El comedor Virgen del Rosario, de la Margen Sur, inició una campaña para conseguir fondos para solventar algunos gastos de funcionamiento. Al lugar asisten a cenar, a diario, entre 40 y 70 niños. En tanto que, una vez al mes, unas 50 familias acuden a buscar una bolsa de mercaderías.
RIO GRANDE.- Un grupo de voluntarios se encuentra en la tarea de llevar adelante una campaña solidaria para conseguir fondos para colaborar con el comedor Virgen del Rosario que se encuentra en la Margen Sur.
Solicitan a la comunidad la suma de 200 pesos mensuales hasta diciembre, inclusive, a cambio de un bono contribución. El dinero recaudado será destinado a la compra de mercadería necesaria para contribuir con los gastos que demanda brindarle la cena diaria a una cantidad de entre 40 y 70 chicos. Además, se utilizará para la compra de alimentos no perecederos para la entrega de módulos alimentarios a otras 50 familias que mes a mes necesitan de esa ayuda.
Al respecto, la hermana María Badini Confalonieri, responsable del comedor en dialogo con El Sureño contó que hace 7 años que está en Río Grande y, desde que llegó, se puso al frente del comedor. Al explicar la situación por la que atraciesan muchas familias de la margen sur dijo que “hay muchos padres de familias que se encuentran haciendo changas, pero todos sabemos que con las changas no se puede sostener a una familia. Esas familias se encuentran en una situación muy dura y con este clima tan adverso, la están pasando realmente mal”.
Respecto de la campaña, explicó que la idea surgió de un grupo de voluntarios que colabora con el comedor. “Lo que se pide son $200 mensuales hasta fin de año. Si bien es una suma pequeña, para nosotros es una gran ayuda”. Agregó que la gente también puede colaborar una sola vez. “Toda la ayuda es bienvenida porque los recursos que tenemos son escasos por lo que todo los que nos den es necesario y será destinado a los más necesitados que hoy están pasando por un momento muy difícil”.
Al comedor de la capilla Virgen del Rosario asisten a unos 40 niños y muchos llegan con sus madres. “Nosotros tratamos de que sean los chicos los que se vayan a dormir con un plato de comida caliente pero las mamás también tienen necesidades y a ellas no podemos negarles la comida. Acá en el comedor, muchas mamás se quedan a comer y nosotros le brindamos todo lo que está a nuestro alcance”.
El comedor se sostiene gracias a un grupo de voluntarios quienes, a diario, ofrecen una cena, que consiste en plato principal, pan y jugo. La variedad de lo que se brinda depende de la disponibilidad de los alimentos con los que se cuente. Sobre este punto, la hermana María recalcó que la cena diaria no sería posible sin la ayuda de panaderías, supermercados, el Municipio y muchas gente que es solidaria. “Cuando no tenemos algún alimentos salimos a pedir y siempre recibimos algo para poder cubrir las necesidades” dijo la Hermana; quien admitió además que “este es momento de crisis que se hace sentir. Antes nos donaban con más facilidad, hoy en día cuesta un poco, pero nos conocen, saben dónde van las cosas, y por eso colaboran con nosotros”.
Quienes quieran colaborar con el comedor, pueden hacerlo comunicándose con la hermana María al celular (02964) 15487135 o bien dirigirse al comedor, sito en la intersección de calles Hoiken con Uani, de la Margen Sur de 16:00 a 19:00. Los sábados y domingos también pueden hacerlo durante la mañana.