Oficial de la Armada Argentina es segundo jefe de la base antártica más austral

Es la primera vez en la historia de la Base Antártica Conjunta Belgrano II que asume un Segundo Jefe de esta Fuerza. “Espero poder cumplir con mi trabajo como corresponde, como parte de la dotación de la base”, dijo.

ANTÁRTIDA (La Gaceta Marinera).- El domingo 10 de febrero, luego de que el rompehielos ARA “Almirante Irizar” embicara en bahía Vahsel quedando a 8 millas náuticas (14,81 km) de la Base Antártica Conjunta Belgrano II -que ese día cumplió 44 años de existencia -, su dotación entrante se alistó para ser traslada.

Pasada la medianoche llegó, a la base instalada sobre el nunatak Bertrab, el jefe de la dotación entrante de Belgrano II, Capitán Cristian Ariel Albornoz, del Ejército Argentino, junto con algunos integrantes de la misma.

En el siguiente vuelo arribó el grupo que completaba la dotación, encabezado por el Segundo Jefe de la base, Teniente de Fragata IM Franco Nicolás Anaya. De esta forma, los 23 integrantes de la nueva dotación conformada por miembros de las tres Fuerzas Armadas, el Servicio Meteorológico Nacional y la Dirección Nacional del Antártico (DNA), pisaron por primera vez el espacio que los albergará durante un año.

Para conducir al grupo, el Capitán Albornoz mencionó que aplicará una enseñanza que le quedó grabada de otro antártico respecto al espíritu de cooperación: “Cada uno es una pieza importante dentro de este rompecabezas […] La idea es formar un espíritu de cuerpo único como dotación para este año”.

Para acompañarlo en el cumplimiento de la misión, cuenta con el Teniente Anaya como mano derecha, quien confiesa que profesionalmente representará un desafío muy grande y un privilegio ser el primer oficial de la Armada Argentina que ocupe ese cargo en Belgrano II. “Espero estar a la altura de las expectativas y poder cumplir con mi trabajo como corresponde, como parte de la dotación de la base”.

Si bien esta no es la primera experiencia del Teniente Anaya trabajando con personal de otras Fuerzas Armadas (durante 2019/20 participó de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre [UNFICYP]), sí es la primera vez que es el único personal de la Armada Argentina integrando una dotación conformada por catorce hombres del Ejército Argentino, cinco de la Fuerza Aérea Argentina y tres científicos de la DNA.

En él recae la responsabilidad de representar a la Fuerza en la base más austral del país, que a su vez es la tercera más austral del mundo. “Quiero demostrar que estamos a la altura de las circunstancias, que somos capaces de trabajar de forma conjunta”, señaló el joven oficial, de 30 años.

Jefe y Segundo Jefe comparten algo en común: ambos provienen del arma Infantería. “Estamos muy acostumbrados a trabajar con la gente y los dos somos de la idea que primero siempre está la gente. Uno trabaja para y por la comodidad de ellos”, explicó el Teniente Anaya, y agregó: “más allá de que cada uno tiene sus responsabilidades y tareas, hasta el momento han conseguido formar un excelente grupo de trabajo, liderando con el ejemplo y trabajando a la par de la gente”.

Campaña Antártica 2023

Como es habitual, durante la presente Campaña Antártica la dotación deberá brindar apoyo logístico para el desarrollo de la actividad científico-técnica de la DNA, el equipamiento existente y los sistemas de comunicación, a fin de asegurar la operatividad funcional de la base.

Serán responsables, además, del mantenimiento general, reparaciones menores y conservación de las instalaciones, equipos, vehículos y maquinarias. Como punto fundamental, se efectuará el recambio de generadores para reemplazar los que se encuentran obsoletos o fuera de servicio, y se instalará un baño para mejorar las condiciones de habitabilidad del personal femenino de las futuras dotaciones.

Asimismo, deberán finalizar la instalación de la pasarela que conecta la radio-estación con el laboratorio Belgrano; reemplazar parcialmente el piso de la casa habitación; efectuar mejoras en la radio-estación de emergencia, y realizar el mantenimiento del techo de la usina.

En la Campaña Antártica se llevarán a cabo varios proyectos científicos, donde se destacan los relacionados a la biología humana y psicología (Foto La Gaceta Marinera).

Otra de las tareas será la recolección, clasificación y tratamiento de los residuos, además de recuperar y evacuar la denominada basura histórica, cumpliendo el protocolo del Tratado Antártico sobre protección del medioambiente (Protocolo de Madrid), firmado en 1991.

Este año participarán del Proyecto CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) conformando la Estación Terrena Satelital Base Antártica Belgrano II, con la puesta a tierra de una antena que permitirá recabar sistemáticamente información topográfica, geológica y geomorfológica para la elaboración continua de cartografía regional y de detalle.

Además, durante esta invernada, los integrantes de la dotación realizarán la inspección y reparación del refugio antártico Cisterna ubicado en Costa Confín, para asegurar su disponibilidad en caso de emergencia o de requerimientos científicos o técnicos. A todo esto, se suma una misión muy particular: llevar a cabo un reconocimiento de la zona de monte Rufino, ubicado 200 km al sur, donde prepararán puntos logísticos de abastecimiento de combustible para que la dotación que inverne en 2025 cumpla con una misión al Polo Sur.

Actividades científico-técnicas

Si bien se llevarán a cabo varios proyectos científicos, se destacan los relacionados a la biología humana y psicología. Uno de ellos es el de cronobiología del aislamiento antártico, para evaluar el impacto de un año de aislamiento en Belgrano II, sumado a la falta de luz natural durante cuatro meses, a través del registro de parámetros vinculados a actividades fisiológicas como la alimentación, la actividad física, el sueño, los estados de alerta, etc.

Otro, es el coloquialmente conocido como “Proyecto Belgrano e Marte” denominado Telemedicina Antártica ESA. Este proyecto internacional, que se viene desarrollando desde hace varios años con la Agencia Espacial Europea (ESA), apunta a contar con instrumentos y conocimientos que permitan mejorar o asegurar el bienestar de las dotaciones invernantes y aprovechar las condiciones de aislamiento y confinamiento extremas del continente antártico como análogas de la exploración espacial.

“Lo que se busca con este estudio es tratar de replicar las condiciones de aislamiento de la gente, en vías de tener una base de datos y analizar la factibilidad de enviar en 2035 la primer misión tripulada a Marte, lo que implicaría un viaje mínimo de un año de completo aislamiento solo para llegar”, explicó el Segundo Jefe de Belgrano II respecto al estudio.

Para ello, el personal de la dotación portará durante todo un año relojes pulseras que registran unos treinta parámetros vinculados a actividades fisiológicas como alimentación, actividad física, sueño, etc. y parámetros clínicos como la frecuencia cardíaca, presión arterial, temperatura, frecuencia respiratoria, etc. “Particularmente, en la base vamos a tener cuatro meses completos de luz, cuatro de oscuridad y cuatro de penumbra. Quieren ver cómo afecta eso al ciclo circadiano”, detalló el Teniente Anaya.

El médico y el enfermero de la base serán los encargados de enviar los informes, junto con otros estudios y análisis que se realizarán durante el año como ergometrías, pesajes del índice de masa corporal, y tests para analizar cómo varía la interacción social a lo largo del año.

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