La utopía es un espacio o territorio imaginado como perfecto, soñado, deseado, sin problemas. Refiere a una comunidad que vive en un estado ideal para sus ciudadanos. Lo opuesto a utopía –su antónimo– es distopía.
La palabra utopía proviene del griego y su etimología significa “no lugar”, o un lugar que no existe. El término fue acuñado por Tomás Moro para su libro escrito en 1516 con ese nombre. El refiere a una sociedad que vivía en una isla ficcional de nombre Utopía ubicada en el océano atlántico.
El autor uruguayo Eduardo Galeano[1]se preguntaba: ¿Para que sirve la utopía? , si no se puede lograr. En la siguiente frase explica su utilidad:
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Como mencionamos antes, distopía es lo contrario a utopía. Ampliemos.
La palabra distopía nos hace pensar en la llegada del apocalípsis, la llegada a un lugar parecido al infierno. El resultado obtenido por un panorama distópico sería una sociedad perversa, sin valores humanos, sin esperanza.
Sobre la distopía un artículo[2] de la revista digital “El Cultural” menciona:
… En “La máquina del tiempo”, de H.G. Wells, la tentativa de literatura distópica que pobló las pesadillas del joven Borges, el viajero regresa del porvenir con una flor marchita. Qué mejor resumen de la distopía, ese gran afluente de la ciencia ficción que imagina un futuro aterrador como resultado de la locura humana del presente.
El mismo artículo menciona que la distopía ocupa un papel relevante en la literatura, ligada al género de la ciencia ficción. Varios autores escriben sobre posibles infiernos producidos por ideas, propuestas y acciones de los hombres.Clásicos de la literatura distópica son:
– “Un mundo feliz”, de Aldus Huxley[3]; basado en los estudios sobre genética, y la clonación, el libro muestra como las deformaciones de estos avances científicos empiezan a formar parte de nuestra realidad presente y con consecuencias dramáticas a futuro.La novela es una distopía que anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos, el manejo de las emociones por medio de drogas que, combinadas, radicalmente cambian la sociedad. El mundo aquí descrito podría ser en principio una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es ordenada en castas donde cada uno sabe y acepta su lugar en el engranaje social, saludable, avanzada tecnológicamente y dónde priva la libertad sexual. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices (este es el fin utópico). Sin embargo, la paradoja es que todas estas cosas son alcanzadas tras eliminar otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la religión, la filosofía y el amor.
– En “1984”, novela de George Orwell[4]; el autor describe como la pantalla de la televisión te observa y todo el mundo espía a todo el mundo. La obra de Orwell supone una denuncia de los regímenes totalitarios que controlan a la sociedad por medio de la figura del Gran Hermano.Hoy en día, en el siglo XXI, el control de nuestras vidas lo ejerce Internet.En la actualidad son las redes sociales las que recopilan cada gesto, cada compra, cada comentario que hacemos en internet y alimenta una presencia omnisciente en nuestras vidas capaz de predecir todas nuestras preferencias.La recolección de esas preferencias para las campañas políticas está distorsionando la democracia. Orwell lo anticipa en forma visionaria.
– y “Fahrenheit 451”, de Ray Bradbury[5]; trata sobre la erradicación del legado cultural.La novela presenta el futuro de la sociedad americana cuando los libros son quemados por bomberos (el estado). Farenheit 451 es la temperatura a la que un libro se quema. Muestra como la cultura es anulada y pervertida. Imaginen una sociedad donde no se tiene alternativa de una vida propia, de elegir nuestro destino, donde el único mensaje posible sea el del poder.
A este punto, como lo hicimos con utopía, podríamos preguntarnos para que sirve la palabra distopía.
Encuentro que una respuesta tentativa, siguiendo el camino de Galeano, podría ser:
La distopía está en el horizonte. Camino dos pasos, y ella se acerca dos pasos y el horizonte apocalíptico está cada vez mas cercano. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para frenar, alternativamente elegir dónde no caminar, nos advierte sobre posibles exageraciones”.
Complementando el mensaje; parece que toda elección supone una no elección. Otra forma de decirlo es: Cuando tomamos la decisión de dirigirnos, seleccionar, tomar un rumbo deberíamos evaluar lo que dejamos atrás. Es un hecho la presencia de una ambivalencia tecnológica. Pegados a los beneficios de los desarrollos científicos y tecnológicos y su elección, ellos no vienen solos, sobre todo cuando se realizan sin un análisis ético, y nos llevan irremedialamente a mundos distópicos.
Como observamos en los casos presentados como ejemplos de distopías, la sobre abundancia de lo encontrado, a veces juega en contra. Una vez oía que muy al este está el oeste. La elección de un camino siempre viene acompañada de dejar otros.
Amenazas posibles que justifican visiones y mundos distópicos son o han sido:
– La guerra atómica
– Crecimiento poblacional
– Estudios biológicos y genéticos
– Cambio Climático
– Gran hermano (Redes sociales, internet, bigdata)
– Desaparición de la Bio-diversidad
– Inteligencia artificial y robótica
– Desaparición de los ambientes naturales por la obra del hombre
– Brecha tecnológica, ignorancia
– Terrorismo
– Otros
Cómo podemos observar, el actor preponderante es el hombre, sus creaciones y sus resultados en la búsqueda de progreso.
Al final del artículo que mencionamos anteriormente, por suerte, encontramos un panorama alentador, positivo, que me veo obligado a transcribir:
“Aunque parezca mentira, desde una perspectiva histórica, nunca habíamos estado mejor: no hay crucificados por las calles, no nos asolan las epidemias, no se puede torturar sin disimulo, el número y el alcance de los conflictos bélicos se ha restringido, en muchos países contamos con agua corriente, electricidad, comemos todos los días y tenemos más o menos garantizados nuestros derechos. Por todo ello tenemos que conjeturar que todavía es lícita la idea de progreso. Nunca hemos estado mejor ni más rodeados de peligros”. (Juan Jacinto Muñoz Rengel)
[1]Eduardo Galeano, (1940-2015) Relevante escritor y periodista uruguayo. Autor del libro:”Las venas abiertas de América Latina”
[2]“A la sombra del futuro”, Daniel Arjona, 27/06/2014, https://www.elcultural.com/revista/letras/A-la-sombra-del-futuro/34891
[3]Aldous Leonard Huxley (26 Julio 1894 – 22 Noviembre 1963) fue un escritor y filósofo inglés.
[4]Eric Arthur Blair (25 Junio de 1903 – 21 febrero de 1950),mejor conocido por su nombre de letras George Orwell, fue un novelista, ensayista, periodista y crítico inglés.
[5]Ray Douglas Bradbury (22 de Agosto de 1920 – 5 de Junio de 2012) fue un escritor y guionista cinematográfico americano.