Productores de Tierra del Fuego (de Chile y Argentina) mantuvieron un encuentro en la estancia Cullen ante la problemática de la invasión de una maleza conocida como Pilosela (Hieracium pilosela). Su rápida expansión atenta contra los pastizales lo que podría generar falta de alimento para el ganado. La maleza comienza a comprometer la cría de ganado en toda la isla.
RIO GRANDE.- La estancia Cullen, sita en la ruta nacional N°3 en el kilómetro 2700 al norte de esta ciudad, fue el lugar elegido por integrantes del INTA y del Ministerio de Producción y Ambiente de Tierra del Fuego para llevar adelante una reunión informativa relacionada a la amenaza que representa, para los productores rurales, la especie invasora que se conoce como Pilosela (Hieracium pilosela). Esta maleza, originaria de Europa, ha comenzado a comprometer la producción ovina en Tierra del Fuego, tanto del lado chileno como en el argentino. Los especialistas indicaron que donde se reproduce esta especie, no crece el pasto necesario para alimentar el ganado. Además, atenta contra la producción de la madera, la turba y la lana.
Los mismos investigadores reunidos, explicaron a los productores la importancia de trabajar en la erradicación de esta especie que podría reducir drásticamente la producción de forraje para las ovejas.
Estancia Cullen
En este contexto, se realizó una jornada de campo en la estancia Cullen en la que se brindó información respecto de las características de la maleza y de cómo atenta contra la producción rural amplia. La jornada informativa estuvo dirigida a productores y técnicos sobre el control de malezas y manejo de vegas para uso estratégico.
Esta actividad tuvo como objetivo principal concientizar sobre la problemática del enmalezamiento de los pastizales en la estepa magallánica fueguina, analizar los resultados de experiencias de control llevadas adelante por el establecimiento y también evaluar el análisis de los resultados en el mejoramiento de vegas para uso estratégico.
Durante la reunión se expusieron resultados de las distintas investigación que han llevado adelante desde hace más de 50 años, tanto en Argentina, Chile y otras partes del mundo en donde la evolución de Hieracium pilosela ha causado, y causa, muchos problema y pérdidas varias veces millonarias.
En la oportunidad, disertó el Dr. En Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Agronomía de la FAUBA, Pablo Cipriotti, quien es además Ing Agr., investigador del CONICET y el Ing. Agr. Enrique Frers, quien es asesor privado en la estancia Cullen. Además, participaron integrantes del INTA encabezados por Enrique Livraghy, quien es Ing. Agr. y coordinador Territorial y de Desarrollo del organismo estatal en Tierra del Fuego.
Pablo Cipriotti
Quien brindó una amplia exposición al respecto fue Pablo Cipriotti quien, en diálogo con este medio señaló que su presencia en la jornada responde a que “tengo una historia de interacción de trabajo en ecología de pastizales, en ecosistemas pastoriles desde que me recibí de Ingeniero Agrónomo”. Desde su primera intervención relacionada a la Pilosela que fue en el 2005, Cipriotti trabaja en la investigación de esta especie.
Dijo que el problema es heterogéneo, “o sea que es muy variable y depende mucho del grado y maduración de los tipos de suelo de la historia de uso de manejo. No se puedan una afirmación global que sea válida para todas así que lo primero que se debe hacer es atender esas situaciones de heterogeneidad y las diferencias ya que, en cada campo y en cada área pueden haber historias distintas porque por ejemplo la geomorfología tiene diferencias y a la Pilosella le puede ir mejor en un suelo que nosotros o la historia de uso tiene diferencias entre cuadro”. Por eso se debe “detectar la heterogeneidad y saber dónde están las áreas/problemas versus las áreas que son más fáciles de intervenir. Luego, hay planes de acción aunque, aún no existe un trabajo orgánico central pero se está trabajando en un esquema de pauta para atender las distintas situaciones potenciales que se puede encontrar en cada caso”.
Cipriotti señaló que, “lo que se ha probado en el mundo es el control químico y se trabaja en el control biológico. En esta oportunidad no se habló del control biológico porque esas experiencias las están trabajando en Chile y acá en la Argentina se trabaja con el control químico. “Está probado que el control químico es efectivo pero no implica que no existan rebrotes”.
El control biológico
Dijo que en Chile, actualmente trabaja en el control biológico de esta maleza mediante la utilización de una avispa pequeña y una mosca que parasitan y producen agallas en las flores y en los estolones de la maleza. En tanto, en otras partes del mundo se experimenta un combate con el uso de dos hongos que, al atacar cubren completamente la lámina foliar.
La investigación en Argentina se basa en entender la respuesta fisiológica de la especie para tratar de encontrar su “talón de Aquiles”. “En el presente se están desarrollando tres experimentos en la isla en los que se estudian los atributos característicos de la planta para tratar de encontrar cuál es el punto débil de la Pilosella. Entre otras cosas se está pensando en una especia que sea parecida a la Pilosella, que la desplace pero que también tenga valor pastoril”, señaló el investigador
El profesional del CONICET alentó a que este tipo de reuniones sirven para concientizar a los productores a que se debe trabajar en el tema porque “hay registros en otras partes del mundo respecto del poder de la Pilosella para exterminar pastizales muy grandes”. Finalmente el profesional del agro señaló que “estas reuniones siempre son positivas ya que, para el sector productivo y ganadero, es un tema prioritario” ya que “esta especie, podría generar que, en 30 años, muchos productores se queden sin campos”.
