El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón (desde el año 2000) con el propósito de concientizar y difundir recomendaciones acerca de la prevención, control y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares cuyas consecuencias más temidas son: el infarto de miocardio, los accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca, ya que las mismas son la principal causa de mortalidad y, además, representan un porcentaje significativo de incapacidades.
Por el Dr. Raúl Maltez – MN 135924 MP 468 – Presidente del Distrito Austral.- Sociedad Argentina de Cardiología.- El corazón es básicamente un músculo del tamaño de un puño, cuyo peso en el varón puede alcanzar hasta los 425 gs y en la mujer hasta los 300 gs. Cuenta con un sistema eléctrico que genera y conduce una orden o impulso que precede a cada contracción o latido, posee 4 válvulas, y es alimentado por 2 arterias llamadas coronarias.
Se contrae o late en promedio 70 a 80 veces por minuto, o sea entre 100.800 a 115.000 veces por día y 35 a 42 millones de veces por año, expulsando 4,5 a 5 litros por minuto para satisfacer las demandas de todo el cuerpo, enviando unos 8.000 litros de sangre por día al organismo.
Este noble órgano puede dañarse por múltiples causas o enfermedades, siendo la más frecuente la enfermedad de sus arterias.
La enfermedad más frecuente de las arterias (entre ellas, las coronarias), es la aterosclerosis, que es la responsable del 90% de los infartos y la principal causa de las muertes súbitas.
Es por ello que las medidas recomendadas en prevención estén destinadas a reducir la exposición a todos aquellos factores que facilitan el origen, la progresión y el desarrollo de la aterosclerosis de las arterias coronarias y también de otras arterias del organismo.
7 son los principales factores que aumentan la probabilidad que las arterias coronarias o del corazón se enfermen: 4 tienen que ver con nuestros hábitos de vida y ellos son:
La inactividad física, la alimentación no saludable, el exceso de peso y fumar.
Los otros 3 son la hipertensión arterial no tratada o tratada y no controlada, los niveles elevados del colesterol, principalmente del malo o LDL y la diabetes.
También hay factores de riesgo propios de la mujer; como menarcas precoces o tardías, pérdidas de embarazos, nacimientos prematuros, diabetes gestacional, estados hipertensivos del embarazo y menopausia precoz, cada uno de estos factores incrementan el riesgo de presentar enfermedad arterial coronaria.
Los hábitos de vida son tan relevantes que la Asociación Americana de Cardiología y el Colegio Americano de Cardiología publicaron guías en prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares y resaltan que, el 80% de las enfermedades arteriales (coronarias) podrían evitarse con solo cambios en los hábitos de vida (alimentación saludable, actividad física, mantener el peso y no fumar).
Es preciso conocer nuestros números: el peso y el perímetro de cintura, los valores de nuestra presión arterial, nuestros niveles de colesterol, particularmente el llamado malo o LDL colesterol y la glucemia.
Detectar tempranamente alteraciones de estos factores nos permitirá actuar precozmente sobre cada uno de ellos, reduciendo de manera significativa la probabilidad que nuestras arterias se enfermen, evitando sus temidas complicaciones.