El taller municipal de patchwork de la profesora Sandra Valdéz realizó el 17 de agosto la primera parte de la muestra de los trabajos hechos desde el mes de marzo. Más de 40 mujeres de diferentes barrios de la ciudad, se juntan en los SUM municipales para unir retazos, con creatividad y arte.
RIO GRANDE.- La técnica de patchwok, comenzó a usarse en Europa, durante el siglo pasado, cuando los soldados recibían uniformes remendados, mantas, hechas en retazos en tela, cosidos a mano por mujeres que los enviaban al frente para que no les faltara abrigo. Hoy es una actividad que se realiza más por placer que por necesidad, y es un verdadero arte que pone de manifiesto la creatividad, y habilidad para combinar, calcular, y unir infinitas piezas de telas diferentes.
La profesora Sandra Valdéz, orgullosa de las mujeres que concurren a los talleres municipales, dijo: “Yo comencé a aprender en 1987 la técnica de patchwork. Y empecé como ellas, no sabía nada de nada. Éramos 5 alumnas, nos enseñaban en la escuela 21. Me acuerdo que estaban las señoras del local Penélope, una maestra, dos señoras más y yo”.
Hoy Sandra tiene cerca de 40 alumnas en diferentes SUM de toda ciudad: “Cuando me llamaron desde la Municipalidad, presenté mi carpeta de trabajos. Y me dieron la posibilidad de enseñar esto que amo. Es la primera vez que lo estoy haciendo. Y la verdad que vengan mis alumnas y me digan que es una terapia la que hacen, que los trabajos son un espacio para ellas, su momento; es lo mejor”, relató la mujer.
El taller comenzó las actividades en el mes de marzo, y las alumnas ya pudieron concretar varios elementos en los que aplicaron la técnica de unir retazos de telas diferentes, cosidos a mano: “Yo soy meticulosa, soy bastante exigente, pero también es importante tener en cuenta el ritmo, los tiempos de cada una. Y lo más importante que sea una actividad que relaje, que les permita descargar”, dijo Sandra.
Desde un alfiletero, hasta tapices, y acolchados, todo se puede hacer con retazos: “Realmente no hay límites para las cosas que uno puede hacer con retazos. Las chicas ahora recién aprendieron a hacer lo básico. Pero con patchwork, la mente y la creación vuelan. Lo más loco que hice yo, es un acolchado de 1100 piezas; que se lo regalé a mi hija. Con una técnica que se llama pescado, son retacitos que van formando piezas con forma de pescadito. Es un acolchado que llevaba a todas las exposiciones, y le ponía un precio exorbitante. Mi hija me decía, ‘no lo vas a vende nunca’ pero yo le decía que ya iba a llegar su dueña. Y bueno, cuando ella se fue a vivir sola, se lo di”, contó la tallerista.
Tampoco hay límites para aprender, desde mujeres jóvenes hasta las abuelas, todas se encuentran en un espacio en el que comparten además de la pasión de este arte, momentos de hermandad, experiencias de vida: “Hasta hay un señor que va los días en que tenemos el taller en AGP, que está ahí porque se animó a coser con su señora, porque es realmente una actividad muy desestresante”, insistió la profesora.
Ilse Pacheco es una de las alumnas del taller. Desde marzo comenzó a coser. Le gusta combinar colores fuertes en sus creaciones. Pero además de la técnica, Ilse es una de las que llegó al patchwork, buscando también un poco de paz mental: “Ya he hecho un tapiz, y varias cositas. Yo desde hace muchos años, hago costura a máquina. La verdad es que nunca pensé en coser a mano. Y la verdad que me costó un poquito al principio, porque esto es pedacito por pedacito y a mano. Pero ahora casi que dejé de lado la máquina de coser”, contó Ilse.
Y agregó: “En realidad, comencé a ir al taller más que nada como forma de hacer una terapia para mí. Yo quedé viuda a hace cuatro años, y esto, me ayuda. No solo a tener la cabeza, sino que es muy desestresante además. Inclusive, como una futura salida laboral aunque es una tarea tan detallada, y demanda tiempo, así que no está muy bien remunerada”.
La profesora Sandra invitó a todos los vecinos, sin importar la edad a acercarse al taller para comenzar a unir retazos, para conocer el arte del patchwork, y también, para colaborar de alguna manera: “Estas capacitaciones son gratuitas, porque se hacen a través del Municipio, yo estoy en la Margen Sur, en AGP, en Chacra IV, en el espacio para la Tercera Edad, y en Chacra XI. Si hay gente que tiene retazos, y los tengan ahí, pensando en tirarlos, por favor que no los tiren. Nosotros trabajamos precisamente con eso. Así que, que se comuniquen conmigo al 2694-417165 o que escriban a la página de Facebook Pachtwork: el arte de unir retazos” que ahí nos avisen que nosotras lo usamos para darles a todas las alumnas”, concluyó Sandra.