Enrique Frers
Enrique Frers, quien trabaja en estancia Cullen es quizá una de las personas que más se ha involucrado con esta problemática por lo que tiene en su haber una vasta experiencia en el trabajo que se realiza y sus resultados. Señaló que esta reunión es la cuarta que se realiza sobre el tema en las que siempre se trata de fomentar acciones para mitigar el impacto que tiene la Pilosella sobre los campos fueguinos argentinos y chilenos.
Frerse indicó que “el problema que tiene la maleza es que no tiene ninguna enfermedad a ningún insecto que el ataque y las condiciones del clima que tenemos acá en Tierra del Fuego, particularmente en la estepa son ideales y va avanzando. El asunto es que la Pilosela tiene la capacidad de eliminar el resto de la vegetación y se queda sola y donde ella vive no crece nada más. En zonas aledañas se ha encontrado que elimina hasta las matas por lo que se genera un problema de biodiversidad. Hoy, lo que estamos intentando hacer es encontrar formas de controlarla porque sabemos que erradicarla es algo imposible por lo que tenemos que comenzar a convivir con ella pero hoy aún no tenemos las condiciones para que eso suceda”.
El Ingeniero señaló que acá en Tierra del Fuego “nosotros estamos trabajando en el control químico y no sé si es la solución pero tenemos una lucecita de esperanza o, al menos, intentamos ganar tiempo hasta que aparezca una algo mejor. De lo que sí estamos seguros es que si no hacemos nada en 2040 muchos campos de Tierra del Fuego serán totalmente improductivos”.
Freser dijo que para trabajar en la problemática, “no sólo se deben involucrar los productores sino que también lo debe hacer el Estado porque los productores en soledad no tendrán la capacidad de luchar contra esta especie. En la solución se debe trabajar en conjunto y se debe entender que es un problema que afecta a todos”.
Enrique Livraghy
Otro de los profesionales presentes en la reunión que se llevó adelante en la estancia Cullen fue el Ing. Agr. y coordinador Territorial y de Desarrollo del organismo estatal en Tierra del Fuego Enrique Livraghy. En diálogo con la prensa, precisó que esta maleza está presente en Tierra del Fuego hace más de 30 años y es una especie que llegó desde otras partes del mundo. “Actualmente y sabiendo los problemas que genera esta especie, comenzamos a convocar a los productores para tratar de trabajar al respecto”. Dijo que por primera vez, Tierra del Fuego contará con una estación experimental y ahora podremos estudiar de manera más profunda, este tema que preocupa”.
Dijo que este tipo de encuentros entre profesionales y con productores argentinos y chilenos, sirve para compartir experiencias y comenzar a trabajar de manera mancomunada en la mejor solución lo que se traduce en una estrategia de control bi nacional.
En este contexto Livraghy brindó detalles más profundos al indicar que esta maleza no solo está asociada a la producción ganadera sino que involucra a todas las áreas que trabajan con el suelo y que tienen una intervención directa.
El funcionario del INTA dijo que hoy, hay sectores involucrados que se están preocupando. “Hay ejemplos de lugares en los que hace 25 años eran campos de pastizales y hoy no hay nada más que Pilosela”.
Señaló que “si no hacemos nada, esto será un problema grave en el futuro inmediato y afectará la producción del ganado, maderero y turbero o lanar, por lo que es una problemática amplia”.
Como dato explicó que “en distintas partes del mundo se gastan millones de dólares en el control y se pierden otros millones en las consecuencias que deja por la falta de producción”.
La pilosela
Es una hierba emparentada con la lechuga que también se la conoce como “Velosilla”. Es una especie muy agresiva y en Tierra del Fuego está presente en casi el 70% de los campos del pastizal lo que despertó la alarma de los productores ya que, su diseminación comienza a complicar seriamente la cría de ovinos.
Es una planta exótica instalada en los pastizales naturales de toda la isla de Tierra del Fuego. La especie ya cuenta con una gran cobertura de la superficie. Los estudios indicaron que en diversos sectores de la isla, hay terrenos modificados, como pasturas abandonadas, áreas quemadas, canteras y oleoductos donde se han encontrado “manchones” con coberturas superiores al 30%.
Según los especialistas, la planta no posee ninguna característica deseable desde el punto de vista productivo y disminuye la receptividad de los pastizales. Su éxito como invasora se debería a la combinación de diversas características entre las que se encuentra la tolerancia a la escasez de agua. Además tiene estructuras de reserva subterráneas, crece de forma vegetativa por estolones, produce una altísima cantidad de semillas pequeñas que el viento dispersa a largas distancias, y se comprobó que produce ciertas moléculas que afectan negativamente a otras plantas vecinas. La pilosella es originaria del norte de Europa y oeste de Asia, y se extiende a través del sur de Inglaterra, norte de Alemania, Francia, Polonia y la República Checa, entre otros países. En los años ‘40 y ‘50 llegó a Australia y a Nueva Zelanda, donde por su agresividad generó problemas productivos muy graves durante la década del ochenta.