Pilas alcalinas: Un residuo que contamina

Las pilas alcalinas, son uno de los residuos domésticos con alta capacidad de contaminación.

Controles remotos, juguetes y otros artefactos que frecuentemente se usan en la casa funcionan en base a pilas alcalinas. Sin embargo, una vez que las desechamos, se transforman en un peligro potencial para el ambiente y la salud. ¿Qué convierte a las pilas en residuo peligroso? ¿Cómo comenzamos a tomar medidas al respecto?

 

RIO GRANDE.- Muchos de nosotros sabemos que al terminar la vida útil de las pilas (sobre todo las alcalinas) éstas se convierten en un residuo más peligroso que el resto. Aunque no sepamos exactamente qué hacer con ellas o por qué motivos.

José Abraham, ingeniero y docente de la UTN Río Grande, explicó: “El principio de funcionamiento de la pilas es justamente una reacción química que se produce, y a partir de la cual, se da la transformación de energía química en energía eléctrica”.

El proceso, y elemento químico que reacciona dependen del tipo de pila, y su tamaño. En el caso de las pilas alcalinas este proceso químico interno, es una reacción basada en metales como el plomo, Zinc, Mercurio, Cadmio, metales que conocemos como peligrosos: “En ese proceso químico, estos metales no se degradan, entonces, quedan presentes dentro del cuerpo de la pila aún cuando se haya agotado todo el proceso químico y ya no tengan capacidad de producir energía, y pasan a ser residuo, ”, agregó Abraham.

El residuo que queda, comúnmente tiene una cubierta de metal, acero, papel, que alberga un barro interno compuesto por estas sustancias y metales: “Si vos abrís una pila se ve una especie de polvo negro, que es mayormente carbón, y los metales. Ahí comienza otra historia. La pregunta sería nosotros como sociedad qué hacemos con ese tipo de residuo. Porque si vamos a lo que está escrito en la normativa, en el caso de las pilas, yo las desecho como residuo común que es lo que va al relleno sanitario, y cuando se abre la cobertura comienza a formarse lo que se llama lixiviado”, advirtió el ingeniero.

Este Lixiviado es el líquido que resulta de la descomposición de la basura. El mismo, puede llegar a encontrar con napas de agua, en las que los metales que no se degradan, pueden producir contaminación. “Es por esto, que las pilas están incorporadas dentro de los llamados residuos peligrosos. Es decir que son residuos que representan un riesgo para la salud de las personas o que pueden dañar el medio ambiente”, detalló Abraham.

Nosotros lo qué deberíamos hacer, es darle un tratamiento especial a esos residuos. En Tierra del Fuego, se rige en este aspecto por la Ley provincial 105, adecuación de la ley nacional 24051 que es la que determina esta clasificación y dice cuales son las corrientes de deshechos: “El tema es cómo lo llevás a práctica. Vos podés en tu casa en lugar de arrojarla como residuo común, guardarla en un recipiente de vidrio, hasta que una autoridad de aplicación, mediante una campaña u otro dispositivo”, aclaró el ingeniero y agregó: “Debería haber algo transversal en lo que participaran la Universidad, la Municipalidad, el Gobierno, los distintos entes y como sociedad, tomemos la decisión de lo que vamos a hacer”.

Fuentes consultadas por El Sureño en el Municipio de Río Grande, confirmaron que actualmente, tanto las pilas alcalinas como otros residuos domésticos considerados como peligrosos se están volcando en el relleno sanitario, como residuos comunes. Sin embargo aseguraron que se está tratando de encontrar un plan de acción para los mismos.

Algunos ejemplos en Argentina tienen que ver con el almacenaje de las pilas en un lugar donde no entren en contacto con el agua, la tierra o el aire: Desde recipientes enormes de vidrio, aislados. También uno de los casos conocidos es el de la Universidad de La Plata (UNLP) que implementaron un programa de prueba, con una planta en la que procesaban las pilas en desuso para recuperar los metales de su interior.

“Esas cosas implican dinero para empezar. Y sobre todo, la respuesta que se le da a este problema, depende de lo que decida la sociedad, de la organización social y el nivel de conciencia”, reconoció el docente.

“Yo trabajaba en una compañía, como jefe de Seguridad y Ambiente. Por un lineamiento de esta corporación, lo que nosotros hacíamos era almacenar las pilas en un recipiente, y después la enviábamos a un procesador autorizado por la ley que las encapsulaba y les daba un tratamiento especial. Pero insisto, que hoy, esto es algo que queda librado a la conciencia y el conocimiento que tenga cada uno. Hay personas que no por maldad, tal vez por ignorancia, las desechan en el tacho de la basura, como un residuo común. Y la verdad es que con este tema, deberíamos hacer una campaña informativa, y comenzar a pensar en una forma más apropiada de desechar las pilas”.