LAUSANA, SUIZA (AFP).– El boxeo vivió ayer un momento histórico con la admisión de los boxeadores profesionales en los Juegos Olímpicos, una pequeña revolución avalada por la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA), pero cuya materialización aún llevará un tiempo.
Reunidos en un congreso extraordinario en Lausana (Suiza), los miembros de la AIBA se pronunciaron a favor de la admisión de los boxeadores profesionales en el torneo olímpico, con 88 votos a favor y cuatro abstenciones.
La reforma emprendida en el deporte del boxeo en 2012 admitiendo a las mujeres en los Juegos Olímpicos 2012, y retirando los cascos en los hombres en los Juegos de Rio (como era el caso hasta Los Ángeles 1984), da un nuevo paso hacia adelante.
“Entre los 28 deportes presentes en los Juegos Olímpicos de verano, el boxeo era el único deporte que no admitía a profesionales”, declaró el presidente de la AIBA, el taiwanés Ching-Kuo Wu.
Aunque el conjunto de los profesionales podrá disputar los Juegos Olímpicos, en principio serán pocos los casos presentes en Rio, ya que muchos no dispondrán de tiempo para disputar el último torneo clasificatorio, previsto en Venezuela en julio.
La primera puerta a la profesionalización del boxeo olímpico se abrió hace tres años, cuando la AIBA autorizó participar en los Juegos a los boxeadores profesionales con menos de 15 combates disputados.
La decisión tomada ayer se inscribe en “la perspectiva de Tokio 2020, porque el ciclo de clasificación para Río está muy avanzado”, explica la AIBA.
Parece complicado que las estrellas del boxeo acudan a Río. En efecto, el último torneo clasificatorio se antoja muy precipitado.
El ucraniano Vladimir Klitschko, medalla de oro en los Juegos de Atalanta 1996, cuando era amateur, que había asegurado en marzo que iría a Río si se aprobaba la reforma, parece contar con escasas opciones de ir a Brasil ya que pelea el 9 de julio en Manchester.
El filipino Manny Pacquiao, que soñaba con representar a su país en una cita olímpica, anunció su renuncia a finales de mayo.