Mucho se ha dicho sobre alimentación saludable y cómo alcanzarla. Diario El Sureño conversó en esta oportunidad con el Dr. Ricardo Iglesias, cardiólogo y expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina, acerca del omega 3. Por qué es tan importante para el sistema inmunológico y cómo incorporarlo a la dieta.
RIO GRANDE.- El Omega 3 es un ácido graso poliinsaturado, necesario para ciertas funciones que el organismo humano no puede sintetizar. Por este motivo debe obtenerse por medio de la dieta.
“Como nuestro cuerpo no es capaz de producirlo por su cuenta debe obtenerse por medio de la alimentación saludable o suplementos dietarios. El omega 3 tiene dos fuentes principales: alimentos de origen animal como el pescado (llamados EPA y DHA), esencial para nuestro organismo y alimentos de origen vegetal como semillas de chía (llamados ALA)”, explicó el Dr. Iglesias.
El consumo de EPA y DHA (omega 3 de aceite de pescado) disminuye las concentraciones de triglicéridos, uno de los factores de riesgo principales ante las enfermedades coronarias. La ingesta de estos ácidos grasos poliinsaturados también colabora en mantener un equilibrio beneficioso entre el colesterol LDL (“malo”) y el colesterol HDL (colesterol “bueno”), ayudando a disminuir el riesgo de sufrir problemas cerebro-cardiovasculares.
“El EPA de aceite de pescado suele estar en primera línea de la protección cardíaca y tiene excelentes propiedades antiinflamatorias y antialérgicas. Por otro lado, el DHA de aceite de pescado es más útil para el sistema nervioso, así como para el funcionamiento del cerebro y los ojos. Ambos funcionan mejor cuando trabajan juntos, motivo por el cual muchos complementos nutricionales los asocian para potenciar sus efectos positivos en el organismo”, indicó el cardiólogo.
Además remarcó que, estudios demuestran que incluir pescado y otros tipos de mariscos en la rutina de alimentación ayuda a mantener un corazón saludable y lo protege de problemas cardíacos.
Cuándo, cómo, dónde
Cuando entra un agente patógeno en nuestro cuerpo (por ejemplo, un virus), uno de los mecanismos de respuesta que se activa en nuestro sistema inmunitario es la inflamación. Cuando se produce una infección, nuestro cuerpo actúa llevando a la zona una gran cantidad de glóbulos blancos para defenderse: “Son los ácidos grasos como el omega 3 los que controlan la expresión genética de esos glóbulos blancos, ayudan a regular y alcanzar una respuesta inmune adecuada. Al colaborar en la regulación de la producción de glóbulos blancos, reducen la cantidad de compuestos inflamatorios que pueden dañar al sistema inmunológico”, detalló Iglesias.
Y agregó: “Si bien considero que es ideal consumir omega 3 de aceite de pescado regularmente, en momentos como el que estamos viviendo, es fundamental priorizar su consumo para ayudar a lograr y mantener un sistema inmune que esté reforzado ante un eventual contagio”.
El omega 3, sin embargo, no es tan difícil de incorporar, específicamente peces como la caballa, trucha, salmón, sardinas en lata y atún; son los que contienen la mayor cantidad de omega 3 de aceite de pescado.
“Una dieta rica en omega 3 también puede potenciarse con suplementos dietarios de venta libre como, por ejemplo, Regulip 1000. Es fundamental que el mismo sea a base de aceite de pescado (concentrado de aceite de salmón marino) para que contenga los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 EPA y DHA, los más importantes y efectivos para nuestra salud”, sostuvo el especialista.
Carnes y omega
En Argentina, en general, el consumo de pescado es de 9 kilos per cápita por año. Esto está muy por debajo de los casi 120 kilos anuales de carne (sobre todo vacuna): “Estos números nos muestran que el pescado no forma parte de nuestra tradición y costumbres alimentarias por lo que estamos en un nivel bajo de su consumo, pero incluirlo en nuestra alimentación diaria no es para nada imposible”, insistió el Dr. Ricardo Iglesias.
La recomendación es de 2 porciones de aproximadamente 150 gramos a la semana para cubrir la ingesta mínima de omega 3 que el cuerpo necesita: “Si bien muchas veces se pone al chía, así como el lino, las nueces y la soja como fuente de omega 3, es muy importante entender que estos alimentos cuentan con una variedad (ALA) que no proporciona los beneficios mencionados previamente. Si bien el organismo tiene la capacidad de transformarlo para obtener sus beneficios, esta conversión tiene una eficiencia que va apenas entre el 2% y el 10%”, remarcó el médico.
A su vez, el profesional reconoció que el déficit de consumo de pescado en la dieta argentina puede deberse a más que sólo falta de hábito: “El hecho de que seamos una población que no cubre el consumo ideal de pescado puede deberse a la falta de acceso, al precio en comparación a otros alimentos y al poder de saciedad que aporta.
Además, a la hora de incorporar los beneficios de este ácido graso mediante la dieta, es fundamental entender que no todos los alimentos con omega 3 tienen la misma efectividad. Nuestra salud depende de ello”, finalizó.