La pandemia mundial de diabetes, de la que los medios masivos de comunicación casi no hablan, pone en evidencia la falta de regulaciones adecuadas de los gobiernos sobre las actividades de la industria alimentaria y en garantizar el acceso a bajo costo de la medicación que los pacientes necesitan para está enfermedad.
Hace unos 100 años los científicos que fabricaron por primera vez la insulina de origen animal, lograron salvar miles de vidas de niños con diabetes de tipo 1, muchos de los cuales incluso ya estaban desahuciados. Esta diabetes de tipo 1 es considerada una enfermedad autoinmune, no reconociéndose con exactitud cuál es su causa, y afecta a los pacientes desde la edad infantojuvenil que requieren tratamiento con insulina de por vida. En cambio la diabetes tipo 2 es la que se desarrolla debido a los malos hábitos modernos de consumo excesivo de grasas y azúcares, el sedentarismo y la obesidad. Estos factores desencadenan el mal funcionamiento del páncreas que lleva a una deficiente fabricación de insulina endógena. En la mayoría de los casos los pacientes con diabetes tipo 2 también requieren tratamiento con insulina, que es una hormona que controla el metabolismo de la glucosa en el organismo, siendo la encargada de regular los niveles sanguíneos de azúcar mediante el transporte de la misma a los tejidos. Estos héroes científicos, de hace alrededor de 1 siglo, vendieron la patente de la insulina animal -a un precio simbólico de un dólar- a una gran empresa farmacéutica para que ésta financie la producción de este medicamento a gran escala y lo perfeccione, simplemente porque querían beneficiar a la humanidad con este descubrimiento. Con posterioridad, surgió la insulina humana obtenida a partir del genoma humano y los costos de esta nueva insulina se incrementaron. Luego apareció un análogo “perfeccionado” de la insulina humana: la Insulina Lantus, que permite a los pacientes colocarse una sola inyección diaria y previene el riesgo de hipoglucemia nocturna. Hoy en día, las grandes compañías farmacéuticas obtienen gigantescas ganancias con estas nuevas insulinas, a costa de los millones de enfermos que padecen esta enfermedad en el mundo. Esto generó cuestionamientos en los sistemas de salud de algunos países europeos y en Estados Unidos, quienes no consideran adecuado el precio al cual las multinacionales farmacéuticas venden estas nuevas insulinas. Por este motivo, muchos pacientes de estos países ricos no pueden acceder a estas insulinas análogas, poniendo en serio riesgo su salud.
Debido al creciente aumento de casos de diabetes en todo el mundo, la ONU se pronunció solicitando a los gobiernos que tomen medidas para frenar el avance mundial de esta enfermedad, que además de generar tanto sufrimiento humano también conlleva onerosos costos en salud pública en todos los países.
Al final de cuentas todos perdemos, todos menos las grandes industrias farmacéuticas multinacionales.
Pero no todo el panorama es tan negativo. De manera reciente se viene investigando la posibilidad de remisiones clínicas completas de diabetes tipo 2 mediante un método de reducción extrema de peso desarrollado en el Reino Unido. Según la publicación de este grupo de investigadores, consiguieron que casi el 50% de los pacientes que lograron este descenso radical de peso revirtieron la diabetes tipo 2 y se encuentran ahora en control y sin ninguna medicación. En este trabajo consiguieron que los pacientes bajen de peso mediante un régimen dietario estricto consistente en una bebida baja en calorías fabricada en base de soja, limitando al máximo el consumo de carbohidratos.
La hipótesis científica es que el sobrepeso y la obesidad generan exceso de grasa en el páncreas, lo que impide su correcto funcionamiento y se ve limitada la producción de insulina. Toda esta situación es revertida al bajar radicalmente de peso, retornando a la normalidad los niveles de insulina.
En este sentido también cobró, en los últimos tiempos, una gran notoriedad la llamada “cirugía metabólica” que tiene la misma finalidad de restringir la ingesta y absorción calórica en pacientes que padecen diabetes u obesidad. Está cirugía consiste en reducir la capacidad del estómago mediante un procedimiento laparoscópico llamado “By Pass Gástrico en Y de Roux”. En otros países de Europa, como en Alemania replicaron el estudio de los británicos también con éxito, enunciando en el informe científico que un 30% de los pacientes que bajaron radicalmente de peso obtuvieron la remisión clínica de la diabetes y se encontraban sin medicación.
Otro punto de conflicto respecto de la diabetes es la polimedicación con fármacos hipoglucemiantes orales. Existe un análisis sanguíneo, que se usa para medir el promedio de azúcar en sangre llamada Hba1c y se considera beneficioso mantener un nivel menor de 7 de este examen para reducir los riesgos de complicaciones diabéticas.
Con ese afán los médicos suelen recetar varios fármacos que reducen los niveles de glucosa en sangre, con la casi obsesión de mantener este valor debajo de 7, pero con el riesgo de provocar peligrosos descensos de los niveles de azúcar en la sangre: la hipoglucemia, que puede provocar el coma y la muerte del individuo. Sin embargo en un estudio publicado de manera reciente en el “New England Journal of Medicine” se cuestiona el beneficio de mantener los niveles de Hba1c por debajo del 7%, postulando que se demostró menores complicaciones oculares y en los pies de quienes mantenían estos valores, pero no mejoraron los resultados en cuanto a las complicaciones renales y cardiovasculares. En este sentido, van todavía más lejos, afirmando que en los diabéticos, reducir de manera exagerada los niveles de azúcar en sangre puede ser más riesgoso a nivel cardíaco.
Estimado lector, siento una gran impotencia al ver la ineficiencia de nuestros gobernantes en el manejo de las enfermedades crónicas, en todo el mundo. Aplaudo la iniciativa del vecino país de Chile que fue pionero en la ley de etiquetado de alimentos poniendo el foco en el beneficio de la gente y no de las grandes industrias de alimentos. Hoy varios países incluso el nuestro van a imitar esta loable medida.