La industria del turismo está en plena recuperación y ya se prepara para una nueva temporada. En Argentina las vacaciones de invierno 2022 serán del 11 al 29 de julio, según lo establecido por el calendario escolar, aunque cada provincia tiene su fecha de inicio y fin dentro del período establecido. A pocos días de comenzar el receso invernal, las familias palpitan lo que será un “invierno récord” y la posibilidad de pagar los paquetes en cuotas permiten que los viajeros estén eligiendo destinos nacionales.
CORDOBA.- Ongamira es un pequeño paraje situado al norte del Valle de Punilla, asentado en un marco natural y agreste, con abundante vegetación y cascadas escondidas que invitan a la aventura y el descanso.
Reserva de hierbas medicinales y aguas termominerales, de antiguas canteras de cuarzo y de quebrachos colorados, Ongamira es un destino asombroso en el Valle de Punilla, cercano a Capilla del Monte.
En él, el arroyo de Los Morteros, el cerro Pajarillo y Los Terrones acompañan un imponente marco natural, ideal para el turismo alternativo y arqueológico.
Con 130 millones de años, este paisaje rojizo de arenisca puede visitarse entre diversos paseos. Una opción es recorrer un cerro con dos nombres, Colchiquí (o Charalqueta), el cual fue escenario de una cruenta batalla que libraron los comechingones contra los conquistadores españoles.
A su vez, se deben visitar las Cuevas de Ongamira, que constituyen la Quinta Maravilla Natural de la provincia, y descubrir los diversos aleros arqueológicos. También, se puede hacer avistaje de cóndores y cabalgatas.
Entre museos
Entre las paradas obligatorias está el Museo Deodoro Roca, un espacio cultural que resguarda la máquina de escribir con la que se redactó el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria. Se suma el “Museo Viajero”, con una sala móvil que exhibe materiales y colecciones recolectadas de las excavaciones que paleontólogos y arqueólogos realizaron en el lugar.
Cómo llegar
Se encuentra a unos 120 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a unos 25 kilómetros de Capilla del Monte. Se llega por el Camino del Cuadrado, tomando luego la RN 38. En colectivo, es posible llegar a Capilla del Monte con la empresa Ersa o Sarmiento y luego se debe contratar un servicio especial para llegar a Ongamira.
Hospedaje
El destino posee diversas alternativas disponibles. Se pueden encontrar cabañas, un camping y hasta una estancia boutique. Si no, en Capilla del Monte es posible encontrar otras opciones.
Gastronomía
El Museo Deodoro Roca cuenta con un restaurante para cenar. Otras opciones son el bar del ingreso al cerro y la casa de té y de pastelería artesanal “A orilla del Río”.
Qué visitar en Ongamira
El Cerro Colchiquí o Charalqueta; las grutas y aleros pictográficos; el Museo Deodoro Roca y el Museo Viajero son algunos imperdibles de Ongamira.
Una excelente opción para conocer Ongamira es hacer una caminata por su enigmático cerro con dos nombres.
Caminata
Escenario de la disputa entre los pueblos originarios y los españoles, este cerro, antes de este suceso, se llamó Charalqueta en representación al Dios de la Alegría. Luego se lo conoció como Colchiquí, Dios de la Fatalidad y la Tristeza. Escenario de una cruenta matanza de los españoles sobre los primeros pobladores, se cuenta que el escritor y poeta chileno Pablo Neruda afirmó de la zona que era “el lugar más triste del mundo”.
Los detalles
Este gran macizo de piedra arenisca posee unos 1575 metros de altura y cuenta con senderos señalizados. Para recorrerlo, es necesario abonar antes el ingreso. No lleva más de tres horas, ida y vuelta.
Desde su cima, las vistas panorámicas son increíbles: vuelan cóndores y otras aves de gran magnitud y los aromas de las hierbas serranas se mezclan con los paisajes montañosos.
Apasionantes historias
Adentrarse en la antigua ruta provincial N° 17 es atravesar un portal hacia el pasado para imaginar cómo vivían los pueblos originarios. Remontándose unos cinco mil años atrás, la cultura Ayampitín, la más antigua de la zona, es una de las protagonistas de esta experiencia.
Recorriendo gran parte del serpenteante camino de las Sierras Chicas. En el extremo norte de las mismas se encontrará con el Valle de Ongamira, y allí, con el cerro Colchiquí, rico en historia por las culturas aborígenes que lo habitaron antes del fatídico ataque español.
Cerros de colores
A poco de transitar el sendero, el paisaje sorprende y atrapa con su paleta de colores. La variedad de verdes de la vegetación contrasta con los tonos rojizos de los grandes paredones de arenisca milenaria. El dorado de los cerros circundantes, bañados por los pastizales de altura que se mecen al ritmo del viento, hace que este lugar sea único. Avanzando cuesta arriba, las hierbas serranas nos regalan sus aromas, ese detalle tan particular de las sierras de Córdoba.
