueva edición en algún punto de la Patagonia, ya sea en Argentina o Chile.