BUENOS AIRES (NA).- El presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, admitió que la inflación de octubre “será alta”, pero bajará en noviembre y diciembre, y aseguró que el Programa Monetario implementado desde que asumió al frente de esa entidad es “sustentable” y tiene “solvencia”.
Al presentar el Informe de Política Monetaria (IPOM) de octubre, el funcionario hizo referencia a las elevadas tasas de interés y consideró que “en algún momento van a bajar, pero no estamos en condiciones de decir cuándo”.
“La inflación se aceleró fuertemente desde junio alcanzando un pico en septiembre”, afirmó y consideró que “los últimos meses fueron muy duros para todos los argentinos”.
Al explicar el plan cambiario, señaló: “Si uno elige controlar cantidades, no elige controlar precio y el Banco Central tomó la decisión de garantizar que el crecimiento de la base monetaria sea cero, como elegimos eso, no controlamos un precio como es la tasa de interés, que la determina el mercado”.
Sandleris, quien fue designado el 25 de septiembre en el Central en reemplazo del renunciante Luis Caputo, destacó el rumbo del régimen monetario implementado a principios de octubre y dijo que está “bien encaminado”.
Sandleris consideró que el plan de metas de inflación “es un esquema que fue muy exitoso en otros países, pero no logró acá generar un ancla fuerte en las variables nominales”.
“La gente viene haciendo enormes esfuerzos”, señaló y aseguró que “lo más nocivo para la economía argentina es seguir como estábamos en los últimos meses, con alta volatilidad en el tipo de cambio”.
Admitió que la situación “es frustrante para la gente porque los resultados tardan en llegar”, pero remarcó que el gobierno está “sentando las bases para que la economía vuelva a crecer”.
“La inflación de septiembre, la depreciación de la moneda, la caída de la actividad que se profundizó a partir de la inestabilidad de las variables financieras, constituyen el desafío que enfrentamos”, sostuvo el jefe del Central.
Al trazar un estado de situación, dijo: “Los últimos meses fueron la consecuencia de tres cosas: primero, la herencia, años de políticas económicas desacertadas; segundo, el shock por la sequía y la volatilidad en mercados financieros internacionales y suba de las tasas, y tercero: errores propios, al subestimar la corrección de los desequilibros recibidos y la situación internacional”.
Afirmó que “la escalada de la inflación nos llevó a tener la necesidad de modificar el plan monetario, abandonar el esquema de metas de inflación y adoptar un esquema más simple y contundente, para asegurar la posibilidad anclar las variables financieras”.
“Este cambio busca reducir lo más posible el riesgo de que volvamos a vivir meses como los que pasaron: no hay nada más peligroso que la volatilidad de los últimos meses”, aseveró.