Este es un gran logro de la dotación 2024 de la base antártica más cercana al Polo Sur, que en marzo de este año puso en funcionamiento el tercer módulo de producción hidropónica de hortalizas impulsado por el INTA.
USHUAIA.- Durante el fin de semana el equipo a cargo del módulo de producción hidropónica del INTA cosechó por primera vez rúcula fresca en la Base Antártica Belgrano II.
Se cumplió con este objetivo gracias a un gran sacrificio y un trabajo en equipo admirable. Además, fue la mejor manera de celebrar el Día del Amigo, ya que la verdura cosechada fue utilizada para preparar las pizzas que compartió la dotación ese día.
Desde la Estación Experimental Santa Cruz felicitaron al encargado de base, suboficial Principal Benito Fernando Cumil; al mecánico de Instalaciones, sargento Santiago González (responsable del agua, luz y mantenimiento general del módulo); y al auxiliar de sembrado y recolección de agua del glaciar, sargento Primero Ramón Guerra, por la voluntad y el entusiasmo puestos en este proyecto que ya está dando sus frutos.
Este es un gran logro de la dotación 2024 de la Base Antártica Belgrano II, la más cercana al Polo Sur, que ha puesto en funcionamiento el tercer módulo de producción del Proyecto MAPHI (Módulo Antártico de Producción Hidropónica).
Este proyecto es impulsado por el INTA Argentina, la UNPA, la Dirección Nacional del Antártico y el Comando Conjunto Antártico.
El MAPHI 3 cuenta con una superficie total de 9,28 m2, pero gracias al aprovechamiento de espacio vertical del recinto y una distribución optimizada de los componentes, posee 3 niveles de producción que otorgan 8,55 m2 para cultivar vegetales y 4.49 m2 para la zona de servicio y almacenamiento. Allí se instalaron 34 contenedores de producción en los que se producen 136 plantas en forma simultánea. Este módulo cuenta con un sector para microgreens que son vegetales que se cosechan cuando tienen solo unas pocas semanas de crecimiento.
La producción de hortalizas en la Antártida se inició primero en la Base Antártica Conjunta Marambio, donde desde 2021 se producen lechugas y rúculas frescas. Posteriormente, a partir de los excelentes resultados obtenidos, se puso en marcha en 2023 un módulo de producción en la Base Esperanza.
Los módulos permiten contar con vegetales frescos en una de las regiones más inhóspitas del planeta, lo que mejora la calidad de vida y la dieta del personal que se encuentra en las bases donde habitualmente se consumían vegetales en conserva.