ANTÁRTIDA (Gaceta Marinera).- Una de las experiencias de intercambio con Armadas extranjeras más importante está signada por el embarco de oficiales a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar”, para realizar prácticas profesionales en la Antártida, donde Argentina es pionera a nivel mundial.
Estos embarcos son impulsados y gestionados por la Dirección de Planes, Organización y Política de la Armada, a través de los acuerdos establecidos en las reuniones de Estado Mayor que la Armada Argentina celebra con países extranjeros a los fines de fomentar los lazos de cooperación y amistad.
La Teniente de Fragata Rocío Macarena Gerlero, Licenciada en Relaciones Internacionales y Analista de la Jefatura de Políticas, Estrategia y Doctrina de la Armada, dependiente de la mencionada dirección, está embarcada como oficial de enlace, cumpliendo también funciones como Asesora Internacional del Comando Conjunto Antártico. Ella es quien lleva adelante durante esta primera etapa de la Campaña Antártica de Verano (CAV), la coordinación a bordo de las actividades de los invitados extranjeros, que en esta oportunidad pertenecen a la Armada del Reino de España y a la Marina Militar Italiana.
La Teniente Gerlero es la oficial de enlace con los marinos extranjeros.
“Argentina es un país líder en la Antártida; en este sentido, la Armada Argentina orienta sus esfuerzos para mantener ese liderazgo y comparte su experiencia invitando a oficiales navales de otras Armadas a participar de la CAV y del Curso de Navegación en Aguas Antárticas”. Tanto el perfil como la jerarquía de los invitados se establecen previamente con la Armada invitada, ya que ellos desarrollan a bordo guardias en el Puente de Comando que les permiten adquirir la experiencia de navegar en un buque rompehielos”, explicó la Teniente Gerlero.
El objetivo de estos intercambios es profundizar las relaciones bilaterales y la camaradería con los países invitados, impulsando estratégicamente las posibilidades de ampliar la oferta de pasantías, embarcos, cursos y capacitaciones, que favorezcan el desarrollo profesional de los oficiales de las naciones participantes.
“A ambos oficiales los veo muy integrados a las diversas actividades del rompehielos, aportando mucho de sus conocimientos y aprendiendo mucho de lo que cada día se realiza con el buque, tanto a nivel logístico como de apoyo a la ciencia. Sin dudas estos intercambios generan lazos que irán mucho más allá de esta experiencia y que darán frutos en el futuro”, destacó la Teniente Gerlero.
En las próximas etapas de la CAV, y cumpliendo con los compromisos asumidos por la Armada, se sumarán nuevos oficiales de intercambio de las Armadas de Estados Unidos de América, de la India y de Bulgaria.
Alberto Román Fernández es Teniente de Navío de la Armada Real de España y veterano antártico, con cinco campañas a bordo del buque polar de investigación oceanográfica (BIO) “Espérides”. Llegó de León, al noroeste de España, para sumarse al ARA “Almirante Irízar” y tener la experiencia de operar en un buque rompehielos.
El Teniente Román Fernández ha pasado por patrulleros, buques auxiliares, corbetas y portaviones, pero sin duda ha ganado vasta experiencia en navegación antártica, por lo que fue designado por su Comandante del BIO “Espérides” para este intercambio, a partir de la invitación que llegó a su Ministerio de Defensa por parte de la Armada Argentina.
“Hay muchas diferencias con el ‘Esperides’. El ‘Irízar’ es mucho más grande, tiene 300 tripulantes mientras que el buque polar tiene poco más de 50, por lo que la organización es mucho más compleja. En segundo lugar, las características de sus operaciones que, al tener 13 bases repartidas por el continente antártico, requiere de una logística mucho mayor que la nuestra, con dos bases. Y por último la forma de navegación, donde pude apreciar las técnicas que el Comandante aplica para abrirse paso rompiendo hielo a lugares a los que un buque polar no podría llegar. Es una experiencia muy interesante”.
Con respecto a la camaradería con los tripulantes argentinos, el Teniente Román Fernández aseguró que “no esperaba otra cosa por parte de la Armada Argentina. He recibido amabilidad, cortesía y educación por parte de todos; me he sentido muy bien desde el primer día, se han mostrado interesados por mi vida y mi carrera. Sólo tengo palabras de agradecimiento y sin dudas volvería a embarcar en el ‘Irízar’”.
El Teniente de Navío de la Armada Real de España Alberto Román Fernández ya es un veterano antártico.
También a bordo, llegado desde San Nicola la Strada, un pueblo perteneciente a la provincia de Caserta, en la región de Campania, cercano a Nápoles en el sur de Italia, está el Teniente de Navío Francesco Capece, quien es de especialidad hidrografía en la Marina Militar Italiana.
Francesco está destinado en el buque “Ammiraglio Magnaghi”, que realiza operaciones en Europa. Es la primera vez que visita la Antártida, y para lograrlo presentó una solicitud para aplicar a la invitación de la Armada Argentina, tras lo que fue seleccionado por su Marina entre muchos otros postulantes. “Es una grandísima ocasión que me dieron”, afirma en un claro español.
Para el Teniente de Navío Francesco Capece, de la Marina Militar Italiana, es su primera vez en el continente blanco.
“La experiencia es fantástica. Se hacen muchas cosas durante las guardias de Puente, las cuales también realizo en mi buque. Es un ambiente conocido para mí, pero con actividades muy diferentes”, comentó el Teniente Capece, y agregó: “Pude bajar en un bote hidrográfico a realizar batimetrías junto a hidrógrafos argentinos, donde observé el equipamiento que utilizan, el tipo de sonar y cómo lo llevan a cabo aquí en la Antártida, con témpanos y escombros de hielo que dificultan la labor. Tienen que mover los hielos para navegar, o esperar que un témpano pase, además de que la condición meteorológica varía muy rápido; se está operando bien y en minutos lo cubre todo la niebla, o el viento se torna imposible y hay que levantar el bote. Es muy complicado y cambiante”.
Entre las actividades que más le gustaron, además de las propias de su especialidad, se encuentran las tareas logísticas con las lanchas EDPV y el grupo playa, del que también fue partícipe, al igual que los vuelos en helicóptero Sea King que le regalaron postales inolvidables. También rescata haber visitado la Base Antártica Conjunta Marambio, donde el personal argentino le explicó todo sobre su funcionamiento y las tareas que se desarrollan allí. “No muchas personas tienen la posibilidad de conocer bases antárticas e interactuar con la gente. Me gustó mucho y fue muy enriquecedor”, afirmó.
En cuanto a los lazos con los marinos argentinos, el Teniente Capece no dudó en su valoración: “Me han tratado como una familia. No he notado diferencia a como vivo en mi buque. Es como sentirme en mi casa. Me llevo una experiencia única; es un lugar que voy a guardar dentro mío. Navegar rompiendo hielo, la fauna tan diferente como los pingüinos y un buque que trabaja día y noche, todos en conjunto, las tres Fuerzas e incluyendo los científicos. Me han dado la posibilidad de hacer cada cosa que he pedido. Bajar en botes, volar en helicóptero, visitar bases. Nada se me ha negado, tuvieron la máxima predisposición”.