Alias “Jorge EL MAESTRO”
Me llamo Patricia Estela Gómez. Nací en Río Grande, en la clínica de las calles Lasserre y Piedra Buena. Mi familia está constituida por mi esposo, Lucas Alberto Altamirano; mis hijos: Vanina y Ezequiel; mis dos nietos: Valentín y Benjamín, y mi hermano Jorge Luis Gómez. Mis abuelos maternos: Norberto Antonio Vera y Auristela Barrientos González, ambos fallecidos. Somos hijos de Presentado Gómez, alias “Jorge, El Maestro” y Margarita Virginia Vera.
Hoy quiero mencionar y honrar, en primer lugar, a mi padre, fallecido en septiembre del 2018; tratar de narrar su historia y su paso por estas tierras fueguinas.
Llegó en el año 1957 desde su provincia natal, Corrientes, a nuestro querido Río Grande, en donde por sorteo se incorpora a la Armada Argentina, al BIM Nº5 Escuela, como soldado, para cumplir con el deber del servicio militar obligatorio.
En este, su labor fue desempeñarse pelando papas en la cocina del Casino de Oficiales, ubicado en la Av. San Martín. Allí descubre su pasión, dedicación y respeto hacia la cocina, tomando el oficio y título de cocinero, panadero y repostero.
En febrero del año 1962 se casan mis padres. En sus comienzos como esposos vivían en el barrio militar de la calle Sebastián Elcano. Luego de su baja como conscripto de la Armada, continúa trabajando como personal civil en el casino y en la cocina del Batallón de Marina. Con el tiempo, se gana el respeto de los colegas cocineros de la ciudad quienes, de boca en boca, fueron conociendo su manera de cocinar y juntos, sin competencia, progresaban en los diferentes estilos de la gastronomía.
Él fue famoso por las pastas caseras y tortas elaboradas por sus propias manos. Siempre trabajó con responsabilidad y esmero, aprendiendo cada día algo nuevo.
Nos solía contar que el primer libro que leyó, con atención y además atesoró, fue el de Doña Petrona, libro de cabecera que seguía paso a paso aplicando a sus recetas y descubriendo el oficio de repostero y cocinero.
Cuando mi madre estaba embarazada de mi hermano nos mudamos a la calle Rafael Obligado Nº 541, pero, según un relato familiar, a los días nos trasladamos a la casa de mis abuelos maternos ubicada en la calle Rosales al 500, ya que la vivienda anterior no estaba en condiciones. No tenía gas natural, nos calentábamos con tachos dentro de la casa y la cocina funcionaba a leña. Esa, que nos proveía mi abuelo Don Vera en su camión verde.
En ese mismo domicilio y al cabo de unos días, mi madre da a luz a Jorge Luis en 1965. El parto, de urgencia, fue asistido por mi padre y abuela, mientras esperaban a la partera de la Armada, quien llegó más tarde.
Con mucho esfuerzo en el año 1970, aproximadamente, mis padres abren la Rotisería “Patricia” en la calle Rosales, al lado de Radio Nacional, propiedad de mis abuelos. En 1973 nos mudamos a la Av. Belgrano Nº 443, para ampliar el negocio familiar y así inaugurar el Restaurant “Betelgeuse” (Estrella Brillante).
Este fue alquilado por mi padre una vez que me casé y los nuevos inquilinos lo renombran “Rotisería Aragus”, siendo un restaurant de nivel internacional. En la actualidad es conocido como “Rotisería Zerpa”.
Nuestro objetivo familiar es que lo reconozcan como un antiguo poblador, ya que vivió sesenta años en la ciudad de Río Grande, en donde se adaptó de inmediato a las costumbres fueguinas, tomándoles cariño y, así mismo, creando un sentido de pertenencia.
Como hija me siento orgullosa de la huella que marcó en nuestras vidas. Con la alegría y buen humor que lo caracterizaban, construyó un camino dedicado al servicio de la gastronomía.
Hoy, aunque se note su ausencia física, para nosotros, sus hijos, sigue su presencia intacta en nuestros corazones.
Con amor sus hijos Patricia y Luis.