Gracias a la preservación del lugar, existe una gran variedad de especies de aves que acompañan en el trayecto hacia la cima. Sus vuelos agregan un condimento particular al paseo, en especial la presencia de la imponente águila mora y del majestuoso cóndor, que le da un sello distintivo a este paisaje agreste. Ya en la cima, la generosa y vasta vista nos acusa el por qué este lugar fue elegido por las antiguas civilizaciones.
Como puede leerse, estos amplios paisajes, valles y montañas llenos de colores, aromas y sonidos, integran un plan perfecto para disfrutar del día junto a la familia y los amigos.
Caminos
Esta ruta escénica atesora en su trazado miles de años de vida aborigen, la llegada de los españoles, el legado de los jesuitas, las letras y pensamientos de hombres contemporáneos que bregaron por las artes y la educación, todo en millones de años de evolución natural que crearon un paisaje que deslumbra a quien se entregue a descubrirlo.
Cerro Colchiquí
Además de contar con fastuosos y soberbios paisajes, la provincia de Córdoba cuenta con una vasta historia ancestral. Visitar el cerro Charalqueta, hoy denominado Colchiquí, es una gran forma de reunir ambos horizontes.
En esta oportunidad, el punto de encuentro es el Valle de Ongamira, donde la naturaleza se deja ver rebosante de flora y fauna nativa. El paisaje atesora, como un testigo atemporal, la historia de nuestros antepasados: Los Camiares (también conocidos como comechingones).
Esta experiencia invita a comprender el lugar de la muerte en la historia y cosmogonía de nuestros antepasados Camiares que habitaron el Valle hasta la llegada de los colonizadores españoles, en el siglo XVI. Para ello, ascender a su cerro sagrado, el Cerro Charalqueta o Colchiquí, ubicado a 1575 msnm., es la propuesta. Hasta aquí llegaban los comechingones en sus últimos instantes de paso de su vida física para “fundirse con el todo”, como era su creencia. Decididos y con ayuda de una poción que el Chamiquero les preparaba, saltaban al vacío.
Sin dudas, después de esta vivencia, honrar la vida no será una simple frase sino, más bien, un gran motor para comprender cada engranaje de la naturaleza a la cual estamos unidos desde siempre.
Nuestros antepasados a este lugar que consideraban sagrado, como así también las plantas nativas que utilizaban al momento de su muerte, usando al paisaje como una gran “botica natural”.
Cada parada es una postal que pone de manifiesto el arte de la naturaleza y, tal vez, esta sensación de majestuosidad puede ser una respuesta al interrogante que muchos hacen: ¿por qué eligieron este lugar para morir?
Un recorrido imperdible
La caminata se puede realizar en cualquier época del año, siempre que el clima lo permita evitar lluvias, vientos y/o fríos intensos. A pesar de practicarse en zonas de sierras y senderos, requiere de un esfuerzo mínimo para llegar hasta el final del camino.
Las distancias no determinan necesariamente los tiempos. Este puede variar de acuerdo al clima, la condición física de los caminantes y el ritmo de marcha de cada uno.
En algunas ocasiones es posible contemplar el vuelo de los grandes guardianes alados de este lugar: los cóndores. Ellos suelen llegar hasta el cerro donde tienen condoreras de paso, para descansar de su largo recorrido.
Llegando a la cima del cerro se puede apreciar la panorámica que fuera escenario de este hecho cautivante, y contemplar el Valle de Ongamira en sus 4 puntos cardinales.
Ascender al Cerro Charalqueta (Colchiquí) no se trata solo de una actividad de turismo de aventura: también nos invita a redescubrir una nueva valoración de la diversidad del espíritu humano a partir de sus expresiones culturales ancestrales. El turista se llevará una vivencia inigualable y que jamás olvidará.
Cuevas de Ongamira
Para adentrarse en la esencia de Ongamira, vale la pena conocer las cuevas (también llamadas grutas), Quinta Maravilla Natural de Córdoba.
Por la fuerza del viento y el desgaste de la lluvia, estos enormes paredones de piedra rojiza se erosionaron formando un paisaje digno de admiración. Son tres grutas ubicadas a unos 1500 metros sobre el nivel del mar, a lo largo de 60 hectáreas. En la última, pueden verse ocho morteros.
Entre helechos, eucaliptus y zarzamoras, reluce esta increíble formación rocosa, protegida por los cerros Pajarillo, Áspero y Charalqueta o Colchiquí. En ella, los primeros pobladores de la zona se disputaron en combate contra la invasión española.
Para descubrir esta joyita histórica es posible dirigirse en cualquier momento del día (hasta la puesta de sol) y se abona un ingreso por persona.
Cómo llegar
Viajando por la ruta 9 norte, pasando Jesús María. En la comuna de Sarmiento se encuentra la bifurcación con las rutas 60 (que lleva a Catamarca), y la ruta provincial 17, que dirige hacia el oeste, rumbo a Ongamira. Otra opción, es atravesar el Valle de Punilla por la ruta 38 hasta toparse con la ruta 17, a la altura de la comuna de Charbonier. Fuente: Córdoba Turismo.
Hermosa nota, muchas gracias