Mucha gente repite la frase “¡no puedo más!”. ¿Por qué? Porque sienten que ellos, y sus circunstancias, van a estallar en cualquier momento debido a las muchas presiones que experimentan a diario. ¿Cómo podemos evitar el desgaste emocional en tiempos desafiantes como los que vivimos para no alejarnos de nuestros sueños?
En primer lugar, es fundamental cambiar nuestra actitud y comenzar a repetirnos “sí, puedo”. Es decir, cambiar el “no” por el “sí” frente al cansancio que la vida moderna nos provoca. Esta modificación nos lleva a la siguiente pregunta: “¿Cómo lo puedo hacer?”.
Esta es la postura ideal para no caer en el agotamiento que nos anula la voluntad. Y aquí debemos recordar que, en nuestro interior, se encuentran todas las respuestas porque todos los seres humanos venimos al mundo con un potencial ilimitado que posee las habilidades necesarias para superar cualquier situación adversa y aprovechar las oportunidades que aparecen en nuestro camino.
La actitud sincera del corazón es la respuesta a esta pregunta que nos hacemos, pues esta nos brinda la seguridad de que somos capaces de hacerlo. Por difícil que sean las circunstancias, siempre hay alguna forma de resolver un problema. El único requisito es partir del convencimiento de que sí tenemos el potencial de lograrlo sin darnos por vencidos.
Para poder soltar nuestro potencial, debemos estar muy atentos al hecho de no acumular emociones tóxicas. ¿Qué significa acumularlas? Guardarlas o reprimirlas en lugar de sentirlas. Por ejemplo, una persona con ataques de pánico, por lo general, es alguien que ha soportado situaciones negativas sin reaccionar ni accionar para cambiarlas.
Mucha gente que es víctima de maltrato durante años, un día, comienza a experimentar en su cuerpo físico todo lo que acumuló sin rebelarse jamás ni moverse de ese lugar. ¿Por qué una persona puede llegar a maltratar a otra? En general, es alguien que acumuló emociones negativas (como ira, tristeza, rencor, etc.) durante toda su vida sin darse cuenta.
Hay quienes parece que nunca experimentan enojo como todos los demás… hasta que un buen día estallan y actúan con violencia. En realidad, sí se enojan con frecuencia, pero, como no lo registran, acumulan la emoción hasta que esta ya no puede ser contenida.
¿Qué puede ocurrir cuando la toxicidad de emociones negativas es acumulada durante mucho tiempo? Probablemente pueda aparecer alguna enfermedad física. La razón es que la falta de una válvula de escape va desgastando a la persona poco a poco. Es por ello que vemos a muchos que, de repente, dejan todo lo que venían haciendo.
Hoy más que nunca, debemos hacer algo cuando nos sentimos agotados, ya sea física o mentalmente. Y, sobre todo, aprender a no acumular emociones negativas frente a la vida diaria y sus muchos desafíos. Enfocarnos en todo lo bueno que la vida nos ofrece puede ayudarnos a tal fin.